Capítulo VI

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Después de la incómoda conversación que tuvieron, Gael dejó de transformarse en humano. Zahir se acostumbró a verlo llegar como lobo, el bolso que llevaba con él colgado al cuello y golpearlo cuando el garou se le lanzaba encima o le lamía la cara; después de esa extraña conversación, Gael ya no lo saludaba como antes y se quedaba en su forma de lobo. El vampiro temía preguntar por qué no cambiaba de forma, pero estaba seguro de que ello daría lugar a otra conversación incómoda y era mejor evitarla. Así que se resignó a estar con Gael en forma de lobo. Adoraba al lobo, era juguetón y menos tímido que el humano, pero estaba acostumbrado a su voz, a su risa que lo contagiaba, incluso a su suave respiración. Cuando estaba con el lobo se quedaban juntos en silencio mientras la noche pasaba hasta que tuviera que irse.

En una de esas noches Zahir le pidió que no fuera la siguiente. Sintió la tensión del garou, y se apresuró a explicarle que tenía asuntos importantes que atender en su clan, que escaparse para verlo le era imposible. Estaban a las orillas de uno de los ríos que cruzaba el bosque, muy cerca de la otra aldea de licántropos de la región. El viento que soplaba en el lugar era frío, un claro signo de que el otoño estaba próximo y con él la caída de las hojas de los árboles. Zahir vio algunas mientras caminaba esperando por el lobo. Aprovechando que el viento movió el pelaje de Gael, Zahir hundió sus manos en su cuello donde el pelo era espeso y concentraba más el olor del licántropo.

—Solo será una noche, lo prometo.

El lobo asintió y enfiló río abajo hacia su aldea. Zahir lo vio partir, vigilando su camino sin la necesidad de moverse, y al notarlo cruzar los límites se dirigió hacia su clan. En su camino, reflexionó nuevamente en lo inconveniente que fue confesarle al lobo cómo supo de su unión. Todavía recordaba lo triste que lució Gael al hablarle sobre el festival que organizaban para su diosa, y el sonido apagado de su voz. Ahora no sabía cómo remediar el daño causado.

Regresó a la mansión a tiempo, con el sol pisándole los talones. El vampiro que normalmente rondaba las afueras de la mansión para avisar de un posible peligro estaba en la puerta trasera, charlando con otro de su rango. Zahir se alertó, aunque hizo lo posible para no demostrarlo. Por lo regular, en las primeras horas de la mañana, se hacía cambio de vampiro, porque según Asim era necesario asegurar la mansión, y Zahir nunca llegó así de temprano para presenciarlo. Cuando cruzó miradas con ambos, estos agacharon la suya sin comentar algo, sabiendo que no era buena idea molestar al justicar del clan. A pesar de ello, estaba seguro de que empezarían una cadena de rumores y lo comprobó la noche siguiente, mientras caminaba al lado de Ezra hacia la carroza que los esperaba.

—Supe que desapareces en las noches, Zahir.

Sonrió, complacido y disgustado a la vez. Se concentró en las pisadas tras ellos, en el vampiro que los custodiaba; Asim era el único que pudo haberle dado esa información a Ezra, el único al que no le importaba meterse en problemas con él. Lo mejor era decir la verdad y no fingir una calma que no sentía.

—¿Ya te llegaron las noticias?

Ezra asintió y lo miró de reojo.

—No está afectando tu trabajo, ¿no es así?

—¿Has recibido alguna queja mía?

—Ninguna. —Ezra se acomodó su chaqueta de terciopelo y lo miró de reojo una vez más—. Pero también sé que Noah es tu amigo.

Suspiró derrotado; de esa forma le daba la razón, por lo que no dijo más. Al llegar a la puerta principal uno de los vampiros que los esperaba la abrió. Zahir salió y esperó unos pasos alejados mientras Ezra le solicitaba a Asim mantener al clan en orden. El mayor no entendía por qué dejaba al Senescal a cargo sabiendo que Noah era capaz hacerlo, pero no iba a discutir eso frente al convertido. Cuando el Príncipe se le acercó, Zahir le dio una rápida mirada a Asim: sus ojos de dos colores diferentes lo miraron directo a los suyos, sonriéndole de lado. Zahir lo miró con desdén antes de avanzar hacia el carruaje.

La lealtad de tu traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora