1. Flores Azules.

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Autora original
DiannaBelly

El bus que los transporta al pueblo de Riverbank, avanza sobre el único camino de tierra y con baches que hacen incómodo el viaje.

Es la tercera vez que Minho choca contra la ventana, asi que no le queda de otra que abrir los ojos y olvidar su sueño.

-Disculpe, señora― Minho capta la atencion de la mujer sentada a su lado. -¿Falta mucho para llegar al pueblo? -Consulta.

La mujer acerca la cara un poco hacia la ventana para reconocer el camino.

-Llegaremos en una hora- Le responde amable.

-Se lo agradezco-Minho mueve la cabeza. Llegaría a las cuatro de la tarde, según su reloj.

Tras un largo viaje de siete horas en bus, finalmente llegan al sitio de parada. Minho finalmente puede ponerse de pie, curvar la espalda y estirar los brazos.

Tras tomar el par de maletas que era todo lo que llevaba consigo en su mudanza, con ayuda de personas amables que le dieron indicaciones, avanzó por ese pueblo que no era demasiado grande.

Minho habia rentado una habitacion en una casona que tenia otros mas inquilinos. Llegar no le demoro mucho, consiguió conversar con la dueña del lugar que le indicó su habitacion con los servicios básicos, ademas de enseñarle la pileta que era la lavandería comunal y el gran jardin.

/

Por la mañana, abrió la ventana de par en par. El amanecer siempre era la mejor parte del día, sobre todo para él. Mientras los suaves y cálidos rayos del sol emergían; en una delicada sincronía, algunas flores brotaban de su cabeza. Estando en su época de mayor brote, ya comenzaba a ser doloroso las flores crecientes y sin un come flores que pudiera atenderlos y comerlos, lo hacía mas difícil.

Cuando las flores brotaron por completo, se acercó al espejo de pared y allí tuvo que romper las ramitas algo duras e incrustadas en su cabeza. Tras una larga batalla lo consiguió y guardó las flores azules que producía.

Ya que estaba solo en ese pueblo, no podía perder el tiempo, asi que se apresuró a desayunar algo sencillo y fue en busca de algun empleo que pudiera solventarlo en su estadía.

-Necesitamos ayuda extra en el supermercado, pero la paga no es
mucha― La encargada del lugar fuebsincera, pues notaba a simple vista que Minho provenía de la ciudad.

—No interesa, me conformo con la
p

aga. No se arrepentirá, por favor - Juntó las manos en suplica para quedarse ahi.

Estuvo mucho rato buscando empleo y nadie quiso darselo, asi que ese supermercado era su única opción.

-Esta bien...- La mujer suspiró ante lo insistente del chico. -Puedes empezar mañana a las ocho, pero te advierto que el trabajo es algo arduo.

-Haré mi mejor esfuerzo. Muchas gracias― Minho casi abraza a la mujer que se apiadó de él.

/

El desperador ruidoso le hizo levantarse de la cama. Estaba tan agotado que durmió demas.

Tras levantarse de la cama, notó algunas ramas que crecieron durante la noche, sobresaliendo de su piel debajo de las costillas, tambien en
los brazos y unas flores en la cabeza. Deshacerse de ellas le tomó algo de tiempo y luego tuvo salir veloz a su primer día de empleo.

Mientras la encargada le indicaba sus nuevas funciones, pensó que tendría algo de tiempo para pasar desapercibido entre los humanos normales. Las ramas que emergían
por su cuerpo, aun no eran dolorosas y podía deshacerse de ellas sin problemas y su cabello abundante escondía muy bien las ramitas de flores creciendo que demoraba un día en emerger, para su fortuna siempre eran al amanecer.

Jardín Azul-GardenverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora