Capítulo 13: En el oscuro cielo vacío

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Capítulo 13: En el oscuro cielo vacío...

Después de la visita la reina helada se encontraba bastante consternada, Gumball había terminado por ayudar al caprichoso vampiro a recuperar su Hambo y ahora todo marchaba bastante bien, sin embargo, después de pensar por un tiempo sobre la visita que había tenido de la humana y la gata, había visto algo en la humana rubia que le había hecho sentirse extraña, repentinamente corrió hasta su cuarto de baño y mirándose al espejo trató de pensar las cosas... Sin lograrlo...

-Hay cosas que puedo ver con mis ojos de hechicera, pero no sé si son reales... Marshall, Fiona esta poseída por una fuerza malvada...

Se repetía una y otra vez a sí misma para intentar calmarse, no sabía lo que había visto en Fiona, pero no era para nada bueno, debía alejarla de la familia de Marshall...

~\~\~\~\esa noche, en el dulce reino/~\~\~\

-Marshall ¿Cómo ha estado mi pequeño Prince?

-Muy bien ¿Cuantas veces tengo que repetirlo?

-No necesitas repetírtelo más, lo prometo...

-Bien, ¿Y cómo te ha ido a ti estando encerrado aquí? Apuesto a que no has tenido un solo minuto para ti...

-Puedes estar seguro que así ha sido, no recordaba tanto esos deberes tan cansados...

-Pero está muy bien que los retomes, la próxima vez te ayudare, seré tu asistente en lo que me pidas...

-De acuerdo, pero ¿Sabes? Yo tenía la idea de que tú y yo... Ya sabes que no hemos estado juntos desde que Prince nació y me preguntaba si...

-Se ha ido a dormir, supongo que tenemos un tiempo para nosotros...

Dijo el vampiro abrazando al rosado, quien con esa reacción del contrario se había sonrojado... Marshall y Gumball caminaron de la mano por los pasillos del castillo, desde su oficina hasta la habitación, Prince esa noche estaría a cuidado de Mentita, y que mejor que poder pasar un tiempo de calidad con el vampiro, igual que antes de todos los conflictos...

-Me preguntaba si tú aun puedes procrear niños...

-No estoy muy seguro, pero si pudimos tener a Prince, creo que un segundo no sería tan imposible...

-¿Entonces intentaremos?

-Prince aún es muy pequeño y demandante, no sé si podamos cuidar a dos que tendrían casi la misma edad... Prince apenas tiene dos meses...

-Será sencillo, después de todo tendrán al mejor padre del mundo...

-Marshall, siempre serás el mejor, bien, entonces tenemos un hermanito para Prince que hacer...

Marshall no dijo más, besó a Gumball y le guió hasta la cama del rosado, en donde después de varias caricias y susurros amorosos decidieron llegar a otro nivel, Marshall comenzó a quitar su camisa roja, mientras que Gumball lo miraba con lujuria en los ojos, se acercó para poder acariciar el pecho de su prometido y Marshall lo besó profundamente, invadiendo la cavidad del contrario, al mismo tiempo en que quitaba sus pantalones. Gumball dentro del éxtasis imitó al vampiro y le quitó lo que quedaba de ropa, ambos se contemplaban en su desnudes, los ojos brillantes de Marshall y el gran sonrojo de Gumball que tanto hacia que amara al rosado... Marshall comenzó a invadir la estrecha entrada del rosado con un dedo, entrando y saliendo en un lento movimiento, sacando pequeños jadeos adoloridos por parte de este, cuando se volvieron gemidos de placer introdujo un segundo dedo, haciendo las penetraciones un poco más rápidas, sin embargo antes de introducir un tercer dígito se detuvo en seco, alguien tocaba la puerta... Gumball se paró rápidamente y tomando su bata de baño se apresuró a ver de qué se trataba... Apenas asomó su cabeza a través de la puerta y se encontró con el rol de canela, quien parecía traer más trabajo para Gumball, este recibió la gran pila de papeles y cerró la puerta para mirar a Marshall, quien seguía ahí, en la cama, con la sabana cubriendo solamente de la cintura para abajo, devorando al rosado con la mirada, ocasionándole su adorable sonrojo, ese vampiro era realmente sexy, y que era mejor que tenerlo solo para él, que sea el padre de su pequeño, que fuera su prometido, que estaría siempre a su lado, que era la única persona que le vería de esa manera, que tendría esos encuentros eróticos con el...

La tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora