Sin aliento

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Jiraiya comenzó a besar a la rubia sin reparos, sus labios carnosos se frotaban con los de la mujer mientras él sostenía su nuca para profundizarlos. Tsunade subió sus brazos hacia el cuello del sannin jalándolo hacia ella. Jiraiya bajó sus manos por toda la espalda de Tsunade y al llegar a sus glúteos los apretó co ganas.

- Qué delicia de trasero tienes, preciosa - dijo el peliblanco - es tan suave y redondito - sonríe

- Ay Jiraiya, deja de decir esas cosas, me haces sentir incómoda. - esconde la cabeza en el pecho del viejo sapo.

- No tienes por qué sentir vergüenza a mi lado ¿qué no te has visto Tsuna? - Eres de lejos, la kunoichi más hermosa de la aldea y me atrevo a decir, que de todas las aldeas.

- ¿más linda que Mei? - acotó la reina de las babosas.

- JAJAJAJAJAJAJAJA Tsuna, por favor!- El atractivo hombre no paraba de reír. A tal punto que la soltó para lanzarse al sofá de la habitación mientras cogía una de las almohadas. - ¿Amor mío, lo dudas?

- No, pero quiero oírlo de tus labios - se cruza de brazos.

- Ven acá- le dice el sannin

Tsunade se colocá encima del ninja abriendo sus piernas para sentarse y colocó sus brazos alrededor del cuello del sabio de los sapos haciendo que este le sujete la cintura.

-Princesa Tsunade, Eres la mujer más hermosa, deliciosa y sexy del planeta tierra - apuntó con su dedo - mil veces más hermosa que Mei.

¿Así que Mei lo es aunque sea un poco? - levantó una ceja

- Ni un poquito, mi cielo - rió fuerte

Jiraiya comenzó a masajear una vez más los glúteos de la rubia sobre el vestido, sin embargo sintió que este ya incomodaba

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Jiraiya comenzó a masajear una vez más los glúteos de la rubia sobre el vestido, sin embargo sintió que este ya incomodaba. Bajó las tiras del hermoso vestido verde mientras le besaba el cuello y parte del pecho a la rubia hasta que de pronto, dos enormes montañas salieron desesperadas de ese apretado escote pidiendo auxilio. Jiraiya embelesado sujetó uno de los senos de la sannin y sin dudarlo lo introdujo en su boca, la cual estaba más que lista para empezar a mamar.

Suavemente realizó pequeños toques con su lengua tibia al rededor del pezón  de la rubia quien solo gemía con cada toque que el peliblanco le hacía. Jiraiya subía y bajaba su lengua por el botón rosa de la de los ojos avellana, cada vez con más rapidez.

- ahhhh, Jir...Jiraa! - decía la rubia tirando su cabeza hacia atrás mientras su lindo vestido reposaba cobre sus rodillas. - No pares por favor! - gritaba la mujer, haciendo que el sabio de los sapos se sintiera más que excitado. Tsunade comenzó a balancearse de adelante hacia atrás frotando su intimidad con el pronunciado bulto que Jiraiya traía entre las piernas. La calentura de sus cuerpos cada vez era más y más alta.

- No puedo con tus pechos! son perfectos! - decía entre gemidos el sannin mientras metía el otro seno en su boca. La verdad no entraba en su totalidad, pero como sea él quería tener el honor de haber chupado los senos de la Senju. Tsunade sujetó la cabeza del peliblanco haciendo que este profundice la mamada en sus pechos.

Dejemos el pasado atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora