Capitulo 15.

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Italia?









Narra Tn____.

--¡TOUCHDOWN!—gritó Gavi al estrellar el jarrón de vidrio contra el suelo haciéndolo añicos.

Desde que los demás se había ido Ansu solo se había dedicado a comer, dormir, comer, gritar, comer, destruir, comer, gritarle a la televisión, comer, coquetear ¿Y ya mencioné comer?

--¡Rompiste el jarrón!--grité alterada.


Millones de diminutos pedazos de cristal se encontraban a unos centímetros de mis descalzos pies. También había calzoncillos, tijeras, restos de comida y películas. Explicare todo lentamente: el jarrón roto había sido porque Ansu al intentar ''conquistarme'' dijo que se volvería todo un buen jugador de fútbol americano para que mis ovarios explotaran al verlo, los calzoncillos fueron porque intentó hacer una representación sobre su héroe favorito de las caricaturas de niño ''Tanga-man'', las tijeras fue porque suplicó e imploró poder cortarme al menos un trozo de cabello ¡Lo cual ni loca permití!, los restos de comida fueron porque...bueno, el traga como cerdo, las películas fue porque durante seis horas seguidas se quedó viendo dramas y comedias.


--¡Pero a poco no te hice explotar los ovarios con nada más verme!--respondió riendo, después, empezó a mover las caderas intentando bailar--Este Español sabe como atraer a las chicas.


¿Enserio? ¿Entonces porque siento la gran necesidad de salir huyendo? Pensé.

--¿Por que no mejor seguimos viendo películas en silencio?--propuse un poco harta de todo esto. Había pasado aproximadamente ocho horas y los chicos aun no habían vuelto. De alguna manera, empezaba a preocuparme, aunque sé que los de su tipo se andan con estos itinerarios.

Ansu hizo un puchero y luego vio todo el desastre que había hecho con el jarrón.

--¿Entonces no te caliento ni un poco?--preguntó esperanzado. Yo negué con la cabeza lentamente--no es justo, Gavi solo te sonríe y ¡Bum! tus mejillas se ponen bien coloradas.


De repente, o más bien, de nuevo, mis mejillas optaron por un color rojo pasión llegando hasta mis orejas ¡Pero de esos rojos que te dejan con la boca abierta! Luego, mis piernas de repente, o más bien, de nuevo, se pusieron débiles causando que tuviera que sentarme en el sillón para no caer. ¿Gavira? ¡Por favor! Si le tengo más miedo que nada. Cada vez que lo veo me entran unas ganas enormes de salir huyendo, como si en algún momento se le ocurriera asesinarme porque ya está harto de mi.

--¿Q-que? ¿De que hablas?--respondí con naturalidad mientras mi vista se posaba de nuevo en el televisor, en este momento una película de drama aparecía en la pantalla.

Ansu rió burlón mientras se dedicaba a recoger todos los calzoncillos tirados en el piso junto con los restos de comida. Aun podía sentir el gran rubor en mis mejillas y orejas. Al parecer Ansu no lo dejo pasar por desapercibido.

--Tranquila, solo Pedri y yo nos damos cuenta de cómo te pone--contestó con una voz relajada, no con esa voz de conquistador hartante que había utilizado en las últimas ocho horas--no diremos nada, pero será mejor que vayas controlando esos colores si no quiere que China también lo sepa. Apuesto que ellos pueden ver tu rubor desde allá.


Tal vez, en otra ocasión hubiera reído, pero de nuevo solo me limité a asentir educadamente. Seguramente jamás lograría adaptarme a ellos.

De repente Ansu dejó escapar un chillido enorme mientras se arrodillaba en el piso. Un pequeño vidrio se había encajado en su pie haciéndolo sangrar.


--¡Mierda! ¿Quieres que haga algo?--pregunté sin siquiera pensarlo. Al segundo me sorprendí de mi reacción, al igual que Ansu--digo, solo si quieres puedo...ya sabes.


Una linda sonrisa apreció en el rostro de Ansu dejándome con la boca abierta. ¿Por que no me mostró esa sonrisa hace ocho horas? Al segundo hubiera caído a sus pies, bueno, solo si él no fuera un secuestrador...y yo no estuviera aquí...


--Tranquila, iré a mi cuarto a arreglarlo. Tu solo trata de barrer un poco los cristales, por favor--respondió y luego desapareció de la sala por el pasillo.



¿Ansu Fati diciendo por favor? ¿Ansu Fati  sonriéndome? ¿Ansu siendo dulce? ¿En que clase de sueño loco estoy? Porque debe ser uno muy bueno para ser verdad. Posiblemente meses atrás hubiera pensado que ellos no tenían sentido del humor o que simplemente no podrían darme de comer por despecho. Pero todo es...realmente diferente.



Con mis manos agarré la primera escoba que se encontraba a mi disposición y empecé a barrer toda la sale eliminado los pequeños vidrios y porquerías que se encontraban tiradas, claro, después de haber recogido las películas y calzoncillos y de haberlos dejado en el sillón. Al final, quedo todo prácticamente como nuevo, solo hacía falta una muy, muy, muy buena trapeada para dejar esto como un palacio. Sobre todo por ese bulto extraño abajo del sillón que no se puede quitar.


Un momento. Pensé. ¿Bulto grande blanco?

Extrañada me acerque al sillón y en un leve movimiento metí mi mano abajo del sillón tratando de averiguar que era la cosa esa. Era duro y pesado. Revisé si Ansu se encontraba cerca. No, aun estaba curándose el pie. Con miedo, lo saqué del escondite.

¿Una computadora? Pensé. ¡Una computadora! Podría enviar un mensaje de auxilio a la primera persona que me apareciera en contactos.

La prendí con sutileza e imploré que no tuviera contraseña, y al parecer los imploros dieron frutos porque automáticamente me condujo a la portada. Abrí rápidamente una página de Internet y me metí a mi correo.

Para: Mariana_09@hotmail.com (mamá)
De: Tn_Smith@hotmail.com

¡Auxilio! Aun sigo en Las Vegas, o al menos eso creo. No sé exactamente mi localización, solo que esta cerca de un basurero, con un letrero de ''Bienvenidos a las Vegas'' tirado. Por favor, ayúdame, mamá. No sé que hacer. Van a matarme pronto, eso lo sé.

<Enviar>

Sin cuidado lo envié y apagué rápidamente la computadora volviéndola a esconder abajo del sillón. Respiré y exhale tratando de tranquilizarme. Muy pronto saldría de aquí.

--Al parecer no gastaste tu tiempo--dijo Ansu atrás de mí mientras se dirigía a la cocina. ¡Mierda! Me han cachado. Pensé. Actúa Natural, como si nada hubiera pasado.


--¿D-de que hablas?--pregunté con la vista fija en el televisor.

Ansu rió irónico.

--Haz dejado impecable en la sala-- respondió ¡Dios mío gracias!

En ese momento la puerta se abrió bruscamente causándome un medio paro cardíaco. Ansu se puso en guardia, pero luego se relajó al ver que solo eran los chicos. Ninguno tenía una cara...feliz.


--Arréglate--ordenó Gavi grosero--nos largamos a Italia.

¿Que?




Chicas si votan se los agradecería mucho.❤️

Secuestrada. Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora