Despertar contigo

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Eran aproximadamente las 7 de la mañana. Ya se escuchaba algo de bulla en las calles, pues muchos aldeanos salían muy temprano a trabajar.

-El hokage debería estar alistándose desde ya - susurró la rubia mientras acariciaba la cabellera blanca del sannin, quien estaba recostado en el pecho de la mujer. - hmm - se estiraba lentamente - no quiero ir, quiero quedarme aquí todo el día linda, estoy cansado.

- en definitiva no, señor. - Cuando yo era Hokage, por más resaqueada que estuviese, me iba a trabajar, sino Shizune me jodía hasta que me levantara - ser ríe - qué épocas.

- Tsuna, ¿no te gustaría retomar el cargo? ya sabes, tú nunca me entregaste el puesto en una ceremonia, de hecho yo asumí tu papel de 5to. Nunca fui nombrado como el Rokudaime. Por ende, al tú estar de vuelta a ...

- Jira, no. No creo que pueda hacerlo mejor que tú. - lo mira a los ojos. - la gente te quiere mucho y sabemos que eres mucho más fuerte que yo.

- Si me gustara este cargo, lo hubiese aceptado aquella vez que me lo propusieron y si ahora estoy aquí es porque lo vi como un homenaje a ti, a tu vida, a tu esfuerzo. - se sentó al borde de la cama muy preocupado. - ya no quiero serlo Tsunade, por favor retoma el cargo - voltea su rostro para mirar a la mujer que estaba aún acostada. - Necesito que lo hagas. Ya no puedo cargar con ese compromiso.

-¿qué compromiso Jira? ¿Cuidar a la aldea? - acotó la rubia un tanto preocupada, ya que el semblante del ninja había cambiado a uno triste. La mujer se levantó si se arrodilló en la cama para abrazar por la espalda al sannin. - Mira cielo, no hablemos de esto ahora si? desayunemos algo rápido y vayamos a hacer nuestros deberes. En la noche conversamos bien acerca de esto, te haré la cena. - le da un beso en la mejilla.

Tsunade se baja de la cama y justo cuando estaba por salir de la habitación el ninja la coge del brazo - creo que es mejor que lo hablemos ahora Tsuna. Hay algo que debes sa...

-No señor - lo besa en los labios - hemos tenido una noche maravillosa, no quiero que hablemos de responsabilidades y trabajo ahora. Y menos si se trata de esos dos ancianos. - blanquea los ojos.

- Bien - responde el sannin sonriendo un poco - iré a preparar el desayuno si? Tú vístete mientras yo me encargo del resto, preciosa.

- ¿no quieres que te ayude? - lo mira a los ojos

- No señora - la besa- póngase algo lindo y sexy, quiero hacerle el amor en el momento menos pensado.

El sannin le da una nalgada a la rubia y sale de la habitación.

Tsunade se dirigió a la ducha para darse un baño de agua tibia, quería relajarse y disfrutar de la tina a medida que pensaba en aquella noche que había pasado con el peliblanco.

Por otro lado, el peliblanco baja las escaleras con cuidado para evitar despertar a Shizune, no quería tener que dar explicaciones de absolutamente nada.

-Lord Jiraiya! ¿Qué hace aquí? - dice la pelinegra muy sorprendida y algo irritada - pasó la noche con lady Tsu???? ¿Cómo pudo?!!!!

-Shizune cálmate y deja de gritar que Tsunade puede escucharte. - respondió el sannin.

- Es que no es justo para ella y usted lo sabe. Ella está aún muy vulnerable y no merece ser lastimada.

-Jamás lastimaría a Tsunade, Shizune. Es algo que voy a solucionar como sea. Por cuatro años creí que la había perdido para siempre y ahora que la tengo conmigo no la pienso dejar ir.

-¿Qué hará cuando todo esto salga a la luz? - preguntó la pelinegra algo asustada mientras sacaba el café del colador caliente.

-Aún no estoy seguro, pero lo que sí sé, es que no permitiré que nadie se meta a opinar de nuestras decisiones y mucho menos que le metan cosas a la cabeza a Tsuna.

Dejemos el pasado atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora