21. Padre E Hijo.

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Minho revisaba el pequeño huerto que sembró cerca de la casa.

—Que raro, las coles se echaron a perder— Murmuró.

Las plagas hicieron sus estragos y solo dejaron unos pocos vegetales intactos. Minho revisó otra vez el libro que compró sobre agricultura para pequeños huertos.

Rain gateaba no muy lejos, ensuciando su enterito de conejo y llevándose a la boca algunas hierbas que estaban a su alcance.

Minho se ajustó el sombrero, no se rendiría y esta vez tendría mas cuidado, para que las plagas no se coman los nuevos vegetales que sembraría. Usaría un mejor pesticida orgánico y no olvidaría regarlas a su tiempo.

Tras un buen rato de asegurarse que las zanahorias, nabos y nuevos repollos, ya estén sembrados según las indicaciones del libro, acomodó sus manos sobre su cintura, estando conforme con su trabajo y esfuerzo. Mirando de reojo, es que pudo percatarse y recordar al bebé.

—¡Rain, no!

Tiró los guantes y corrió con el pequeño que estaba completamente sucio, con la boca manchada de lodo y sentado sobre un charco.

🍁

Como ya era rutina suya, por la tarde se dedicaba a su trabajo, Rain estaba en el jardín de niños hasta su hora de salida.

—Minwo, necesito un colador grande.

—Voy.

—¡Minwo, agua!.

—Ya voy.

— Minwo, trae las langostas del refrigerador.

—¡Necesito mas agua!

—Me urge tres platos limpios.

—Voy.

El ajetreo de la cocina era enloquecedor, sobre todo porque Minho ademas de ser el lavaplatos, ya era como una especie de ayudante que debía estar atento a las peticiones de los cocineros. Ya llevaba trabajando ahí algunos meses y aunque se la pasaba corriendo de un lado a otro, no podía quejarse, con ese trabajo sobrevivía junto a Rain. Ademas, a ese gran restaurante donde llegaban cientos de comensales a diario, les obligaba a ser veloces en la cocina, no se podía evitar y solo tocaba acostumbrarse.

Tras terminar su turno, salía presuroso a recoger a Rain y despues corría un poco mas, para llegar puntual al bar.

—Hola Minwo.

—Hola Cecil— Respondió el saludo a la mesera mas antigua del bar. Allí todos lo conocían con ese nombre y Ramsés no desmintió su mentira.

Avanzó por un pasillo de empleados e ingresó a la habitacion que usaban para dejar sus abrigos y demas. Allí en una esquina, Ramsés le habilitó una cuna amplia con juguetes, dejaba a Rain allí hasta terminar su turno y las demas empleadas le ayudaban atendiendo a Rain cuando ellas tenian momentos libres.

Desde que prestó su voz aquella noche, Ramsés quedó tan fascinado que le rogó cantar ahí durante mas noches. Asi fue que terminó cantando en las funciones especiales de los fines de semana.

—Minwo, aquí esta tu traje— Una de las meseras le entregó un conjunto.

Era bochornoso, pero ese jueves era la "Noche de chicas" y ellas eran exigentes con el entretenimiento. Sin mas demora, se puso ese traje de vaquero que se ajustaba a su cuerpo y despues fue rumbo al escenario, no sin antes dejarle a Rain lo indispensable para que se mantenga ocupado.

Tras ajustarse el antifaz, salió al escenario una vez que Ramsés le presentó. Los gritos de las mujeres no se hicieron esperar en cuanto la música inició.

Jardín Azul-GardenverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora