Capítulo XVIII

29 2 0
                                    

LA LUNA SALGA


Cuando la luna salga

e ilumine nuestros caminos,

¡oh, mi cielo!

Tú y yo seremos enemigos

el uno del otro, aunque

nuestros corazones llamen el

nombre contrario.


Los colmillos que rozaron

tu piel con ternura,

pronto tendrán, amor mío,

que desgarrar piel y huesos

de los tuyos.


Esos ojos que me miraban

con devoción y cariño,

pronto lo harán con duda,

confusión y desprecio,

gritando con voz desgarrada:

"¡¿por qué lastimas a los míos

si tu lealtad está conmigo?!"


Las garras, que nunca antes

me rozaron con maldad,

pugnarán por hundirse en mi

carne, desgarrarme, y estoy seguro,

destrozar mi ya inerte corazón.


Cuando la luna salga,

vida mía,

y nuestros caminos ilumine,

tu destino y el mío serán enfrentados,

como si nunca hubiesen estado enredados,

como si nunca hubiesen soñado juntarnos,

para amarnos aun en contra de lo dictado.


Oh, cariño mío, dueño

de mi corazón y mi inexistente alma,

nunca tuve miedo de nada

como lo tengo ahora

de que la luna salga.

Zahir miró con atención su mano, como si fuese capaz de observar la fuerza que estaba sintiendo. Era la primera vez, desde que nació, que tal poder se manifestaba en él. Según Ezra, ese era el nivel de fuerza de un neófito. Hizo puño, estando inseguro en si agradecerle a Luna o no por el incremento de su poder, pues usó un ritual de sangre en el que usó la de un garou.

La lealtad de tu traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora