🌘 Capitulo II🌒

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Lillian

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Lillian

Con la noticia que me ha dado mí Madre decidí aplazar la salida. Ayer pase el resto del día con mí Padre, luego de la cena antes de dormir le prepare un té con una hierba medicinal para aliviar un poco sus dolores y toque una pieza que tanto le gustaba en el piano. “Adagio - J. S. Bach”.

Hoy las cosas estaban más tranquilas tanto en la ciudad como en mí hogar, no tenía lecciones ni tendría la visita del profesor William a quien contrataron para terminar mis estudios a pesar de la situación actual.
Siendo las 15:30 y con la excusa de que no me sentía bien me retiré a mí habitación, Julia se encargaría de mantener tranquilos a mis padres dejándome medicina y comida fresca para que no sospecharan de mí ausencia.
Verificando de que nadie estuviera cerca abrí con cuidado el ventanal y ayudándome con el soporte que habían puesto para las plantas de glicina que tanto amaba mí Madre baje con cuidado al patio trasero, con el primer roce de mis pies en el suelo sentía mucha emoción.

Traía conmigo un bolso donde guardaba mis libros y algunos materiales que podrían ser de ayuda allí afuera. Camine tranquilamente entre las calles de Houston hacia la dirección contraria al pueblo, la decadencia de algunos civiles dejaba al descubierto el descuido de los gobernantes hacia sus habitantes de más bajos recursos, no solo me parecía un enfrentamiento sin sentido, si no más bien pensaba que la vida de aquellos que utilizan para trabajos pesados o en una mala condición valía más que sus intereses egoístas.
Mí ideal era que dejaran de pelear por ellos como si de objetos se tratasen, que solo vivían para servir para los de mayor “Poder”.
Julia pertenencia a ese grupo de personas por el que se disputaban, pero es mucho más que eso, el respeto y cariño que esa mujer alberga en su interior es mucho más valioso que una moneda de plata.

Al instante que llegue al límite del bosque fue como si mí alma volviera a sentir la libertad que le arrebataron.
Corría, brincaba y cantaba por la euforia a causa de mí extrema felicidad. No había límites para mí en ese lugar y aunque el tiempo pase desde mí última visita siempre sería bien recibida.
Mí intención solo era disfrutar un par de horas de este maravilloso espacio y como mí curiosidad era insaciable tenía la necesidad de recorrer un poco más.
Finalmente encontré el sitio perfecto para descansar y leer uno de los últimos diarios de la abuela Black que dejó antes de ser asesinada.
La paz era tanta que inconscientemente comencé a cantar la linda melodía de “Annie Laurie”* pero la sensación de ser observada me detuvo, no esperaba tener un encuentro inesperado en estos terrenos solitarios.

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Ante la inevitable situation en las zonas alejadas de la ciudad los altos mandos de la confederación tomaron la decisión de iniciar inspecciones y rastrillaje en los posibles escondites al recibir una advertencia de que soldados de la unión se habían infiltrado y algunos de sus propios soldados desertaron de los regimientos.
La brigada encargada era la del Mayor* Jasper Whitlock, que se dividieron para encontrar a los enemigos que dijeron ver en los límites de la ciudad.

Antíguo Amor || Jasper Hale Donde viven las historias. Descúbrelo ahora