🌘 Capitulo XVII🌒

423 18 0
                                    

|Lillian|

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

|Lillian|

Luego de la incómoda reunión con los Quileute decidieron pensar en la propuesta, si bien podría ser beneficioso para ambos tener una tierra más protegida la presencia de las brujas podría llamar demasiado la atención, algo contraproducente para las dos partes.
Tanto Billy como Sam estaban con opiniones distintas, el Alfa creía que tener a más seres ajenos a la manada sería un riesgo y un peso más para ellos tener que guardar el secreto de más portadoras de la magia sin conocerlas, por otro lado el jefe de la tribu pensaba en ellas como posibles aliadas en caso de que los fríos se descontrolen, yo cumplí con ser la intermediaria y aún más en dejarle en claro que si se presentará un enfrentamiento ellas no intervendrán porque va en contra de nuestras leyes, solo podrían ayudar de otras maneras.
La reunión se prolongó más de lo que nos hubiera gustado, tanto que el hijo menor de Billy se hizo presente, tenía el mismo porte y rasgos que el anterior jefe a quien había conocido décadas atrás, la magia en su sangre aún permanecía dormida pero no me sorprendería si pronto se une a la manada.
Tuve que retirarme antes que comience con las preguntas de “¿Por qué una Cullen estaba allí?”.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

|Edward|

Había pasado una difícil prueba que el destino me puso en mí camino, las desagradables ganas de matar a alguien no se había presentado en mucho tiempo quitando el desafortunado impulso por la sangre de Bella, el ardor que provocaba el solo pensar en la manera que podia torturar y matar a esos desgraciados.
La repulsión que sentía al recordar los pensamientos que tenían al tener retenida a la chica me hacía actuar por instinto, ver el rostro de la persona que me tiene perdido en la cabeza de esos malditos no era aceptable.
Una vez que me aseguré que Isabella tenga su cena frente a ella me dedique a responder sus dudas utilizando eso como distracción.

Bella:— ¿Cómo supiste dónde estaba?.— Podía entender su curiosidad, aparecerse de la nada a salvarla de unos depravados solo pasaría en las películas.
— No tenía idea...— Cuando intentó irse me moví sin pensar.— No, Bella. No te vayas.— Mí petición  logró sonar como un suplicio, no quería que se alejara, si lo hacía estaba seguro que volvería por esos bastardos.
Bella:— Me estabas siguiendo.— Dijo sentándose de nuevo.
— Es que siento que debo protegerte, ¿Comprendes?.— Entonces lo confirmó.— Yo iba a guardar mí distancia por si necesitabas mi ayuda pero oí lo que esos miserables pensaban y...
Bella:— Espera... Dices que oíste lo que pensaban...— Esta chica era tan inteligente o yo no podia resistir más a ocultarme de ella.— O sea que, lees la mente.

“Y asi fue como el león fue descubierto... Si ya sabia ¿Qué más da contárselo?.”

— Puedo leer todas las mentes de este lugar... Excepto la tuya.— No era difícil adivinar, se lo demostré diciendo lo que pensaban algunas personas del restaurante.— Y luego tú... Nada, es muy frustrante... Solo me ha pasado con una persona pero había un motivo.— Lillian fue la primer mente que no pude leer pero quién diría que se trataba de magia.
Bella:— ¿Algo anda mal en mí?.— Las ocurrencias de esta joven me descolocan, me reí un poco ante su preocupación.
— Te digo que sé leer mentes y ¿Crees que algo anda mal contigo?.— Ya no podía soportar este sentimiento. Su rostro mostraba dudas.
Bella:— Dices que solo te paso esto con una persona.. ¿Quién era? Y ¿Cuál era el motivo? Tal vez me suceda lo mismo...— No podía revelar nada respecto a eso pero creo que tarde o temprano la conocerá.
— Cuando conocí a mí hermana Lillian no podía saber lo que pensaba, era como un muro sólido sin ninguna manera de entrar... El motivo es algo especial.— Es todo lo que podía decir, no estaba seguro que la convencí pero creo que al ver mí rostro cambio de tema.
Bella:— ¿Qué sucede?...
—Es que ya no tengo las fuerzas para estar lejos de ti Bella.— Su corazón se aceleró y sus mejillas se tornaba de un lindo color carmín.
Bella:— No lo hagas...— Ya no quería alejarme de ella y dejarla desprotegida de cualquier mal del mundo.

Antíguo Amor || Jasper Hale Donde viven las historias. Descúbrelo ahora