XXI

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Apenas cabían dentro de la bañera del castaño que le daba la espalda al moreno mientras su espalda se recargaba en el pecho de quien lavaba sus brazos con cuidado y dejaba un beso sobre la mojada cabellera del mayor.


— Me duele todo. – Se quejó cerrando los ojos disfrutando de como el otro frotaba sus brazos antes de rodearlo con sus brazos.


— Lo siento, mejoraré. – Peter soltó una leve risa.


— También yo, debería investigar al respecto. – Ambos se quedaron en silencio de nuevo. Peter realmente quería preguntar si eso significaba que ahora eran algo más que amigos o si solo habían evolucionado a amigos con beneficios, pero temía preguntar y arruinar el ambiente entre ambos. Suspiró cuando el moreno ejerció un poco más de fuerza en el abrazo mientras pegaba su mejilla contra el cuello del castaño.


— Peter.


— Dime.


— Estoy listo para darte una respuesta.



Dos días habían pasado y ahora ambos se paseaban por el centro de la ciudad de Miguel deteniéndose de vez en cuando en algunos locales para mirar que comprar. Al encontrar lo que buscaban decidieron regresar al hogar del moreno que dejaba las compras en el comedor para acomodar todo mas tarde, en ese momento su prioridad era rodear al castaño con sus brazos para repartir un par de besos sobre su rostro.



Estar saliendo con el moreno era muy diferente a lo que hubiese imaginado, claro que debía revisar sus prejuicios ya que creyó que su relación sería más candente, que no abandonarían la habitación cada vez que se encontraran a solas, pero se encontró con la agradable sorpresa de que el otro era bastante atento con él, así como romántico. Claro que cuando lo hacían terminaba casi perdiendo el conocimiento y tan satisfecho que creía que no podría volver a hacerlo tiempo después, pero cada vez que era acorralado por el moreno, cuando le tocaba con claras intensiones o era besado su libido se disparaba hasta el cielo. Hicieron una reunión donde incluían a los menores para darles la noticia, fueron felicitados por ambos que estaban felices que al fin formalizaran aquello.


Miguel agradecía internamente haber tenido el valor para darse una oportunidad con el castaño, así como este mismo no se haya rendido con él. Seguramente si las cosas hubieran sido al revés el moreno habría abandonado al primer rechazo, no era tan fuerte como quien ahora le sonreía cuando sus miradas se encontraban, quien le robaba un beso travieso en la base cuando nadie miraba. Peter se había convertido en el salvador de su felicidad y cordura. Estaba seguro que de no ser por él habría abandonado este mundo desde el momento que perdió a su familia, pero el otro no le permitió hundirse en su miseria, primero con su amistad y ahora con su cariño. No pudo evitar sonreír mientras abría la pequeña cajita que el castaño le había dado por su primer aniversario encontrando una delgada gargantilla de plata con un cursi colgante pequeño de araña que hacía juego con la que el castaño tenía. Miguel prefería no regalar joyería porque le parecía algo superficial, pero al recibir aquel regalo de parte de su amante entendió el mal significado que le estaba dando a eso.


Su primer San Valentín como pareja llegó y como era de esperarse el moreno había preparado una cita perfecta para ambos, cena, un paseo especial y una estadía en un hotel cinco estrellas. Sería la velada perfecta, solo ellos dos y todo el día y noche para amarse y entregarse el uno al otro, sin embargo, al ser superhéroes no tenían nada seguro.


Sus planes se habían ido a la mierda por un par de anomalías en varios universos, Miguel creyó que podrían ocuparse de todo a tiempo para no perder su reservación, pero mientras arrojado contra la pared por una explosión del duende verde supo que no estaría ahí a tiempo. Estaba furioso y por suerte tenía contra quien desquitarse, sin embargo, lo perdió en la ciudad y mientras buscaba no dejaba de maldecir en voz alta mientras Lyla buscaba la ubicación de quien se estaba escondiendo.


Para cuando lo encontró y lo llevó a la base el día ya había terminado, eran pasadas las dos de la mañana, había perdido incluso la reservación de hotel y no le importaba realmente el dinero, sino que le fue imposible siquiera ver al castaño que se encontraba luchando en otra dimensión también. Se sentó en el techo del cuartel mientras miraba el cielo donde a penas y divisaba algunas estrellas antes de darse cuenta de que el castaño se sentaba a un lado suyo.


— Lo siento, no pude terminar a tiempo.


— Lo que importa es que estás bien. – Concluyó mientras le ofrecía al otro una hamburguesa envuelta en su empaque. — De cualquier manera, San Valentín es una fecha comercial diseñada por el consumismo y las empresas que lo promueven, eso dijo Hobie.


— Gracias. – Tomó la hamburguesa y soltó una leve risa, eso era algo que definitivamente Hobie diría. — Aun así, quería que fuese especial.


— Puede serlo cualquier otro día. – Le dio una mordida a su hamburguesa. — Hagamos nuestro propio San Valentín, un día tan especial que solo tú y yo sepamos cuando es. – Asintió con la cabeza antes de mirarlo.


— Deberíamos ponernos de acuerdo entonces. – Abrió su hamburguesa para darle un bocado también.


— Este año puede ser hoy. – Recargó su cabeza en el hombro del moreno. — Es un día perfecto, estamos juntos, comemos algo delicioso y tenemos la noche para nosotros.


— Debí comprar flores entonces. – Ladeó su cabeza para apoyar su mejilla sobre el cabello del castaño.


— Lo sé, será mejor que te prepares para el próximo año, ¿Que se supone que le presuma a mis amigos? – Bromeó riendo junto al mexicano que pasaba su mano por la cadera del mayor para abrazarlo.


— Será mejor el próximo año.


— No te presiones demasiado, tenemos todos los años que nos resten de vida para hacerlo bien.


— Cásate conmigo.


— ¿Que fue eso?


— ¿Acaso no entiendes el español? – Preguntó divertido sin alejarse.


— Si, pero esa frase no la he escuchado, ¿Que significa?


— No te diré. – Le apretó un poco. — Pero dame una respuesta cuando lo averigües. 



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Muchas gracias por leer.


Ahora sí, llegamos al final de esta historia, espero que se hayan divertido tanto como yo lo hice. 



Nos leemos~

Y si... ¿No fuera valiente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora