—Hola, guapo.
Dijo Dome mientras entraba a mi departamento.
—Hola.
—¿Ya estás mejor? Siento no haber estado en tu partido para apoyarte.
—No te preocupes, el resultado hubiera sido el mismo.
—Kevin, ya basta. Tienes varios días tratandome de manera indiferente y en verdad estoy desconcertada, ¿qué es lo que te pasa? ¿Hice algo que te molestara?
—No, Dome. Tú no hiciste nada, es cosa mía.
—Bueno, ya que yo soy tu novia, también es cosa mía.
Negué con la cabeza y ella alzó una ceja.
—Eso es precisamente lo que tengo que hablar contigo.
—¿Qué?
—Yo... simplemente creo que no puedo seguir siendo tu novio.
—¿Qué dices?
Pregunto mirándome sorprendida, segundos después comenzó a reír.
—¡Es una broma, casi caigo!
—No es una broma Dome, yo jamás jugaría con algo así.
Comenzó a negar con la cabeza mientras caminaba de un lado a otro, de pronto se desplomó en el sofá y comenzaron a brotar las lágrimas de sus ojos.
—¿Pero por qué, Kevin? Si estábamos tan bien.
—No es así, nunca hemos estado bien Dome, somos amigos y creo que de esa manera encajamos a la perfección, pero honestamente no puedo tener una relación contigo.
Dije sentándome a su lado y ella se puso de pie rápidamente.
—¿Es por ella?
—No.
—No me mientas, Álvarez. Por una vez en tu puta vida, ten agallas y di la verdad.
—No por es nadie más que por mi, yo no estoy enamorado de ti.
—Pero he sido buena contigo.
Dijo mientras caminaba hacia la barra de la cocina.
—Lo sé y enserio te lo agradezco, has estado aquí para mí desde que llegué y siempre voy a estar en deuda contigo por eso.
—No quiero que estés en deuda conmigo, quiero que estés enamorado de mi.
—No puedo.
Dije tomando sus manos, ella me miró con tristeza mientras seguía llorando.
De pronto me abrazó, me sorprendió mucho pero tan solo unos segundos después le correspondí.
—No te merece.
—Ambos hemos hecho muchas cosas mal, no solo ella, pero de verdad que no pienso regresar con Caro, ahora estoy muy enfocado en el fútbol como tiene que ser.
—Sigue así, niño de oro, vas a llegar muy lejos. Cuídate de esa niña que sé que solo quiere un minuto de fama. Te veré mañana para comer.
Dijo, tomó su bolso y salió de mi casa.
Sabía que de nuevo la había lastimado pero prefería hacerlo ahora antes de que pasara más tiempo.
Mi teléfono comenzó a timbrar y corrí por él a la habitación, cuando vi que era Luis me recosté en la cama y acepté su facetime.
—¿Cómo está mi jugador del América favorito?
—¡Ey!
Gritó Israel detrás de él, yo reí.
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Golden Boy. ||Kevin Álvarez||
Novela JuvenilÉl era un jugador de balones de oro, ella era una principiante. Él era divertido, ella era más bien torpe. Él era guapo, ella era hermosa. En fin, el uno para el otro.