Compañerismo. Compromiso. Trabajo de equipo. Estos son los principios que nosotros valoramos mucho aquí en La Academia Lunar de la excelencia. Si desean sobresalir aquí, harán bien en valorarlos también.
El instructor, un hombre llamado Coronel Mikey, repetía una y otra vez, mientras se paseaba de un lado a otro frente a la pantalla donde sus palabras eran instantáneamente reproducidas en letras holográficas rojas. La sala era del mismo aburrido color gris metálico que el resto de la nave y sin ninguna decoración en las paredes más que las obvias franjas de luces direccionales de colores.
Chifuyu pegó una cabeceada y se sacudió para volver a prestar atención, tratando de no dormirse sobre su duro pupitre de madera sintética. Akkun tenía razón en una cosa, él estuvo despierto algo así como quince horas antes y después del arduo viaje y entre la prisa por conseguir los uniformes y las asignaciones para las clases, estaba agotado. Todo lo que pudo hacer fue arrastrarse fuera de su litera, en las barracas de los cuarteles que compartía con otros catorce nuevos reclutas, al escuchar el toque de diana en los
altoparlantes.Todo lo que vio a su alrededor fueron cabezas recién rapadas asintiendo mientras otro nuevo recluta trataba de no distraerse. « ¿Y por qué ellos debían permanecer despiertos? », pensó con resentimiento. Hasta ahora nada de lo que había oído sobre la orientación en La Academia era muy diferente de cualquier palabra de aliento que hubiera recibido de todos los entrenadores que tuvo en la Tierra. En cualquier momento esperaba oír que “no existe el Yo en el trabajo en equipo” y “si tu fallas al planear tu planeas fallar”.
Esto era aburrido, nada parecido a lo que se había imaginado cuando los reclutadores vinieron a decirle que ellos necesitaban unos pocos buenos hombres y que él era uno de los que querían.
─Asignación de compañero y clasificaciones permanentes, así que escuchen, tropa. Las palabras del Coronel Mikey, quien parecía estar en la mitad de la treintena con - cabello prematuramente encanecido, finalmente captaron la atención de Chifuyu. Mikey vestía el flamante uniforme negro y plateado del personal de La Academia y caminaba de un lado a otro frente al podio de madera sintética como si inspeccionara las tropas, lo que, en una palabra, se suponía que ellos eran.
─Ahora escuchen ─Mikey continuó─: No quiero oír ninguna queja acerca de estas asignaciones. Yo se que todos ustedes piensan que están aquí para ser Almirantes de la Flota y están seguros de que su mejor amigo desde el jardín de infantes debería ser su compañero permanente, pero yo estoy aquí para decirles que este no es necesariamente el caso. La Academia les hizo un extenso examen psicológico y de aptitud antes de que subieran al transporte para venir aquí, y déjenme decirles, los exámenes nunca se equivocan. No valen los “y sí” y tampoco los “peros” ─mientras hablaba recogió una planilla de información del podio y la agitó en el aire para demostrar su punto─. Así que empecemos ─observó la planilla y aclaró su garganta─. Anderson estará en nuestro cuerpo de ingenieros y su compañero asignado es Wakens.
─¿Disculpe, Señor? ─el recluta de dientes prominentes junto a Chifuyu levantó la mano, agitándola casi frenéticamente.
─¿Sí, Anderson? ─el instructor gruñó─. ¿Problemas ya? ¿Piensa que Wakens tiene mal olor corporal y no puede aguantar convivir con él?
─Oh, no Señor. Yo… estoy seguro que Wakens huele estupendo.
Hubo varias risas sofocadas y el indignado Wakens al fondo de la habitación murmuró: ─Condenadamente cierto.
─Bien. ¿Entonces? ─el Coronel Mikey frunció el ceño─. ¿Le importaría compartir su problema con el resto de la clase?
─Uh, es solo que… que… ─Anderson se sonrojó y comenzó a tartamudear─. Uh… yo se que usted dijo que no había ningún error en la lista, pero es solo que me dijeron que yo sería un piloto Needle cuando fui reclutado. Y yo solo pensé…