Jardín Azul-Gardenverse

(Extra) Christopher Bang

¿Se imaginan tener un hambre insaciable a niveles abismales, el resto de tus días?

No es para nada sencillo.

Y sin embargo, los Come Flores han aprendido a lidiar con ello, toda su vida.

Cuando Christopher nació, no tenía idea de lo que sería su vida, siendo un Come Flores.

Desde niño, siempre tuvo gran apetito. Fue la primera señal que notó su padre. Jack, también era un Come Flores y sintió una mezcla de orgullo y lástima, al imaginar el futuro de su hijo.

Siendo lo mas claro posible, le explicó a su esposa, la particularidad con la que lidiaría Christopher.

No fue sencillo, a Christopher nada le saciaba, siempre tenía hambre, aunque ninguna comida lo calmaba y solo le ocasionaba indigestión.

Sus padres, supieron canalizar esa sensación constante, apoyándolo con actividades que lo mantuvieran ocupado. Siendo el único hijo con esos genes, tuvo que ser separado de las actividades con sus hermanos menores, que no entendían su naturaleza.

Fútbol, beisbol, baloncesto, judo. Cualquier actividad era buena para distraer la mente y su hambre.

*

—¡No te distraigas!

Christopher sintió la varilla que se estrelló en sus manos y le causó dolor. La mirada severa de su padre, le hizo continuar tocando el piano. A él no se le daba la música, pero esas clases exigentes lo distrajeron muy bien de la necesidad de saciar el hambre.

Pese al cariño de sus padres que lo consentían, eran muy estrictos en los estudios. Fueron muchas ocasiones en que tembló de miedo frente a ellos, cuando revisaban las boletas de calificaciones. No importaba si fuera una materia accesoria, si fallaba, le esperaba un castigo. La primera vez, en primer año, tuvo una baja nota de 7 sobre 10, en música; eso bastó para recibir su primera tanda de nalgadas.

Sus padres exigían perfección y sus notas debían ser solo excelentes.

Siendo mas grande, se incluyó a clases extra escolares, desde música, deportes e informática. Siempre estuvo saturado de clases y libros, pero así distrajo su hambre por años.

De vez en cuando, Christopher convivía con sus hermanos, con los que podía realizar actividades cuando disponía de tiempo. Como cualquier chico, paseó en bicicleta con sus hermanos menores, salían juntos al cine y planeaban pijamadas. Al menos, Robie y Hannah, conservan esos buenos momentos junto a su hermano.

La vida sosegada de los Bang, viviendo en la opulencia y lujos, fue así al menos hasta que Christopher cumplió ocho años.

Los negocios de su padre, estaban en declive, debido al mercado competitivo y saturado. Quizá ahí iniciaron las riñas y discusiones entre sus padres, que preocupados por sus negocios, debían salvarse antes de hundirse en la quiebra.

Jack hizo un cambio radical y peligroso en los negocios de su familia. Cambió de rubro y decidió mudarse a su país natal.

No perdió tiempo y tan pronto llegaron, se asentó de inmediato y compró propiedades para emprender su nueva empresa y trabajó imparable para salir a flote y mantener la vida de comodidades que su familia acostumbraba.

Pero junto a ese emprendimiento exitoso, tambien sobrevino el quiebre de la familia. Jack conoció a una floricultora compatible a él y finalmente su hambre enloquecedora, cesó.

Christopher notó el silencioso cambio de su padre. Jack estaba mas ausente, cambió su guardarropa y tenía un semblante fresco y renovado.

Su secreto salió a la luz, cuando Jessica descubrió su traición. Jack se estuvo reuniendo con la floricultora a escondidas. Y a pesar de quedar descubierto, Jack no la abandonó, ni negó su romance con Julliet.