Jardín Azul-Gardenverse

31. Aun Es Amor.

Escena +18)

🔞

Todo su cuerpo se siente vibrante, su sangre hierve mas de su usual y siente calosfríos ante la anticipación.

Todo esto... es mas de lo que podía soñar. Es más de lo que merece, lo sabe. Pero ahora mismo, se siente el hombre mas afortunado de todos.

Posar sus manos sobre ese rostro suave y hermoso. Deslizar su pulgar y acariciar esos labios de tono carmesí, que fueron atacados y mordizqueados por él. Sus bellos ojos de brillo especial, igual que su alma noble. Todo. Todo en él, era bello y perfecto.

Lo adora. Lo ama. Lo ama tanto, que siente miedo.

Christopher presiona la espalda de Minho, lo pega a su cuerpo. Desea sentir la piel desnuda de Minho sobre la suya. Ansía sentir su calor, su respiracion inquieta y sus latidos.

En ese instante, solo existen los dos. La habitación es su domo de cristal, su mundo seguro.

Sus miradas fulguran tan intensa y sofocantemente, que Minho es quien desvía primero y prefiere apoyarse en su pecho y distraerse oyendo los latidos contrarios. Christopher en cambio, lleva una mano hacia el cabello de Minho, lo siente reseco y con algun producto humectante que le da la apariencia sedosa y brillante. Y lo mas importante, no hay rastros de tallos tiernos emergiendo.

La distancia, sin duda los afectó.

Pero no mas.

Dejó de aprisionarlo y usó sus manos para levantar a Minho de sus muslos, hizo que se enredaran en su cintura y él avanzó lentamente hacia la cama, donde yacian algunas de sus vestimentas tiradas.

Con suavidad, lo liberó sobre el colchon. No se apartó en ningun instante, mas que para alcanzar el frasco con el lubricante que compró en el camino. Probó una vez mas los labios de Minho, mas pausado, calmado, tomándose el tiempo de saborearlo y relajarlo.

Embarró sus dedos con el líquido aceitoso y se inclinó hacia las piernas juntas de Minho. Las hizo a un lado y se acomodó en medio de ellas y con una corta mirada a su chico, acercó sus labios al miembro semi-despierto de Minho, lo sintió temblar y aun asi, consiguió besar la punta húmeda y de color furioso.

Minho se merecía esas atenciones y por ello lo antepuso ante sus propios deseos. Su mano libre, se presionó sobre el vientre de Minho, inmovilizándolo y evitando cualquier arrepentimiento. Su boca probó la punta húmeda, causando un gemido ahogado en su pareja. Lamió y dejó besos por el eje duro, oyendo de fondo gemidos y jadeos atropellados, en tanto, sus dedos habilidosos se internaban en esa cavidad prieta que solo él tuvo el privilegio de sentir.

Sus manos se movían cada vez mas rápido, preparándolo para el momento que ambos deseaban. En algún momento, el cuerpo de Minho se tensó sorpresivamente y con la voz fallándole, no pudo advertir a tiempo de su liberación, pero Christopher lo sabía y no se apartó. Su boca y barbilla se manchó con la descarga hermosa de Minho. Tan perfecto. Aun en su éxtasis y su cuerpo perlado temblando, Minho era muy hermoso. Ahora podía verlo, admirarlo y apreciarlo mucho mejor que en el pasado.

—Minho...— Rogó y no le importó si sonaba demasiado suplicante. Lo necesitaba y su aprobación era imprescindible para continuar.

Minho aun estaba sonrojado y abrumado por el orgasmo, pero no demasiado como para no oirlo. Esto no acababa aún, ninguno quería. Su respuesta se dió, cuando se giró de propia voluntad, apoyándose en sus rodillas y codos, dejándole libre acceso a la siguiente tanda.

Christopher no demoró en acoplarse tras suyo, en abrazarle y dejar suaves besos en su espalda y hombros.

Tras prepararlo un poco mas, quitó sus dedos de la intimidad caliente y tras tomar su propio miembro duro y erguido, sustituyó el vacío.