Llevaba ya varios días sin ver a Kevin y la espera me estaba matando.
Sabía que estaría ocupado entrenando para el partido contra atlas, pero de verdad lo extrañaba.
Decidí hacerle una videollamada, para saber que estaba haciendo y distraerme un poco de la tonta tarea.
Sonó un par de veces y de un momento a otro, tenía el rostro más bello del planeta mirándome sonriente del otro lado de la pantalla.
-Hola, Álvarez.
Sonreí y él imitó mi gesto.
-Hola, Almazán.
Estaba sudado y tenía la cara roja, pude notar como secaba su sudor con el antebrazo, qué chico por Dios.
-¿Qué haces?
Sonreí como niña pequeña mientras me echaba para atrás en la cama.
-Estamos entrenando, mañana viajamos a Guadalajara.
Sonrió emocionado.
-¿Hasta cuándo te veré?
Fruncí un poco el labio y la cara de él cambió completamente a una apenada.
-Lo siento, Caro. Sé que tenemos días sin vernos, te prometo que te lo voy a compensar.
Se rascó la cabeza.
Kevin se había vuelto tan esencial en mi vida teniendo tan solo unos días de conocernos.
Ni siquiera sé comi pude vivir tanto tiempo sin él en mi día a día.
-Quiero un imán para mi refrigerador.
-¿Qué?
Preguntó riendo a carcajadas.
-Como oyes, de ahora en adelante quiero un imán en mi refrigerador de todos los lugares a los que viajes, que sé que serán muchos.
Sonrió asintiendo.
-Está bien, concedido.
-¡Hola chica!
Gritó Luis desde el otro lado del teléfono.
-Hola cuñado.
Sonreí y él me miró sorprendido.
Kevin rió.
-Me voy, no se puede hablar tranquilamente con ustedes.
Nos sacó la lengua y desapareció de mi rango visual.
Hablé un rato más con Kevin y después tuvo que colgar.
Lily entró a mi cuarto, después de tocar la puerta, con una sonrisa realmente enorme en la cara.
-Te tengo una sorpresa.
Dijo emocionada.
-Amo las sorpresas.
-Lo sé.
Pegó un pequeño chillido y se sentó junto a mi.
-Sé que extrañas a Kevin y que pasarán varios días antes de que puedan verse.
Alcé una ceja.
-Gracias por recalcar lo obvio, Liliana.
-Déjame terminar, maleducada.
Rodé los ojos.
Sacó las manos de detrás de su espalda extendiendo algo.
Yo lo miré y abrí los ojos en grande.
-¡Me estás haciendo una broma!
Grité al ver las entradas que tenía en la mano.
-Claro que no, tonta. Los conseguí, iremos al partido.
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Golden Boy. ||Kevin Álvarez||
Teen FictionÉl era un jugador de balones de oro, ella era una principiante. Él era divertido, ella era más bien torpe. Él era guapo, ella era hermosa. En fin, el uno para el otro.