T3. Capítulo 4. Kaohi

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No más para aclarar, Kaori no existe en BNHA, adivina de dónde me lo saqué xD

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Tiempo actual.

—Extraño el aroma a leche.

Katsuki se retractó apenas las palabras salieron de su boca. Ese seguía siendo un tema delicado.

Por el bienestar de ambos ignoraron el tema tanto como se pudo.

Izuku fue el primero en intentar cambiar el tema.

—Todoroki se va mañana.

Katsuki suspiró con alivio. —Ya era hora.

Ambos rieron con fuerza. El rey de Kaohi se había tomado muy bien la invitación a la coronación y había llegado casi 10 días antes, siendo que llegar a su reino le tomaba poco más de dos semanas, él había estado alejado de su pueblo casi un mes.

Izuku y Shoto habían formado una gran amistad, ellos incluso se comunicaban por cartas bastante seguido, gracias al tiempo que habían pasado en Kaohi.

Katsuki tiene buenos recuerdos de ese viaje.

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6 años antes.

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Cuando el momento de partir a Kaohi llegó, Ikuya estaba saliendo de una pequeña gripe, les rogó con lágrimas en sus ojitos que lo llevaran consigo y, había que admitirlo, fueron débiles. Ahora habían tenido que llevar a un maestro, a una odalisca y a un cachorro que no paraba de correr de un lado a otro en el barco rumbo a Kaohi. Además de las nulas ganas del sultán de llegar también iba la positividad de Izuku por conocer tierras nuevas.

—Estoy seguro de que si se tratara de una conquista, tu humor sería mucho más amigable.

Le comentó el omega peli verde al sultán mientras miraban la costa del reino de Kaohi.

Katsuki sonrió de lado. —Malditos tratados de paz.

Cuando descendieron del navío un carruaje abierto los esperaba para llevarlos al palacio del rey. Un hombre vestido con traje de dos piezas los recibió al lado del vehículo, se inclinó ligeramente con una mano sobre su pecho y la otra en su espalda.

—Bienvenidos, sus altezas, al reino de Kaohi, el rey Todoroki los espera en el palacio.

Los tres subieron al vehículo y partieron.

Katsuki sabía bien que el territorio de Todoroki era mucho más pequeño que el de Zalama, aún así, no era menos atractivo o menos opulento.

Había palmeras y palmitos flanqueando las calles de arena blanca, el aire estaba cargado de humedad marina y el calor era asfixiante. Izuku tuvo que quitar la capa del pequeño Ikuya cuando comenzó a ponerse rojo y a sudar, quizás la ropa que habían traído en su equipaje terminaría sirviéndoles para nada, el calor en Zalama no era tan sofocante.

La gente vestía con prendas de pocas telas pero usaban mucha joyería de nácar, los turbantes abundaban tanto como las sandalias. Las casas de madera estaban rodeadas por cercas de piedras lisas y redondas amontonadas unas sobre otras y podía pasarse sobre ellas solo con levantar un poco las rodillas, la mayoría de la gente estaba sentada cerca de las puertas o ventanas pelando nueces, moliendo canela, hilando, entre muchas otras actividades. Se saludaban unos a otros aquellos que caminaban por los pasajes de arena luciendo una brillante piel apiñonada que a Izuku le dio mucha envidia. Cuando él se exponía al sol lo único que se ponía más oscuro eran sus pecas.

—A pesar de ser costa, no veo a mucha gente que realice actividades de pesca.

Izuku asintió a la observación del sultán.

El Sultán (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora