25. Viejo Amigo.

96 21 10
                                    

El cielo nuboso, parecía augurar su mala fortuna.

«¿Cómo logró llegar Christopher ahí?»

Notablemente desorientado, Bang pedía indicaciones para hallar el restaurante o el bar.

Minho apenas se obligó a retroceder y esconderse en la pared. Lejos de lo que imaginó, que Christopher le sería indiferente; ahora comprobaba que él seguía muy clavado en su ser y por eso temblaba.

No estaba listo para hacerle frente, no sabía cómo reprimiría sus sentimientos y sobre todo, sentía mucho miedo de caer ante él.

Y de pronto se sintió al borde del abismo. Si Christopher estaba ahí, no se rendiría hasta hallarlo y terminaría sabiendo de la existencia de Rain.

«¡No!»

«¡Nadie le arrebataría a Rain!»

Sin saber cuando empezó a llorar en desesperación, corrió entre las calles. Su mente era un lío y nisiquiera sabía el rumbo al que se dirigía. Solo el cartel de neón con el título Cuatro copas, le hizo meterse dentro, como si su vida dependiera de ello.

—Hey, cuidado ¿Qué te ocurre?— Ramsés, el dueño del local, lo sujetó para que no se hiriera.

Los demas empleados que ordenaban las mesas, lo observaron extrañados por ese comportamiento errático. Minho estaba conciente de las miradas, pero su miedo era mucho mas.

—¡Me encontró!— Hiperventiló y apenas pudo hablar.

Ramsés siempre tuvo un sexto sentido y por eso, lo llevó a su oficina, pues no queria chismosos cerca.

—¿Quién te encontró?

—Christopher Bang... ¡No quiero verlo! No podré hacerle frente...

El dueño del bar procuraba no inmiscuirse en la vida de sus empleados, pero Minho parecía estar aterrado.

—Si quieres, podemos esconderte de esa persona, hasta que se vaya— Sugirió.

—No, no puedo quedarme ni un minuto mas... pero... no sé cómo huiré...

—Asi que llegaste a San Túan, porque huías de él... De nada te servirá, en algun momento tendrás que dar la cara, pero si quieres marcharte, te ayudaré. Te daré algo de dinero y ropa, para que escapes ahora mismo, es mas, lo distraeré lo mas que pueda— Sugirió Ramsés, le haría ese favor a su mejor empleado.

—Se lo agradezco. Pero Rain...

—¿No está contigo?

—Lo dejé en casa— Se culpó porque precisamente ese día lo dejó solo.

—Entonces vete por él y tomen el primer bus que salga. Espera un minuto.

Minho esperó de pie, Ramsés salió un momento y a su regreso, le entregó un bolson con ropa y algo de dinero.

—Te servirá para despistarlos, ademas un bus te estará esperando, me encargaré de eso. Ahora vete ya.

—Gracias por todo señor.

Ramsés vió a Minho partir. Su mejor fuente de ingresos se marchaba, pero no se interpondría en la vida del chico. —John— Llamó a su empleado.

El joven no tardó en acudir.

—En poco vendrá alguien llamado Christopher Bang, me parece que asi se llama. Si aparece, quiero que le dejes un regalito en una llanta de su carro.

El joven sonrió divertido, no sabia quien era el tipo, pero cumpliría la orden, ademas no era la primera vez que Ramsés le pedía algo asi.

Jardín Azul-GardenverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora