—¿Estás emocionado?
Me preguntó Dome por el teléfono mientras yo comía.
—Si, un poco.
—¿Todo está bien? Desde que volviste de Los Angeles has estado un poco extraño.
—No te preocupes, estoy bien. Son los nervios del debut.
Sonreí falsamente y ella me sonrió de vuelta.
Estaba cansado de esto, quería mucho a Dome pero no sentía nada más por ella, la veía como una amiga y solo como eso pero ella siempre quería más y yo ya no sabía como salir de eso.
—Te tengo una mala noticia.
Dijo haciendo un puchero y yo alcé una ceja mientras comía una cucharada de sopa.
—No podré ir a tu partido, sé que soy la peor novia del mundo, pero tengo una sesión de fotos de imprevisto y no pude negarme.
Hizo un puchero.
Estaba completamente aliviado de que no asistiera al partido, a pesar de todo sabía que seguía siendo una influencer y no quería que saliera a la luz que ella estaba ahí.
No quería que Caro lo viera.
—Tranquila, otro día será.
Cuando terminamos de hablar, deposité el plato sucio en el lavatrastes y me dirigí a mi habitación.
Hoy jugaríamos contra Juarez y a decir verdad si estaba un poco nervioso, era mi primer partido en la liga como miembro oficial de las águilas.
No quería arruinarlo, siempre daba mi cien por ciento pero hoy lo duplicaría, no quería que la afición sintiera que habían cometido un error al ficharme.
Me sentía un poco solo, Luis estaba en Arizona, ayer había sido el partido de la selección contra Haití y le había ido de maravilla, habían arrancado de manera increíble.
Había hablado con él y me contó que mañana tenía que viajar a California para cerrar con Qatar, estaba realmente feliz de que le estuviera yendo tan bien.
Comencé a guardar en mi mochila las cosas que necesitaría, mientras buscaba entre mis cosas, algo cayó al piso.
Me agaché a recogerlo, era el imán que le había comprado a Caro en Guadalajara.
Nunca se lo había entregado, estaba esperando a juntar unos cuantos más pero ese momento ya no llegaría.
Lo tomé con ambas manos y lo miré fijamente, vinieron un millón de recuerdos a mi cabeza.
Como Caro en el hotel de concentración entregandome un ramo de flores, o cuando fuimos a Italia y estaba tan bella cantando sobre el escenario, cuando la besé por primera vez...
Había tratado con todas mis fuerzas de olvidarla, había buscado incluso consuelo en los brazos de alguien más pero nada había funcionado, todo me recordaba a ella.
¿Cómo era posible estar tan enamorado de alguien a quien apenas había conocido?
¿Cómo había caído en los encantos de una chica que, cuando la conocí, me pareció de lo más normal?
Caro no era normal, no era cualquier chica, era la chica de mis sueños.
Había luchado contra todos y contra todo, incluso había luchado contra mi y mis nulas ganas de tener una relación, se había deslizado entre cada barrera que había puesto alrededor de mi corazón y había conseguido entrar en mi mente y en mi alma.
Traté de poner resistencia, intenté con todas mis fuerzas no enamorarme de ella y no lo conseguí.
Lo supe desde que Roberto me preguntó si podía invitarla a salir, lo supe cuando la ví a los ojos en el partido contra Atlas, cuando canté "perfecta" con esa frase que describía exactamente lo que yo quería con ella y lo supe cuando aquel español se había acercado a invitarle un trago.
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Golden Boy. ||Kevin Álvarez||
Novela JuvenilÉl era un jugador de balones de oro, ella era una principiante. Él era divertido, ella era más bien torpe. Él era guapo, ella era hermosa. En fin, el uno para el otro.