Habíamos llegado a Arlington hacía un par de horas, los chicos estaban entrenando para el partido de cuartos de final contra Costa Rica.
Lily y yo paseábamos mientras Luis estaba en el campo, Roberto se había tenido que ir ayer ya que lo habían llamado para un partido amistoso.
-Caro, de nuevo es Gavi.
Dijo Lily mientras extendía su celular en dirección hacia mi, yo suspiré.
No quería ser el tipo de chica que evadía sus problemas como una cobarde, pero no sabía como hablar con él sin que se me cayera la cara de vergüenza.
-¿Hola?
Dije y él bufó.
-Hola, Caro. Tenemos que hablar.
Dijo y yo asentí aún sabiendo que no podía verme.
-Lo sé.
-Estoy en el aeropuerto, ¿Dónde puedo verte?
-¿En cuál aeropuerto?
-¿Estás en Arlington, no?
-¿Cómo supiste?
-Solo dime donde podemos hablar.
Acto seguido le mandé la ubicación por mensaje, recibí una respuesta positiva de su parte y me dirigí al hotel.
Lo había citado ahí para evitar más problemas de los que ya tenía.
Llevaba casi cinco minutos esperándolo en la recepción cuando de repente lo vi entrar con una maleta y su eterno estilo deportivo.
-Caro.
Dijo y me enredó en sus brazos, yo solo le correspondí.
-Pablo, lo siento mucho.
-¿Por qué lo sientes?
Preguntó alzando una ceja.
-Siento mucho lo que dije en el vídeo, estoy muy avergonzada contigo.
-Oh, eso. No te preocupes, estabas en tu casa, en tu lugar seguro, nadie tenía porque haberte grabado mientras tenías una conversación privada en tu propiedad.
-Te juro que no me refería a lo que piensas.
-¿No querías decir que estás enamorada de Kevin y a mí no puedes amarme porqué no soy él?
-No es tan fácil.
Dije y él rió un poco.
-Lo sé, Caro. La culpa es mía por presionarte para tener una relación para la cual no estabas lista, yo todo el tiempo estuve consciente de que a quien amabas era él.
-Por favor no nos guardes rencor a ninguno de los dos, Kevin no tiene la culpa de lo que yo siento por él, es un gran chico.
-Créeme que lo sé, de hecho vengo de estar en su casa.
Yo reí un poco negando con la cabeza.
-Deja de bromear, es una conversación seria.
-No estoy bromeando.
Me miró con el ceño fruncido y yo lo miré perpleja.
-¿De qué hablas? ¿Cómo qué estuviste en su casa?
-Déjame invitarte un café, así podemos sentarnos a platicar muchas cosas.
Dijo y yo asentí.
Buscamos algunas recomendaciones en Internet, Pablo había rentado un auto así que nos llevó hacia allá, llegamos en menos de 10 minutos.
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Golden Boy. ||Kevin Álvarez||
Roman pour AdolescentsÉl era un jugador de balones de oro, ella era una principiante. Él era divertido, ella era más bien torpe. Él era guapo, ella era hermosa. En fin, el uno para el otro.