Capítulo #8: PASAJERO

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Las horas pasaban y Po esperaba con tranquilidad la llegada de aquella niña, pero el tiempo no daba señales de Daniela Calle.

Po cerró los ojos, quizás su sentido de la audición podía ayudarla a localizarla, pero fue en vano. Po solo consiguió que su piel se erizara.

Eso no era normal en ella. Quizás había esforzado mucho su mente intentando localizar a aquella niña y por eso esa rara sensación, pero los Wakungs no se podían cansar.

-¿Dónde estás? -Cuestionó Po mientras miraba a su alrededor.

-¡Hey, tú! -Un grito hizo que Po volteara curiosa.

-¿Yo? -Cuestionó Po mientas observaba de manera curiosa al chico que se le acercaba.

No tenía muy buena pinta ante cualquier humano, pero Po no conocía la maldad del ser humano.

-¿Qué haces tan sola? ¿Esperas a que abran el cole? -El chico preguntó mientras miraba alrededor para cerciorarse de que no hubieran terceros.

-Busco a una chica. -Po observó con detenimiento cómo el chico metió las manos a los bolsillos de la chamara que vestía.

-Creo que sé dónde está la chica.

-¿Tienes el paradero? -Po preguntó con algo de esperanza, pero de inmediato la idea se esfumó de su cabeza.

-Andando... -El chico sacó de uno de sus bolsillos una navaja y Po señaló el objeto. -Vamos, cari. Dame todo lo que traigas y nada malo te va a pasar.

-¿Eres un hurtador? Te dedicas a saciar tus caprichos a base del esfuerzo de otros para conseguir sus necesidades o gustos porque no eres lo suficientemente capaz ni para conseguir lo básico en la vida con merito propio. -Habló Po muy serena, pero el chico solo se abalanzó contra ella intentado herirla, pero de inmediato Po esquivó el ataque.

-¿Qué carajos? -El chico miró un tanto asustado a Po, quien ahora se encontraba donde hacía un momento el chico se encontraba. -Te gusta bromear. -El chico sonrió antes de volver a atacar, pero Po sostuvo la mano donde el chico llevaba la navaja.

Po sabía de su potencial y de su peligro, pero no le importó el daño que pudiera causarle.

-Me parece que para ser el primer encuentro con un hurtador se me es un tanto insatisfecho. -Po apretó su mano alrededor de la muñeca del chico haciendo que éste soltara el objeto mientras sentía como su muñeca se quemaba ante el agarre de Po. -Para tener enemigos y atacarlos debes conocerlos. -Po se acercó lo suficiente al chico hasta quedar frente a frente. -Jamás ataques a un Warakung. -El chico cerró los ojos de inmediato y Po sonrió al escuchar los latidos acelerados del chico.

Los ojos verdes volvieron a aparecer paulatinamente mientras Po se alejaba del individuo que permanecía tirado en el suelo aún con los ojos cerrados.

-Seres humanos, debilidad en su pleno estado. -Susurró mientras se alejaba del lugar.

Po ya no iba a esperar a esa horrenda humana, ya tenía bastante con aún escuchar los quejidos de aquel absurdo hurtador en el suelo.

Con un pequeño brinco, Po quedó del otro lado del resinto. Buscaría información sobre esa niña.

El lugar estaba muy distinto a como lo recordaba, las paredes tenían otros colores, todo estaba muy limpio y tranquilo.

Po llegó hasta la oficina donde le recordaba, al menos ese letrero indicando el lugar en plateado seguía igual de horrible.

Intentó abrir la puerta, pero tenía seguro. Miró a su alrededor en busca de alguna idea, pero claramento no obtuvo respuestas.

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