La bruja se mantuvo pensativa ante las palabras dichas por el monarca del reino de dulce.
- Debo admitir que es una oferta interesante, y tiene algo de razón, Marshall en el pasado sufrió por haber Sido desplazado por un reino... Pero dime Gumball... ¿Has pensado en las consecuencias de todo esto?
- Si, solo quiero que nos dejes tranquilos, alguien ya se encargará de hacerte frente, pero yo no más, solo quiero vivir tranquilo con mi familia y que ellos estén con la certeza de que no tendrán que preocuparse de enemigos.
- Es tentador...
- Solo piensa en los reinos que puedes conquistar, en el poder que puedes adquirir... Todo en la palma de tu mano.
- ¿Y qué ganas con todo esto? Siento que esto es un truco.
- No hay truco, solo quiero que me dejes tranquilo, que olvides nuestra existencia, Marshall, mis hijos y yo no seremos contrincante para ti una vez que te hayas apoderado de todo, solo promete que nos dejarás tranquilos...
- Bueno... Demasiado desesperado, pero creo que puedo hacerlo, pero deben desaparecer de mi vista, que no tendré piedad si los vuelvo a encontrar...
- ¿Entonces aceptarás?
- ¿Aceptar? ¡Claro! Y más te vale no tener algo entre manos, que sino voy a destruirte de manera lenta y dolorosa.
El rosado asintió y tras ver la mano extendida de la bruja la tomó para acercarse a ella en un intento de abrazo.
- ¡Lo sabía!
Dijo la bruja empujando al príncipe quien dejó caer una daga de una de sus manos, la cuál cogió con prisa y se colocó en posición de ataque.
- Entonces... Has sido lo demasiado tonto como para desafiarme ¡Cuervonejos!
- gritó aunque los sirvientes de la bruja se mantuvieron a raya al ver un rayo de luz atravesar los árboles y dejar a ambos enemigos bajo esta.
- No habría venido sin antes haber estudiado un poco de lo que te hace tan poderosa, pero tú misma lo dijiste, Marshall tiene el punto débil en la luz... Al igual que tus cuervonejos, que no son más que sombras... Entonces no van a acercarse, porque para tu mala suerte, ellos superan tu control si algo les hará daño.
- Debo admitir que has hecho bien tu tarea, aunque eso no servirá de nada, una vez que el sol se oculte tú vas a estar perdido, y haré que el propio rey vampiro te quite esa sonrisa.
El enfrentamiento comenzó en un esquiva y ataca por parte de Gumball quien se sentía casi exhausto por las provocaciones de la bruja quien lanzaba esferas oscuras y evocaciones solamente como si estuviera jugando, por otro lado la bruja reía pero se notaba igualmente cansada, pues sabía de antemano que esta encontraba su poder en las emociones, por lo que a medida que pasaba su batalla y Gumball lejos de temerle comenzaba a parecerle aburrida.
- Ríndete, igual no vas a ganar, todo tu mundo me pertenece.
La bruja en uno de sus ataques que fue nuevamente esquivado al sentirse frustrada mandó a llamar a su más poderoso sirviente.
- ¡Rey Vampiro! ¡Sal ya!
Gumball miró con asombro a quien sería su prometido totalmente fuera de si, pero se mantenía a raya ante la fuerte luz que se colaba en el bosque, aunque esa sola distracción bastó para que la bruja lanzara una de sus bolas de energía directamente en su torso.
- Debo darte crédito por tus movimientos, Príncipe, pero muy descuidado de su parte... ¿Acaso se ha olvidado de lo avanzado de su embarazo? Que mal padre...
Dijo con burla la bruja tras comenzar a ver un líquido empapar los pantalones ajenos, justo en ese momento y para su mala suerte, el sol comenzaba a ocultarse tras una nube que amenazaba con quedarse ahí un buen rato ya que auguraba una lluvia fuerte.
- Parece que no ha sido su día de suerte... Oye, Rey Vampiro... Quiero que vea algo por aquí...
Antes de dejarlo a la vista apartó la mano del príncipe que descansaba sobre su barriga tratando de contener el dolor, y nuevamente al levantar la vista pudo ver los ojos de Marshall carentes de toda emoción y brillo.
- No, Marshall... Ni se te ocurra acercarte.
Dijo angustiado manteniendo la daga apuntando al vampiro a la altura de su pecho.
- Él no va a escucharte... Y dime ¿Tienes algún último deseo?
- Solo... Déjame darlo a luz, por favor, es lo único que pido...
Suplicó con angustia y con dolor, ya que apretaba los dientes cada que sentía un fuerte dolor en su parte baja.
- Déjame pensarlo... No, Rey Vampiro, ya sabes qué hacer con los mentirosos... ¡Oye! ¡Alejate! Te estás tomando demasiadas... Libertades... Conmigo...
Dijo entrecortada la fémina quien se encontraba ya atravesada por la daga que hace unos segundos había tenido levantada en contra del rey de la nocheosfera.
- Recuerda... Por más herido que tú enemigo esté jamás debes darle la espalda... Y mucho menos si sabes que sigue armado...
Esta vez quien continuó el monólogo fue el rosado quien triunfante dejó caer el cuerpo en shock de la bruja mientras sus cuervonejos comenzaban a desaparecer y por consecuencia tras caer totalmente sin rastro de vida, Marshall fue liberado.
- Gumball... No vas a creerlo, vine a hablar con la bruja y después me obligó a hacer todas esas cosas malas y debes saber que no fue mi... Intención... ¿Gumball? ¡Debo llevarte al reino de inmediato!
- No... No... Por favor, ayúdame con esto... Ya debes tener experiencia con esta clase de situaciones.
Trató de sonar optimista y gracioso pero nada de eso funcionó.
- Voy a llevarte...
- No... Quédate conmigo... Estoy muy cansado... Por favor, solo... Quiero quedarme contigo, ha pasado un tiempo.
- Pero si no te llevo... Podría...
- ¿Marshall?
- ¿Si?
- Te amo... ¿Sabes? Siempre lo hice, eras un bromista insufrible... Pero te amo tanto... Cuando hablabas tan confiado de vivir tu vida a tu gusto, cuando me llevaste a tu casa por primera vez... No sabes lo atractivo que me pareció ese mundo que tanto me prometiste... Hay tantas cosas que quisiera hacer aún por ti, por los dos, por el reino, que solamente no puedo aceptar no tenerlo todo...
- Gumball, no hace falta que hables, de verdad...
- Dime que me amas por favor, solo una vez, no sabes lo feliz que me haría escucharlo aunque sea una vez después de tanto tiempo...
- Gumball, te amo... Y te amaré toda mi vida, con toda mi alma, soy capaz de recorrer el mundo bajo el sol solamente por ti, por dar mi vida, cualquier cosa...
- Si... Lo sé... Te amo...
- Gumball...
Dijo el vampiro sin obtener respuesta...
- Gumball...
Otra vez...
- ¡Gumball!
Continuará...
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La tormenta
Fanfiction-MARSHALL, DIJISTE QUE ME AMARÍAS PASARA LO QUE PASARÁ... -Yo le prometí eso a Gumball, usted debe confundirme majestad... Ahora debo irme, me esperan en mi reino... Es tan difícil vivir con un romance oculto y ocupar otro como máscara porque ya no...