Calle se acercó al ventanal de la oficina del Capitán, no podía entrar al ser la escena donde una persona había fallecido, pero podía observar un poco del interior por entre los pocos huecos que la cortina dejaba al descubierto.
La oficina parecía tan normal, tan tranquila.
No había indicios de agresión.
Calle se fijó en la silla de las visitas, una colocada de manera correcta mientras que la otra permanecía un poco más atrás, pero no era nada raro ante los ojos de la Bombera.
Una pequeña lagrima bajó por la mejilla de Calle al recordar que el Capitán ya no estaría y sonrió antes de mirar hacia la pared donde permanecía el cuadro con la fotografía del Capitán, algunos compañeros, Germán y ella de bebé.
-¿Dónde? -Calle cuestionó al no alcanzar verlo en la pared.
-¡Calle! -La voz de Jonathan hizo que Calle se exaltara y retrocediera.
-Dime.
-Ya la policía va a cerrar la estación para la investigación. Debemos irnos... y la chica está afuera esperándote.
Calle sonrió a media al saber que Liz se había quedado a esperarla.
-Vamos, no queda más... -Respondió la Bombera al voltear para ver por última vez la oficina.
Calle había crecido rodeada de personas que la amaban, sin importar parentesco. La amaban y el Capitán había sido uno de esas personas que siempre había estado para ella y ahora solo el recuerdo bonito quedaba con Calle.
Calle llegó a la salida de la estación y alzó la mirada para notar que ya estaba atardeciendo.
-¿Liz? -Calle llamó la atención de la chica que permanecía de espalda a ella y esta dio media vuelta para quedar de frente.
-No me podía ir y dejarte sola. Solo salí por algo de comida porque salimos a comer hace horas y debes tener algo de hambre. -Liz tomó la mano de Calle para caminar juntas hasta su auto.
Calle no tenía hambre, realmente no tenía ganas de nada. Sentía como su corazón latía de a poco y cómo el nudo en la garganta se le formaba cuando su corazón comenzaba a acelerarse.
-Gracias, Liz... hoy creo que no ha sido el mejor día y siento que debía ser... -Calle habló mientras abrochaba su cinturón, pero miró por el retrovisor.
Una pequeña nube de polvo se acerca al auto amarillo que permanecía aún en el mismo lugar desde la mañana.
-No te preocupes, Calle. Sé que no fue el mejor, pero por mi parte prometo que intentaré que todos los siguientes mejoren y que de este día solo saques lo mejor posible. Capitán te adoraba y te quería fuerte.
-Fuerte como la Mujer Maravilla. -Sonrió Calle al recordar la frase que el Capitán le decía cuando pequeña.
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Po se formó dentro del taxi y tomó del asiento del pasajero el cuadro con el retrato.
Volvió a observarlo con detenimiento, ahí tenía la foto de las nueve presas que le restaban y Calle.
Po alzó la mirada cuando el auto rojo se alejó y suspiró al escuchar a Calle.
-Capitán no debía morir...
El rostro serio de Po desapareció y en cambio parecía ser una dudosa Po.
¿De verdad el Capitán debía morir o Calle tenía razón?
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Warakung
FanfictionLa búsqueda de la humanidad por expandir conocimiento los llevó a descubrir un nuevo planeta. Calle y Poché son amigas desde la infancia, pero deben alejarse cuando sus cometidos comienzan a interferir en sus destinos. La maldad acecha a la bombero...