Chifuyu fue arrancado del sueño por un chillido ensordecedor.
─¿Qué demonios?
Se sentó derecho en la cama, su corazón martilleando en el pecho. Todas las luces estaban encendidas y un cegador destello provenía de algún lugar en lo alto de la pared. Entrecerrando los ojos, Chifuyu alcanzó a ver que la luz intermitente venía del pequeño disco plateado que había visto en su primer día en los cuarteles, muchos meses atrás.
─¡Arriba, levántate! ─Baji repentinamente lo estaba arrastrando sobre sus pies.
─¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué ocurre? ─en su confusión Chifuyu pensó que alguien había accionado la alarma de O2 nuevamente, como había hecho él la noche que Shion le había atacado en la sala de duchas. Sin embargo esta alarma sonaba diferente, era
más aguda y más urgente. ¿Qué podría ser más urgente que una fuga de atmósfera en
una estación espacial?─Son las Langostas. Han regresado ─la voz de Baji era calmada pero tensa─. Un grupo de naves Saudeber ha sido avistado ─explicó, al ver la cara de confusión de Chifuyu. ─Vamos, esto no es un simulacro. Tenemos que irnos.
─Pero... pero... estamos desnudos ─Chifuyu buscó a tientas su uniforme antes de recordar que lo había puesto en el conducto de la lavandería como lo hacía cada noche y
no podría conseguir otro hasta la mañana ¿Qué hora era, de todas formas? Se sentía
como si hubiera dormido solo unas pocas horas.─Tendríamos que quitarnos la ropa para volar el Needle de todos modos ─señaló Baji─. Además no hay tiempo para vestirse. Tenemos que irnos. ¡Ahora!.
Agarró a Chifuyu de la mano y lo sacó al oscuro corredor. Por el rabillo del ojo, Chifuyu vio a varios Needlers desnudos pasando como rayos, y luego su compañero los estaba metiendo a ambos a la fuerza en el tubo de emergencia que llevaban meses usando para llegar al muelle de embarque. Hubo un suave silbido en sus oídos y la sensación de caer hacia abajo a través de un cojín de aire.
En el momento en que sus pies tocaron el suelo frío de metal echaron a correr.
Chifuyu se había contagiado de la sensación de urgencia de su compañero pero también
tuvo un sentimiento de irrealidad al pasar el pequeño vestuario donde generalmente se
quitaban los uniformes antes de un vuelo ¿Podría ser realmente posible que los Saudebers estuvieran de vuelta en el sistema solar de la Tierra? Durante meses había estado descartando la ciega devoción de Baji a la idea de que el antiguo enemigo de la humanidad regresaría. Y ahora que parecía estar sucediendo realmente, se sentía como si algo que le hubiera dado miedo siendo un niño, pero que no hubiera creído que existiera de adulto, hubiera demostrado repentinamente ser una realidad. Era como si el monstruo que había estado seguro, vivía en su armario cuando tenía seis años de edad, hubiese dado de repente un paso a través de la puerta y le amenazara. Era increíble.
Absurdo.Y sin embargo, mientras esos pensamientos pasaban por su cabeza, estaba trepando a la lustrosa nave Needle plateada que les había sido asignada a Baji y a él meses antes.
Alrededor de ellos todos los equipos de artilleros y pilotos estaban haciendo lo mismo. Hubo un poco de parloteo nervioso, pero la mayoría de los Needlers estaban
tranquilos mientras ocupaban sus lugares.Repentinamente hubo un eco atronador en todo el muelle de embarque, y después una profunda voz habló por el sistema de altavoces.
─Needlers ─dijo y Chifuyu la reconoció como la voz del Coronel Mikey, el
profesor que los había puesto a él y a Baji juntos como equipo en primer lugar.─Un grupo de naves Saudeber ha sido visto acercándose rápidamente desde la cara oculta de la superficie lunar ─la voz de Mikey era tensa─, la flota Needle está
viniendo desde Marte, pero les tomará un tiempo llegar hasta aquí. Mientras tanto, es
su honor y su deber defender la Tierra ─Tosió con un sonido seco y cortante que resonó en el espacio cavernoso─. Nada de heroicidades, caballeros. La nave nodriza está bien protegida y ninguno de ustedes tiene la experiencia suficiente para abatirla.
Simplemente esperamos que ustedes desvíen la primera oleada de naves hasta que la Flota pueda llegar. Así que salgan ahí afuera y cumplan con su destino. Buena suerte ─con un crujido final el sistema PA se apagó.