Y si... ¿No fuera valiente?

VII

*Gringo en mi comunidad se utiliza para referirse a cualquier persona que sea de estados unidos, no como ofensa o para menospreciarlo.

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Miguel O'Hara era un hombre que difícilmente podría sentirse nervioso, pero en ese momento mientras se ponía una chaqueta café oscuro sobre su camisa roja lo hacía, estaba nervioso y no sabía muy bien por qué.

— Vaya, cancelo la noche de empanadas y telenovelas entonces. – Habló Lyla mientras se proyectaba en su reloj.

— Cállate.

Peter no estaba en mejores condiciones mientras esperaba al más alto, sus manos sudaban y hasta su estómago dolía al tiempo que caminaba de un lado al otro en la entrada de la base. De repente cosas sin importancia comenzaban a tenerla, como la mancha en su pantalón por limpiar su mano en la tela de mezclilla al comer las papas fritas. No sabía si estaba debidamente vestido con su camisa azul cielo de manga larga, debajo como siempre traía su traje y aunque estaba fresco comenzó a sudar un poco.

— Quizá debería cancelar. – Murmuraba nervioso mordiendo la orilla de una de sus uñas. — No. Tú puedes hacerlo, es una salida de amigos, solo amigos. – Se dio ánimos al tiempo que buscaba en su bolsillo una menta y la ponía en su boca, ya había cepillado sus dientes antes de llamarle siquiera, pero seguía teniendo miedo que su aliento oliera a comida rápida, aunque no era como que realmente importara.

— ¡Peter! – El aludido detuvo su andar de un lado al otro para mirar al moreno que se acercaba mientras alzaba una mano. El castaño no pudo evitar suspirar y sonreír como tonto un poco, estaba acostumbrado a ver a Miguel con su traje ceñido o ropa de ejercicio, pero era quizá la primera vez que podía deleitar su mirada con su estilo medio informal.

— ¡Miguelito! – Extendió los brazos hacía el moreno para saludarlo, su intención era solo hacer el ademan, no abrazarlo de verdad, pero fue rodeado por los brazos del más alto que le apretó contra su cuerpo y dio varias palmadas en su espalda antes de soltarlo.

— Lo siento, creí que buscabas ese tipo de saludo. – Después de todo en su cultura el abrazar no era solo por cuestiones románticas, sino también para demostrar afecto a una amistad y él se había presentado con toda la intención de recuperarla.

— Ah, no pasa nada, solo me tomó por sorpresa que fueras tan cariñoso. – Usó todas sus fuerzas tras salir del shock inicial para bromear y mentirse a si mismo que aquel contacto no le hizo elevarse hasta el cielo en un instante. Notó como el moreno se cruzó de brazos frunciendo el ceño por lo que le dio un leve golpecito en el hombro. — Y regresó nuestro O'Hara original. En fin, ¿A dónde deberíamos ir?

— No lo sé, creí que ya tenías algo en mente.

— Bueno, ya he cenado, pero si tienes hambre podríamos ir por algo para ti.

— Me parece bien, conozco un lugar con comida deliciosa.