Capítulo 2.

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Volver a casa no fue ni siquiera un gramo de lo que esperaba.

No había sido conciliador, no se había sentido cálido. Nadie había ido por ella al hospital o la había recibido con un abrazo al pasar el umbral.

No, nada de eso. En su lugar, una fría y abandonada casa polvorienta era lo que había obtenido a cambio. Y por mucho que valorará volver... Solo era un sabor agridulce.

Las únicas dos personas que le habían visitado durante su recuperación habían sido el oficial imprudente para recaudar aún más información y el notario encargado del testamento de su abuelo.

Al parecer, ella era la única heredera con vida así que habían iniciado los trámites para poder recibir tanto la herencia de su abuelo como la de su madre. Era realmente increíble como la vida había cambiado tanto en poco más de un año.

Tenía mucho dinero ahora, pero solo eso. Dinero y un bebé a punto de nacer.

- Estaremos al pendiente de usted por un tiempo. Ahora será nuestro testigo protegido y seguro que con su ayuda podremos avanzar en el caso. - Dice el oficial que era quien la había escoltado hasta la casa. - Y, Sobre lo que él médico le dijo...

- Fui muy clara con ambos en el hospital. - Interrumpe ella. - No quiero dar al bebé en adopción, Prefiero quedarmelo.

- ¿Esta segura de eso? El feto es producto de un abuso y además usted no está en la mejor capacidad para poder quedarselo.

¿Por qué aquel hombre tenía que ser tan irritante? Ni siquiera podía creer que estuviera diciendo aquello. ¿Para eso había sido rescatada? Para tener que soportar la pérdida de todos sus seres amados, ser revictimizada y ahora encima escuchar como la juzgan como si fuese la única culpable.

Estaba llegando a su límite. - Completamente segura. Es mío y punto... - Dice un poco más tosca de lo que esperaba escucharse pero al menos no se queda callada. - ¿Podría dejarme sola por favor? Necesito privacidad.

El oficial para suerte de la menor, simplemente asiente y le recuerda que podía llamar a la estación de policía en caso de que algo sucediera. Finalmente termina retirándose y es ahí donde Jiyu puede quebrarse un poco.

Ahora más que nunca debía hacerle honor al nombre que su madre le había otorgado: Debía ser una mujer valiente y afrontar su realidad.

Por más dolorosa que esta fuera.

Siente de pronto un pequeño golpe, algo que llega desde lo más profundo de sus entrañas.

Era su pequeño quien acababa de patear.

Realmente nunca se había visualizado como madre, hasta hace un año apenas y podía cuidar de ella pero ahora... Era responsable de otro ser humano, daría vida y tendría un hijo. Uno que no abandonaría por nada.

No sabe en que momento las lágrimas ya se encuentran brotando de sus lagrimales pero aún así una leve sonrisa se asoma en su rostro. -Estaremos bien... - Es lo único que susurra mientras acaricia su barriga. Era como si su hijo resistiera su Estado de ánimo e intentara hacerle saber que no estaba sola.


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- No sé por qué seguimos aquí. Este lugar es demasiado tétrico y seguramente a estas alturas el asesino ya debió de haber escapado.

Reniega uno de los uniformados que se encuentra observando el campamento y como es que seguían intentando registrar todo lo posible.

- Encontraron fosas clandestinas así que debemos supervisar el terreno mientras los forenses siguen aquí. - Responde uno de sus compañeros haciendo que el primero suspire. Solo eran soldados que habían sido enviados como refuerzo para mantener todo en orden. Y con orden se referían a no dejar que la prensa o ese lunático volviera a poner un pie en aquel campamento.

Igual iban a contarles las horas como parte del servicio militar que estaban cumpliendo.

- A propósito, ¿Has visto a Kim?

Pregunta el segundo.

- No. Tal vez escuchó "el llamado de la naturaleza" Sí sabes a lo que me refiero... - Ironiza el primero. - La verdad es que de seguro fue enviado al pie de la montaña. Los que están a cargo de esto de verdad quieren mantener todo lo más discreto Posible, Sí algo sale mal será él escándalo del año.

Pasan el tiempo sin nada más que hacer que vigilar y congelarse debido a la temporada. Mientras son los forenses quienes se llevan la verdadera diversión analizando todo y viviendo de primera mano toda la escena del crímen.

En el gran agujero usado como fosa común habían todo tipo de cuerpos en descomposición y el más reciente parecía ser el de una fémina cuya muerte parecía no tener más allá de una semana. Aun era medianamente identificable a comparación del resto.

Justo cuando el sol se estaba poniendo y era momento de regresar a la base, es cuando los soldados se reúnen. Todos y cada uno de ellos, incluyendo al tal Kim quien parecía más callado que de costumbre.

Estaba completamente cubierto del rostro gracias a su pasamontañas y todo el equipo táctico que solían llevar. Además de tener puestos los Gogles pero no había duda de que fuera él.

¿Cierto?

Pobres de todos los que regresaban al bus militar que los llevaría de vuelta a la base creyendo que su camarada iría con ellos sin saber que el verdadero Kim Yacía sin vida al interior de una cueva, desnudo y que en realidad quien viajaba entre ellos era un impostor.

Uno que iría en búsqueda de su chica y de su bebé.

Entre el chaleco antibalas y el resto del uniforme también se escondia suascara de conejo. Aquella que le había servido tantos años para poder ocultarse del resto del mundo y que necesitaría más que nunca para cumplir lo que se proponía.

Oh, Jiyu... Como la echaba de menos: Dormir a su lado, acariciar su cabello; La forma en como se retorcía debajo de él al momento de embestirla con necesidad o él sonido que hacia cuando se atragantaba cuando él usaba su boca para complacerte. Extrañaba que le leyera los cuentos del campamento o simplemente sentí como su barriga se movía de pronto.

Era suya. Solo la quería a ella y a ninguna otra.

Solo tenía que saber muy bien hacia donde ir y terminaría llegando a ella... Porque quisiera o no, ambos estaban sellados de por vida.


Killer Bunny... Is back.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora