Memories and dreams of sally and larry

Asesinato (9)

Miedo, ansiedad, es justo lo que estoy sintiendo ahora. Puedo sentir como unos brazos pasan por mi cintura, como sus dedos tocan mi vientre, pero no puedo ver nada, solo oscuridad.

Mis nervios aumentaban y mis lágrimas estaban a punto de salir hasta que de un momento a otro abri mis ojos, estando en mi habitación, me doy la vuelta despacio notando a larry abrazandome como si fuera una pequeña almohada.

— solo... Fue otro maldito sueño...

Cerre mis ojos fuertemente y quite el brazo de larry para luego levantarme y secar bruscamente las pequeñas lágrimas que salieron apenas desperté.

No estoy muy acostumbrado a sentir los abrazos de larry cuando duermo, digo, si lo supiera de ante mano seria diferente pero me tomo por sorpresa.

Me levanté y tomé del agua que había en la botella, acaricié un poco a gizmo y regresé a la cama.

— Eres tú... Eres tú... — susurré escondiendo mi rostro en el pecho del contrarió.

— ¿Quién soy?

— ¿eh?... Mierda! — grité no muy alto mientras me alejaba un poco.

— lo siento, lo siento. No quise asustarte. — susurró mientras me abrazaba con dulzura. — es muy temprano, ¿qué hacés a esta hora?

— solo... Me levante por agua.

— ¿si? — sonrío un poco.

— asi es. Ahora, volvamos a dormir.

Si le digo la verdad probablemente se sienta terriblemente mal, conociéndolo como es ahora, no seria buena idea decirlo.

— desearía que me dijeras la verdad. — pensé mientras lo miraba, este ya estaba durmiéndose poco a poco.

Tal vez mañana... Solo tal vez, pueda enfrentar todo esto. Hablarlo... Definitivamente hay que hablarlo...

•

Narrador//

Sally estaba en su aula, escuchando todo lo que los demas hablaban mientras intentaba dormir. Pero pensar tanto no lo dejaba.

Estuvo toda la mañana intentando hablar con larry, pero no encontraba el momento perfecto para esto.

— ya casi nos largaremos de aquí.

— necesito dormir.

— no puedo esperar más.. — larry iba a levantarse hasta que escucho gritos —

— ¿pero nunca lo sabrías si nunca lo intentaras? ¡¿no es asi?!

— dejame en paz!

— hazlo conmigo!

— ¡no voy a hacer eso contigo!

Gritaron aquellos chicos que pasaban por el aula de sal. Travis y Philip conviviendo —aunque no mucho— quién lo diría.

— nadie, absolutamente nadie.

— ¿que? — voltea larry.

— hace años travis era un total bravucón con ese cabeza de agua. Y ahora el cabeza de agua esta detrás de el! — dijo uno de sus compañeros.