V

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Por primera vez Parker había obedecido sin decir una palabra, simplemente se retiró de la oficina del moreno, estaba en shock por lo que había pasado. Pudo probar los labios del moreno, pero al mismo tiempo fue cruelmente rechazado, pero no podía molestarse con el otro, no tenía derecho tras decir tantas cosas tan egoístas, por concentrarse tanto en lo que sentía que olvidó una parte muy importante: lo que Miguel sentía al respecto.


Regresó a su universo para darse una larga ducha mientras reflexionaba bajo las frías gotas de su regadera, no era la primera vez que era rechazado, estaba seguro que ni siquiera sería la última, pero dolía como si lo fuera. Tomó algo de agua con sus manos para frotar su rostro con fuerza una y otra vez intentando hacer que el ardor en sus ojos se desvaneciera.


No sería un cobarde, no huiría como lo había hecho en situaciones similares cuando se trataba de relaciones, se vistió y acomodó el reloj para abrir el portal a la dimensión donde se encontraba la base. Tomó aire antes de adentrarse al portal y salir por el otro extremo dentro del lugar. Saludó a los presentes como si nada pasara, no se dejaría derrumbar por esa situación, era el hombre araña y el hombre araña siempre se levantaba tras cada caída, sin importar que tan dolosa fuese, siempre se levantaba.


Se mantuvo ocupado yendo a cuantas misiones le asignaron siendo la IA quien se las indicaba, incluso su tiempo libre lo utilizaba para entrenar con los más jóvenes del lugar ayudando a que perfeccionaran sus ataques, incluso con consejos que consideraba bastante buenos.


— Y recuerden, siempre usen talco y laven su mascara. Al inicio no les importará, pero cuando se encuentre lo suficiente sucia lamentarán cada segundo que la traigan puesta. – Algunos rieron y otros tomaron nota, se despidieron del mayor que suspiraba algo cansado tras tener semanas tan ocupado entre misiones, los reportes, los entrenamientos e incluso tutorías con los spider's jóvenes que aún se encontraban estudiando y se atrasaban por estar ocupados salvando al multiverso.


— ¿Talco? – Preguntó aquella voz con extravagante acento para los oídos de Peter, regañó mentalmente a su traicionero corazón que dio un vuelco al escucharlo después de tanto tiempo.


— Si, es bueno contra las rozaduras por culpa del traje. No creo que lo entiendas, ya que tu traje no es de tela exactamente. – Guardó unos marcadores con los cuales normalmente escribía en una pizarra blanca que estaba en aquella habitación que era más como un aula.


— Es una de las ventajas del traje, puedo conseguirte uno de estos si quieres.


— ¿Tienes alguna misión para mí? – Miguel alzó una ceja ante la sorpresa de no recibir alguna broma o que el castaño comenzara a hablar sin parar.


— En realidad no, pero-


— ¿Necesitas que entrene a alguien? – Le interrumpió sin mirarlo.


— No, yo- De nuevo fue interrumpido por el mayor.


— ¿Entonces que haces aquí?


— ... – El silencio prevaleció en aquella habitación, el moreno buscaba la mirada del castaño y por un rato no pudo encontrarla, pero eventualmente este le miró.

Y si... ¿No fuera valiente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora