4. Día De Cita.

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—Buenos días— Minho ingresó a su trabajo a hora puntual.

Minju levantó la mano en saludo, aun con notable jaqueca por la noche anterior y Jungwoo se marchó a uno de los pasillos, tan pronto como lo vió llegar e ignoró su saludo.

—Hoy está mas gruñon que de costumbre— Comentó Minju mientras se presionaba la cabeza.

Minho solo observó el pasillo. La noche anterior se convirtió en una lucha territoral entre Jungwoo y Christopher. Al final, él como Minju, aceptaron ser llevados a casa por Christopher, ya que asi no tendrían que caminar por las oscuras calles, pero Jungwoo se negó a ir con ellos, él tan solo tomó su chaqueta y se marchó antes que todos.

El trabajo fue como de costumbre, cada uno estaba ocupado en sus labores, pero Jungwoo en definitiva estaba ignorando a Minho. Cada intento de acercamiento o plática, solo provocaba que Jungwoo tomara otro rumbo para hacer su trabajo distante.

—Jungwoo, vayamos a comer juntos— Invitó Minho en la hora del descanso.

Pero como se lo esperaba, Jungwoo tomó su chaqueta y se marchó sin decir respuesta alguna. Era algo infantil enfadarse por una tonteria como decidir quien lleva a quien a casa, pero eso no quitaba que Minho se sintiera culpable, porque su amigo parecia no querer serlo mas.

Tras comer su almuerzo en los almacenes que eran el unico lugar de privacia, dejó a Minju que se quejaba del ruido y salió a la calle, a esperar a Jungwoo.

Avanzó hacia la calle mas concurrida y no se equivocó en sus suposiciones, pues él estaba ahí, al parecer comió en un restaurante con mesas al aire libre. Pero la imagen no solo era esa, sino que él estaba acompañado de una mujer bonita que llevaba un vestido de estampados florales y tenia el pelo suelto, tan largo que le llegaba a la cintura. Minho estuvo observando por un rato, era la primera vez que veía reir a Jungwoo y su sonrisa perfecta era digna de un modelo de pasta dental, de pronto ambos se acercaron y sin pena alguna se besaron como un par de novios, eso fue suficiente para que les diera privacidad, Minho retornó al supermercado, no sabiendo que pensar de lo que presenció.

Cuando el trabajo se retomó, Jungwoo volvió puntual y continuó su trabajo con mas misma cara seria de la mañana.

—¿Qué le hicimos, eh? ¿Nos ignorará el resto de su vida o que?— Comentó Minju.

—Ayer lo ofendimos mas de lo que creímos— Dijo Minho.

—¿Pero qué le hicimos?

—Estabas muy ebria para notarlo, pero él nos quiso llevar a casa y Christopher nos ofreció llevarnos en su carro por lo tarde que era. Christopher me convenció y tú aceptaste a la primera... hasta yo me hubiera ofendido si mis amigos me hicieran lo mismo por un extraño— Se lamentó Minho.

—Pues tienes razon, pero no es para tanto hasta el punto de odiarnos— Minju vió a Jungwoo ordenando los estantes como si no existiera nadie mas. —Hoy solucionaremos esto de una vez y le suplicaremos perdon si es necesario, ponte listo a la hora que terminemos el turno.

—Bien, estoy de acuerdo.

La tarde pasó rápido y llegó la noche, hasta que el turno terminó. Minju y Minho fueron rápidos y le evitaron la salida a Jungwoo que les dió una mirada aburrida.

—Que bien que los veo, es día de su paga— La encargada del lugar hizo aparicion y les entregó unos sobres con la paga de la semana. —Jungwoo, el dueño ha de estar esperando, vete ya.

—Espera ¿Te demoraras mucho?— Minju le sujetó el brazo.

—Si, posiblemente seis meses— Respondió él.

Jardín Azul-GardenverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora