20.Vida Nueva.

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Tras llegar a su destino, Minho buscó alejarse aún mas, no estando satisfecho con la distancia.

Tenía su boleto listo, pero debía esperar hasta la hora de partida. Cargando el capullo envuelto con un sueter suyo, paseó por un mercado apostado no muy lejos. Compró algo de comida y finalmente se detuvo en un puesto que ofrecía ropa. Su mirada bajó al capullo desde el cual Rain lo miraba. No podia manejarlo desnudo, en ese capullo que apenas le quedaba, asi que eligió todo lo que creyó que podia necesitar.

Sentado en una banca, dentro de la precaria estacion de buses. Minho tomó a Rain en brazos, dejó el cascaron a un lado y no supo qué hacer con el pequeño.

—¿Huh? Creí que eras niña— Minho apenas comprobaba aquello, ya que no tuvo demasiado tiempo para notarlo. ¿Debía cambiarle el nombre?

—Muchacho, si mantienes al bebé asi, te aseguró que se enfermará.

Minho miró al lado, a unos metros, una mujer acompañada de una niña, le reprochó. Abrazó al bebé y lo pegó a su cuerpo.

—Lo siento— Se disculpó por la mala impresión.

Otra joven no tardó en acercarse, debido a la curiosidad.

—Se nota que eres inexperto. ¿Quién lleva a su bebé desnudo?— Sonrió ella, notándose un poco mas amistosa. —Vístelo, te ayudo— Ofreció.

Minho le entregó a Rain y abrió la bolsa con la ropa que compró.

—¿Y los pañales?— La mujer con la niña, tambien se acercó.

Su mirada confusa, bastó para que el par de mujeres movieran sus cabezas.

—Eres padre primerizo ¿Verdad?— Cuestionó la joven.

—¿Y su madre?— Preguntó la señora.

—So-solo me tiene a mí— Contestó Minho despues de un silencio, en que apenas se acostumbraba a la idea de ser el responsable de una vida tan pequeña.

Las mujeres adivinaron varias razones cotidianas por la que ese chico quedó a cargo de un bebé, no era extraño y lo comprendían.

—Hija, ve a la tienda de la esquina y compra un paquete de pañales pequeños— Le indicó la mujer a la niña que asintió obediente.

Minho se apresuró a sacar el dinero para ello. La madre de la niña le devolvió algunos billetes, ya que los pañales no eran tan costosos como él imaginó.

Con ayuda de las mujeres, Minho aprendió a ponerle el pañal, recibiendo a la vez los consejos de las mujeres.

Una vez vestido y envuelto en una manta calentita, Minho por fin sostuvo a Rain. En brazos, ademas tenía colgando un par de bolsas extras, esas amables mujeres le compraron un par de botes de leche, biberones y un termo listo, con agua caliente.

Tras agradecer el gesto, él subió a su bus que no tardó en partir. Ese capullo seco se quedó en el bote de basura, ya que no lo necesitaría mas. Era un bonito recuerdo, pero que no podía llevar teniendo todas las bolsas extra que cargaba.

El último viaje demoró horas, pero aprovechó para poner en práctica los consejos. Ahí, en ese bus, preparó el primer biberon, se aseguró de que estuviera a temperatura y luego se la acercó a Rain.

El pequeño era ciertamente único, podía balbucear un poco, pero no lloraba, lo que el resto de pasajeros agradeció ya que el viaje era largo.

—Puedes tomar, asi— Minho le enseñó a Rain que lo veía atento.

Tras varios intentos, Rain succionó del biberón. La leche no era tan mala, aunque por su naturaleza, ese alimento no le era imprescindible, pero igualmente se la terminó y durmió profundo.

Jardín Azul-GardenverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora