XVI

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Miguel solo recuerda una ocasión en la que sintió aquella opresión en su pecho, la desesperación por no poderse mover con mayor rapidez. No le gustaba recordarlo, mucho menos en ese momento que no estaba seguro que encontraría, aun con la lluvia llegó relativamente rapido a un motel de paso, habían demasiadas habitaciones, no estaba seguro a que puerta que daban hacía el estacionamiento tocar primero, quizá crear un alboroto para que el otro tuviera que salir si es que se encontraba a salvo.


— 13B – Interrumpió sus pensamientos la IA y sin pensarlo un momento más se balanceó con la ayuda de su telaraña para llegar hasta la puerta con esa numeración, cerró su mano en un puño con la intención de tocar y esperar, pero paciencia no era una de las cualidades del moreno, por lo que apretó con fuerza el picaporte hasta romperlo y empujar la puerta para abrirla arrancando la pequeña cadenita que funcionaba como seguro. Miguel sentía como sus manos temblaban levemente mientras se negaba por el momento a mirar hacía arriba, temía que al alzar la mirada se encontrara con alguna escena digna de una película gore con sangre por doquier y quizá el cuerpo inerte del castaño pudriéndose en la cama.


Alzó la mirada y no supo como sentirse al ver al castaño sentado en la cama con un bote de un litro de helado, usando una bata de baño color rosado mientras veía algo en la televisión, una combinación de alivio y molestia inundó su ser y tuvo que cubrir su boca al sentir nauseas por lo rápido que su cuerpo entero había liberado la tensión hasta ese momento.


— ¿Que haces aquí? – Atinó a responder notando la incomodidad del otro por su presencia.


— Vacaciones. – Respondió centrando su atención en su helado que ahora removía con su cuchara.


— Vacaciones. – Repitió el moreno mientras se daba la vuelta. — ¡Ja! Estaba tan preocupado y el pendejo estaba en unas malditas vacaciones. No puedo creerlo, no puede ser, no puede ser. – Maldijo una y otra vez en español, estaba aliviado de que estuviera bien, si, se alegraba de ver que seguía con vida, pero estaba jodidamente molesto por todas las horas que estuvo como un idiota buscándolo por la ciudad pensando lo peor para que estuviera de "vacaciones" haciendo el tonto.


— ¡Peter! – Llegó primero el indio entrando en la habitación que tenía la puerta abierta para arrojarse sobre el castaño abrazándolo con fuerza. — ¿Dónde te metiste? Estábamos tan preocupados, estaba pensando en traer un villano de otra dimensión para conseguir que salieras de donde estabas.


— No quería preocuparlos, solo son unas vacaciones. – Llegó Hobie que se sintió aliviado de inmediato al ver que estaba bien, se acercó para recostarse en la cama a un lado suyo.


— Eso no fue genial Peter, estuvimos buscándote por todos lados. ¿Porque no nos avisaste por lo menos a nosotros? – Los tres charlaban de manera tan amena que Miguel se sintió fuera de lugar de inmediato, en esa habitación era quien sobraba y no necesitaba que nadie se lo confirmara, el mismo podía darse cuenta, así que retrocedió sin llamar la atención del trío hasta salir de la habitación, avanzó unos pasos en el estacionamiento ignorando la lluvia mientras abría el portal.


— ¡Miguel! – Escuchó como el castaño le llamaba, pero no retrocedió, ni siquiera se dignó a mirarlo. Se adentró en el portal.

Y si... ¿No fuera valiente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora