capitulo 36

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Tn.


Sentí como todo se movía dentro de mi. Esa Cassia, aun recuerdo cuando encontré a Yahatziel y a Cassia en unos de los privados de un club nocturno. Cassia era tan parecida a mí, tenía que admitirlo: con ese cabello castaño-rubio lacio-ondulado hasta la cintura, con esa risa tan parecida, la misma forma de hablar, la misma complexión, todo excepto el color de los ojos y el rostro. Podría ser hasta mi hermana perdida, algo que gracias a Dios no lo es.

--¿Cassia era tu no-novia?--pregunté traumatizada.

Gavi bajó la cabeza. y de reojo pude ver un destello en sus ojos, era un profunda tristeza, y entonces supe que el se sentía igual que yo al enterarse de aquel vil engaño. Esto debía ser una broma. Porque, bueno, eso quiere decir que Yahatziel me engañó con Cassia a la misma vez que Cassia estaba con Gavi ¿Me explico?

--Me engañó con Yahatziel Ag--susurró--tu novio.

Y entonces recordé todo, y por la cara de Gavi, el igual lo recordaba.





* * *






--¡Yahatziel!--grité en medio del gran club nocturno.

Era Octubre, exactamente en el mes de Halloween ¿Y que mejor forma de festejarlo que yendo a una fiesta con tu novio? Aquella noche me había planchado el pelo y lo había acomodado hasta la cintura, me había puesto un vestido blanco pegado con unos tacones igualmente blancos, en mis hombros colgaban unas alas de ángel. Ese era mi disfraz. Claro que, como era de antifaces, debía portar uno. Muchos chicos se habían atrevido a coquetearme, pero yo estaba perdidamente enamorada de Yahatziel.

--¡Cassia! mi vida ¿Donde estas?--gritó un chico vestido todo de negro, paso a lado de mí y por la fuerza que llevaba hizo que me cayera.

--¡Imbécil! Fíjate por donde vas--grité enojada tirada en el piso.

El chico rió volteando hacia mí. Lo vi a los ojos. Era un café extraño el que adornaba el iris de sus ojos, uno que me hacía temblar desde la cabeza hasta las puntas de los pies. Su sonrisa era blanca y sexy al igual que sus labios, carnosos, suaves y apetecibles, su cuerpo era macizo y alto. Un Dios griego en resumen, aun así, no le quitaba lo idiota y el que yo tuviera novio.

--Lo siento, ángel--dijo irónico y me tendió una mano para pararme.

Mis mejillas se tornaron de un color rosa al pensar en el apodo que me había dicho, pero automáticamente aquel rubor desapareció al darme cuenta que en realidad iba vestida como un ángel. Dios, que bueno que llevaba antifaz, si no hubiera podido verme la cara y la próxima vez que lo viera (si es que lo veía) me pondría a arder de vergüenza. Mierda, ¡Y todo porque mi novio desapareció durante tres segundos!

La música retumbaba en todo el club, chicos y chicas en disfraz bailaban de todas las maneras posibles, luces de miles de colores eran lo único que nos permitían ver pues todo lo demás estaba obscuro. El DJ gritó como borracho proponiendo algo mientras los demás gritaban en forma de un si. No importaba eso en este momento.

--Da igual--respondí con indiferencia y me marché de aquel lugar en busca de Yahatziel.

Busqué durante una hora aproximadamente en medio de la gente y los bares, hasta que lo encontré en el lugar en que menos lo esperaba. Un privado. Sus risas se oían a más de tres metros de distancia, al igual que los gritos de una chica. Mi corazón empezó a latir con fuerza y con un poco de valentía me atreví a entrar. A veces, desearía no haberlo hecho. Adentro, había una chica. Era como una copia mía y apenas y llevaba puesto solamente una mini falda roja con una cola de diablo ¡Un momento! ¿Ella vestida de un diablo y yo de un ángel? esto debía ser un mal chiste pero no, porque cuando un chico de cabello negro y ojos azules apareció de entre las sabanas supe que esto era la vida real. Yahatziel estaba completamente desnudo.

--¡Yahatziel--grite histérica al verlo con lagrimas amenazando con salir--¿Como pudiste?!

Pero Yahatziel solo rió al ver mi expresión de dolida junto con aquella chica. Ellos se burlaban de mí. Y entonces pasó lo que menos esperaba, mi novio besó en frente de mí a aquella tipa con una fuerza que jamás había visto. Con una pasión que jamás me había demostrado.

En ese momento un chico entró como alma que se lleva al diablo. Era el mismo que había tropezado conmigo. Su rostro se descompuso al ver a aquella escena y una lágrima salió lentamente debajo de su antifaz. En cambio yo, bueno, yo me había propuesto no llorar en ese momento pero tenía por seguro que cuando llegara a casa con Cole lo único que haría en días sería llorar hasta quedar seca.

--¡¿Cassia?!--gritó el chico enfurecido y dolido.

Yahatziel y la tipa que no conocía que creo que se llamaban Cassia empezaron a reír descontrolados ante aquella situación. El chico escurría lágrimas a la vez que su cara era roja de enojo, sus puños se cerraron y en un abrir y cerrar de ojos le propinó a Yahatziel un buen golpe.

--¡Gavira déjalo en paz!--gritó la chica--no es su culpa que el si me pueda dar lo que tú nunca pudiste, poco hombre.

La primera lágrima cayó y Yahatziel lo notó, pero lo único que él hizo fue reír ante mi expresión. Todo lo que habíamos pasado se había ido directo a la mierda.

--No llores, Tn--dijo Yahatziel divertido--no es mi culpa que Cassia pueda darme lo que tú nunca pudiste, sinceramente no sé como salí todo este tiempo con una virgen.

Y eso me llegó hasta el alma, y lo único que pude hacer fue salir corriendo de ahí mientras las risas de aquellos dos idiotas se escuchaban aun en mis oídos.





* * *




--¿Ángel?--preguntó Gavira con una ceja levantada.

Asentí, pues supe a que se refería.

--Supongo que en realidad nos hemos visto ya cantidades de veces--dije viendo mi reflejo en un espejo, este moretón en el ojos no se me iba a quitar tan fácil--No te enojes, pero si veo algún día a Cassia te juro que la golpearé por lo que me hizo.

Gavi rió divertido.

--Y tú no te enojes, pero si algún día veo a Yaha te juro que lo golpearé hasta dejarlo inconsciente--respondió.

Me volteé viéndolo frente a frente. Mi querido, Gavira, si supieras que tu eres una de las personas que más detesto en toda mi vida no me hablarías así. Cuando salga de aquí, porque saldré eso lo aseguro, me encargaré de cobrar cada una de estas. Lo eh decidido, mi vida está en aquellos callejones. Y entonces, por primera vez en mucho tiempo, me sentí fuerte, como la antigua Tn escondida en aquellos callejones, la que no se dejaba intimidar por nada del mundo y la que sabía disparar una condenada arma. Necesitaba volver, necesitaba sentirme así de nuevo. Esta podría ser mi nueva droga, además, si regresaba podría encontrar más rápido a los chicos, y entonces sería la hora de la venganza llamada Gavira.

--Supongo que es un trato--respondí.

Pedri carraspeó.

--Supongo que el mundo en realidad es muy pequeño--dijo refiriéndose al tema de Yahatziel y Cassia.

Volteé a ver a Balde, quien me miraba con la boca abierta al igual que Ferran como si tuviera alguna extraña rareza en mi cuerpo.

--No me miren así--dije frunciendo el seño.

Y Ferran iba a contestar algo, cuando de repente el teléfono de la casa empezó a sonar. Admito que mi corazón dio un pequeño brinco al escuchar semejante tono castrante, pero Ansu se encargó de contestar haciendo que todos nos quedáramos en silencio.

--¿Bueno? ¡Hey! ¿Como estás, Derick?--respondió Ansu animado, de repente su rostro se torno en serio y...Jesús, daba miedo--¿Como que nos han encontrado? ¡¿Que?! ¿Y estas bien? Mierda, cuando lo vea...si, si, Tn está bien al igual que todos. De acuerdo, lo tomaremos hoy en la madrugada para no levantar sospechas, de acuerdo, hasta pronto.

Ansu colgó y se dirigió hasta Gavi donde le susurró un par de cosas, yo por mi parte, sentía como una revolución se formaba en mi estomago.

--Chicos--dijo Gavi--nos vamos a Londres.

Secuestrada. Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora