Capítulo #5: 6 años

545 89 18
                                    

Po, había pasado mucho tiempo en la Tierra nutriéndose sobre datos valiosos sobre los humanos.

Aunque los días pasaban, Po seguía sin poder soportar el horrendo olor de los humanos. No comprendía muchas cosas, comenzando con la insistencia de la niña, Daniela Calle.

Calle, solo había visto a una niña muy tímida que llegaba a la academia y quiso ser su amiga. O intentarlo, la mayoría de sus amigas se marchaban y la dejaban apartada, pero por alguna extraña razón... Po no se había alejado de Calle, aunque siempre era Calle quien la buscaba y casi la llevaba a rastras a cualquier lado.

-Oye, ¿Este año si vas a ir a casa? -Calle había dejado de colorear la tarea que le habían mandado y Poché solo observaba el mapa para colorear.

-No entiendo para que quieres que vaya a tu casa. No hay necesidad de que vaya a tu hogar. -Poché observó cómo la sonrisa de Calle se desvaneció. -¿Es importante ir a la casa de otra persona? -Curioseó, podía ser otra debilidad.

-No... Bueno... solo quería que fueras para compartir. Tengo muchos juguetes y podríamos ir al campo de golf. Te puedo enseñar a jugar.

-No necesito aprender a jugar. -Po seguía sin comprender la afinidad de Calle con un juego. -¿Es importante para ti que yo vaya a tu hogar? -Poché reformuló la pregunta y Calle la miró sin saber que responder.

Poché dejó sobre el mapa, los lápices de colores y Calle comenzó cerró los ojos al instante.

-¿Te ocurre algo, ser? -Poché se puso de pie y se acercó al otro lado de la mesa. -¿Ser?

-Me molesta. -Calle se quejó sin abrir los ojos y Poché dio un paso atrás.

-¿Qué te molesta?

-Los lápices. -Respondió Calle y Poché observó los lápices de colores que había dejado sobre el mapa.

No comprendió como era que un inanimado objeto podía estar molestando a un ser, pero se acercó y tomó el puñado de lápices en sus manos.

Los observó, pero no encontró manera alguna de como los lápices podían estar molestando a Calle.

-Gracias. -Calle le agradeció cuando se atrevió a abrir un ojo y notó que Poché tenía el puñado de lápices en sus manos.

Poché asintió y se sentó sosteniendo los lápices en entre sus manos bajo la mesa.

Debía informar sobre la debilidad de los seres respecto a los lápices de colores que ellos mismos habían inventado. Era un dato muy singular que Poché no iba a dejar pasar.

-¿Para ti es importante que yo vaya? -Poché volvió al tema.

-Pues, si tus papás te dan permiso sí. Eres mi mejor amiga y me gustaría... Podemos hacer una pijamada.

-Iré. -Po aceptó tras pensar bien la situación.

Los días se habían vuelto semanas y las semanas en meses. Po tenía ya un gran conocimiento sobre los seres humanos gracias a la academia y gracias a Calle, quién cuando Poché le preguntaba sobre algo, ella no dudaba en responder aunque no supiera la respuesta correcta.

Ir a la casa de un humano podía ser de gran avance y al fin Poché podría dejar la academia e investigar más lejos del perímetro que ella misma se había trazado.

-¿Tus papás te dieron permiso? -Calle preguntó muy sorprendida y Poché asintió. -Mi mamá casi no me da permisos, pero papá sí. ¿Tu mamá te da muchos permisos?

WarakungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora