Y si... ¿No fuera valiente?

XII

Tras la partida del mexicano los jóvenes le explicaron al castaño sobre lo estaba pasando desde que fueron escuchados en el aula y como deliberadamente hicieron lo posible para que sus palabras fueran malinterpretadas, para ambos sonaba a una buena idea para descubrir si había algún tipo de interés de parte del mexicano, por supuesto ambos fueron regañados por el mayor que caminaba de un lado al otro frente al par que estaban sentados en el sillón siguiéndolo con la mirada.

— No es tan malo. – Intentó restarle importancia al asunto.

— ¿No tan malo? Ahora Miguel piensa que hago quien sabe que cosas con ustedes.

— Creo que lo dejamos bastante claro, debe pensar que tienes sexo con-

— ¡Shhh! – Le mandó a callar Peter mientras cubría la boca de Pavitr con una de sus manos. — Ni siquiera lo digas. – Suplicó alejando su mano y dejándose caer en el sofá de una pieza a un lado del de tres donde minutos antes estaban pasando un buen rato viendo películas.

— No te alteres tanto, solo es una palabra y no lo estábamos haciendo, así que no hay problema.

— Lo hay si él cree que si pasó, ahora pensará que soy una clase de pervertido adicto al... eso. – Cubrió su rostro con ambas manos avergonzado, eso era una mierda, si recapitulaba su conversación anterior sonaba a una invitación bastante obscena. — Seguro ahora me odia.

— No lo creo. – Se acercó el indio para dar suaves golpecitos en la espalda del castaño. — Se notaba sorprendido, incluso un tanto molesto, pero pareció reaccionar con desagrado a tu "invitación" – Se puso de rodillas para quedar más bajo que Peter y poder ver su rostro hacía arriba. — Realmente creo que podrías conquistarlo, pero si no te sientes cómodo con eso o realmente no quieres pasar de su amistad, por que eso decidiste y no porque te consideres menos que los demás o que no lo mereces, entonces te apoyaremos en tu decisión.

— ¿Realmente creen que podría tener una oportunidad?

— Solo tienes que creértelo. – Agregó Hobie. — Si fueras más joven o yo más viejo, seguro que serías un objetivo a conquistar. – Peter no pudo evitar reír haciendo que los otros dos también lo hicieran.

— Je habría sido una muy difícil conquista. – Bromeó mientras le agradecía a ambos por su apoyo.

Como cada mañana Miguel se presentó en el cuartel, avanzó sin prestarle atención a los que andaban por el pasillo, después de todo solían tratarse de trepamuros que regresaban de una misión o que se encargaban del mantenimiento del lugar, nadie más que él iba a primera hora para tener un momento de paz en el gimnasio, pero sus planes se fueron por la ventana al ver al castaño ahí dentro.

— Veo que pudiste venir temprano, ¿Acaso no dormiste? – Preguntó el mexicano sin mirarlo mientras se subía a una de las caminadoras encendiéndola y comenzando a trotar.