🌘 Capitulo IX🌒

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|2 de octubre de 1935|

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|2 de octubre de 1935|

Dos semanas después del accidente en bosque la familia se estaba preparando para ir a la iglesia del pueblo o al menos los adultos y sus tres niños.
Emmett convenció a sus Padres para que lo dejen ir a cazar para ayudar con el almuerzo comunal de los domingos, Lillian se quedaría a cuidar a la pequeña Caitlin ya que empezaba a manifestar señales de sus poderes y su madre al ser parte del grupo que colaboran con la congregación no podía faltar así que le dejo en sus manos por unas horas a la niña.
La bruja escuchaba como su hermano mayor se alistaba para salir pero un presentimiento no la dejaba tranquila, no podía dejar sola a la menor y mucho menos llevarla con ellos, corría el riego de que haga algún hechizo frente a un humano o peor, si se encontraban con algún cazador u otro ser. Hace varios días venían encontrando cuerpos de animales desangrados y ella sospechaba de que criaturas se trataban pero era muy extraño.
Recordó un conjuro que se hacía con un objeto de valor entonces busco entre sus cosas un antiguo relicario que Lauren había guardado de John, dejó una pequeñita parte de su energía dentro para saber que se encontraba bien.

Lillian:- ¿Emmett? Espera, debo darte algo antes que te vayas.- El joven estaba un poco retrasado ya que aún debía traer al animal y llevar la carne al pueblo.
Emmett:- Tengo algo de prisa Lili...- Iba a salir por la puerta pero vio que algo brillante colgaba en sus manos.- ¿Y eso que es?.- Preguntó apuntando al objeto.
Lillian:- Es un obsequio atrasado de cumpleaños.- No quería que sospeche o que viera que estaba preocupada.- Es de mí abuelo Jonh, Mamá me lo dejo pero creo que te quedaría mejor a ti.- Como no eran hermanos de sangre no conocía al señor del que hablaba.
Emmett:- Debe ser importante para ti, es mejor que se le des a Douglas o a Cillian.- No podía aceptar un regalo así pero la joven insistió.
Lillian:- Por favor... Es para ti, será como un amuleto de parte de tu brujita preferida.- La risa profunda del joven la hace sonreír.
Emmett:- Solo porque admites que te preocupas por tu hermano.- Se lo había puesto dejando tranquila a la joven.- Bien, debo irme... Te prometo que no pasará nada grave.- Recordando lo que pasó días atrás.
Lillian:- Te creo... Cuídate fortachón, te estaré esperando con mí especialidad, estofado de carne..- Ellos no irían al almuerzo solo les dejarían las cosas a sus padres, el joven volvió a reírse antes de desaparecer detrás de esa puerta.

« Está angustia se parece tanto como aquel día, a todo ser divino le ruego que solo sea cosa de mí imaginación. »

En el camino el muchacho escuchaba pasos firmes cerca de él pero no veía nada, tenía que adentrarse más para no herir a nadie que pueda estar al rededor.
A medida que avanzaba sentía un escalofrío por su espalda y la sensación de ser observado persistía. Al principio creía que era la mascota salvaje de Lillian pero por lo general se hacía notar y luego se iba, está vez no fue así.
Luego de un largo caminar y de solo encontrarse a presas chicas se sentó a beber un poco de agua dejando su escopeta recostado sobre un árbol, cuando su descanso termino se levantó a estirarse un poco y continuar hasta que un gruñido se le hizo familiar, al girar la imagen de un gran oso ablandandose hacía él lo hizo retroceder.
A pesar de la lucha que daba para intentar salvarse de sus garras la fuerza y el peso del animal lo superaba por mucho.

Antíguo Amor || Jasper Hale Donde viven las historias. Descúbrelo ahora