Quédate cerca

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Jiraiya se levantó del sofá y me tomó por la cintura llevándome al baño. Abrió con cuidado la llave de la ducha y me introdujo junto a él.
El agua tibia recorría mi piel. Mis senos aún excitados sentían la suave textura del jabón al tacto de este hombre. Fue un momento maravilloso y algo romántico podría decirse, pues sentía sus cuidados y caricias mientras me aseaba.

- Te amo mucho Tsunade Senju -me dijo

Solo sonreí dulcemente y me empiné un poco para alcanzar su rostro -Y yo a ti mi vida, te amo más que a nadie en este mundo- respondí, dandole un cálido beso bajo la ducha.

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Tsunade tiene el cuerpo mojado y no solo por el baño que acabamos de tomar, sino también por el camino de besos que voy dejando desde su cuello hasta su sexy derrier. Sujeto sus nalgas mientras le seco las piernas con una toalla para poder llevarla a la cama y hacerla mil veces mía. Con cuidado la cargo desde los muslos, haciendo que la rubia se sujete con sus piernas al rededor de mi pelvis.

La recuesto sobre la cama, que de por sí tiene un muy buen tamaño, me imagino que Tsuna se debe sentir muy sola en las noches; me coloco entre sus piernas y comienzo a besarle el cuello con desesperación.

-Ah, me... ahh ay Jira! - suelta la rubia

- Te gusta, princesa? - le susurro al oído mientras mi miembro se endurece una vez más.

-Me encanta Jiraiya, hazme tuya! - con esto terminó de ponerme bien cachondo.  Bajo de a pocos el camino de besos desde su cuello hasta su vientre. Por si puesto no dejé pasar por alto sus enormes pechos. Así que con mucha necesidad, los besé dejando pequeñas marcas para que mañana por la mañana recuerde que es solo mía. Muerdo su pezón derecho mientras el izquierdo se entretiene entre mis dedos que no hacen más que ponerlo duro.

-Jii ... Jiraaa! - gime mi mujer con cada roce de mi lengua con sus puntos rosas.

Vuelvo a su cuello para dejar una marca más profunda y morderla un poco. Soy muy dominante en la cama. Me gusta tener el control y eso Tsunade lo sabe muy bien. Ella puede ser aterradora y tener un carácter jodido, podrá mostrarse fuerte y arrogante, e incluso puede que sea imponente, pero se vuelve una dulce y sumisa mujer, cuando yo estoy encima de ella.

Quiero metérsela ya mismo, pero sé que Tsuna lleva tiempo sin tener sexo con nadie y quiero que sea especial. Que se sienta realmente satisfecha con el sexo que le voy a dar, que explore cada parte de su cuerpo y del mío, que identifique qué le gusta y qué no.

La rubia sostiene mi cabeza y la empuja hacia abajo como pidiéndome que la satisfaga con mi lengua, a lo cual accedo.

Vuelvo a besarla desde los pechos hasta el vientre, donde siento un movimiento de tensión en el cuerpo de Tsunade. Tal vez no recuerda que ya le he hecho antes un oral. ¿Será que su memoria es selectiva? En fin. La miro a los ojos y abro sus piernas sin dejar de conectar con su mirada, por lo cual se sonroja y voltea su rostro.

Dejemos el pasado atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora