Jardín Azul-Gardenverse

32. Rain Es Mío.

Estar en el ojo público ante una controversia, es una desgracia para cualquiera. Porque las mismas llegan a todos, por diferentes medios. Incluso a Jessica. Leyó un par de artículos digitales, acerca del escándalo de Stella en la fiesta. No le agradaba que estuvieran involucrados tambien, pero le era divertido ver la ola de críticas que estaba recibiendo Minho.

—Sana.

—¿Si?— Apareció ella ante el llamado.

—Te tengo una sorpresa. He estado descuidando tu carrera artísica, asi que te echaré una mano. Ve y vístete con algo mas presentable— Le ordenó.

"¿Asi nada mas?" Sana casi siempre tenía que suplicar que le ayudara, pero no desperdiciaría esa oportunidad. De inmediato, corrió a su habitación a cambiarse y peinarse.

*

Mientras se secaba el cabello frente al espejo, Minho vió las ramitas que tenía. Ciertamente se percató que brotaron cuando Christopher hizo el riego, pero no fue suficiente para que los botones de flores se abrieran. Horas despues de su encuentro, los botones se marchitaron y algunas ramitas se secaron y cayeron, quedando solo muy pocas que tendrían la misma suerte.

Con ayuda de sus dedos, se quitó las ramitas que no servían. Una sola noche con Christopher, no repararía el daño en sus flores y estaba conciente de ello.

—Minho.

—Estoy en mi habitación. Pasa Stefan— Le respondió tras oir su voz en la entrada.

El hombre de aspecto serio, ingresó y estuvo mirándo a Minho durante varios segundos y en silencio.

—Estas enfadado por algo. Te conozco— Dice Minho con tranquilidad.

—Me enteré que depositaste una fuerte suma de dinero, a un hospital, en beneficio de un muchacho que ni te conoce— Le reprochó. —Es algo que debiste consultarme ¿No crees?

—Sabía que te negarías, porque detestas a ese hombre— Minho suspiró. Ni él mismo sabía por qué lo hizo. —A fin de cuentas, se trata de una vida. Ese hombre ya no es mi padre, pero el niño no tiene la culpa.

—¡Pues no debiste pagarle todo! No estas en condiciones de derrochar el fruto de tu esfuerzo. Es verdad que ganas muy bien, pero tus tratamientos médicos son muy costosos, sin olvidar que estas pagando unas clases de baile de lujo a Rain... Minho, yo llevo tus estados de cuenta y si sigues así, no tendrás nada que dejarle a tu hijo.

—No me tortures así. Aunque lo dudes, sé que no estoy pasando por mis mejores momentos... por favor, acepta todas las propuestas que me ofrezcan. No importa si es promocionando marcas desconocidas, si la paga es buena entonces haré lo que sea.

—Minho, así no funcionan las cosas.

—No. Asi debe ser. No voy a dejar a Rain desamparado.

—Bien, me encargaré de eso. Ahora date prisa, tienes una cita con la disquera que desea que cantes una promocional para su cadena— Le recordó.

—Ah, es cierto. Cantaré junto a otro artista ¿No es así?

—Si. Ve y cambiate.

🍁

Robie avanza por los pasillos de la empresa familiar de los Bang. Despues de tantos años de trabajo y al legado de su padre, ahora albergaban a mas de ciento cincuenta empleados, se habían posicionado entre las empresas mas importantes de la ciudad y su trabajo era mantenerlo próspero.

En su camino, por las oficinas del área de ventas, observó de reojo a su hermana. Ella era menor por algunos años, pero ante sus ojos siempre sería una niña dulce que cometía cada tontería. Su excesivo esmero en su arreglo, no era por ella, sino para mantener cerca a Mark, él era su obsesion, estaba ciega y sorda a los consejos de su familia. Robie no sabe cuanto mas durara Hannah, antes de que su mentira haga caer ese velo que la ciega ante la realidad.