Capítulo 10: si el sol es tan brillante

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Capítulo 10: si el sol es tan brillante

-También te amo, han sido unas largas vacaciones lejos de casa ¿No te sientes un poco mareado por pasar tanto tiempo en la oscuridad?

-No mucho, pero todo se ve más brillante ahora...

-Oh Milord Gumball y Marshall están de vuelta... ¿Cómo ha...?

Mentita miró al pequeño de piel grisácea y se acercó emocionada dejando atrás a Fiona...

-Este es Prince...

-Es un nombre muy lindo... Pero no lo entiendo Milord... Debía nacer después...

-Digamos que llegó en buen momento...

-No sabe que feliz me hace verlos a ambos sanos y salvos como la familia que debían ser desde el principio...

El pequeño Abadeer comenzó a llorar en reclamo por comida, fue entonces que Mentita rápidamente puso a los ayudantes del castillo disponibles a atender al heredero recién nacido.

- Debemos limpiar al pequeño...Decía la alegre Mentita recibiendo al pequeño Abadeer... Y antes de salir de la habitación le dijo a su príncipe...

-Llamaré a la doctora mantecado para que revise su estado y el del bebé ¿Esta bien?

-Sí, gracias Mentita...

Fiona siguió a Mentita pensando en dejarle a la pareja un poco de privacidad. Al cerrarse la puerta Gumball volvió su vista al vampiro que esperaba pacientemente a su lado...

-¿Sabes? Creo que esto de tener hijos es algo de lo mejor que me pudo pasar...

-Ya lo creo, me has hecho padre, tanto que lo habíamos planeado... Aun no comprendo cómo, pero me has hecho muy feliz, Gumball...

Marshall abrazó al rosado quien sonreía por las palabras que le propinaba su querido vampiro, este levanto su rostro para encontrarse con el de Gumball y le dio un beso cargado de deseo, un deseo de ya casi ocho meses, por fin podía sentir sus labios, después de tanto tiempo por fin estarían juntos para no volver a separarse... El aire hizo falta y ocasionando su separación entró Mentita cargando al bebé con un pequeño biberón y ambos con la doctora mantecado...

-¿Cómo se siente príncipe Gumball?

-Ahora estoy un poco mejor, gracias...

-Bien, procederemos a revisar, claro, si el padre que por fin está presente lo permite...

Marshall asintió seriamente y pronto revisaron a Gumball levantando un poco sus piernas y examinando el área...

-Para ser un parto tan prematuro resulto ser bastante natural, estuvo de suerte principie, no hay ningún daño a pesar de que lo tuvo en tan malos ratos...

-Bueno, no en tan malos ratos, nació antes, pero podría decir que fue justo a tiempo

Dijo el rosado con una tímida sonrisa y aferrándose a un brazo del vampiro, este, Mentita y la doctora mantecado sonrieron de igual manera y antes de que el rosado pudiera preguntar, Marshall robó las palabras de su mente...

-¿Y cómo se encuentra mi hijo?

-A él lo he revisado ya, es un niño sano, fuerte y muy feliz, solo no lo expongan tanto a la luz, es muy pequeño aun, y como no es un vampiro completamente pero tiene algo de ello en sus genes estar bajo la luz por periodos prolongados de tiempo le mataría...

-¿Y es un doncel?

Esta vez la duda fue de Gumball, tenía la curiosidad de saber para poder prever los celos de su novio sobre los pretendientes de su hijo (si es que los tendría si fuera doncel) en un futuro.

- No lo es, es la réplica exacta de su padre, el señor Marshall... Debo retirarme, tengo una emergencia, Felicidades a ambos...

Gumball sintió un poco de alivio al saber eso, hubiese sido lindo, pero existía la posibilidad de que su padre le terminara encerrando por el resto de sus días para mantenerlo puro casto e inocente por siempre. La doctora salió rápidamente como alma que lleva el diablo, al parecer había una emergencia con el rol de canela que nadie preguntaría, ese súbdito siempre tenía la costumbre y mala suerte de meterse en problemas de todo tipo además Gumball parecía cansado y los presentes le dejarían descansar por el resto de la noche... Marshall salió de la habitación con Mentita cargando aun al pequeño vampiro y Fiona detrás de ellos...

-¿Cómo ha tomado la noticia Milord Marshall?

-Es un niño muy lindo, espero que siempre podamos estar juntos aunque aún me siento un poco frustrado conmigo mismo por haberme perdido todo el tiempo...

-Ya vendrán tiempos mejores, y quien dice que no podrán tener más bebés Milord Marshall...

-Cielos Mentita, estas en todo...

-¿Quién les había estado despejando los pasillos del castillo para que nadie escuchara? Sí que hacia gritar a Milord Gumball

Mentita rió al ver el sonrojo más intenso que había visto en el vampiro, Fiona por su parte se limitó a pretender que no escuchó ni vio nada...

-Eso es algo que no debe decir Mentita, no ahora, vuelva a decirlo cuando esté Gumball ¿Podría?

-Claro Milord Marshall...

-Quisiera ver la reacción de Gumball al escuchar tales palabras...

Ambos rieron cómplices y Fiona sentía que no tenía cabida en ese lugar así que se retiró haciendo su despedida rápida y saliendo del castillo en busca de su amiga Cake, Gumball paso esa noche sin dormir (y no es que lo necesitara) junto a Mentita charlando sobre lo que había pasado mientras él estaba ausente del reino de dulce...

Al llegar la mañana comenzaron los preparativos para esa noche, todo parecía como si fuera un muy buen momento para celebrar y marchaba todo como debía era momento para otra celebración en el dulce reino, todos los preparativos estaban casi listos, esa noche era la bienvenida del vampiro, el recién auto desterrado de la nocheosfera, los invitados volverían a ser algunos (por no decir que todos) nobles que por curiosidad decidieron visitar a Gumball y su reino, y saber de las "horribles" experiencias que le hizo pasar Marshall, y el rosado sabiendo las intenciones que estos tenían (obviamente nuestro príncipe favorito no sería tan idiota) solo podía sonreír imaginando la cara que pondrían todos al enterarse de que tenía un bebé con el recién llegado del reino de la nocheosfera.

Esa misma noche renunciaría a la corona no sin antes aprobar su ley para poder casarse con el vampiro, había decidido poner su reino en manos de su fiel Mentita y esa noche daría el comunicado. Sin embargo, Mentita esta vez tampoco quería el reino que por derecho le tocaba a Gumball, tendría que hablar con Marshall por un poco de ayuda...

-Milord Marshall, Milord Gumball quiere hacerme tomar su puesto, renunciará a la corona pues quiere ir a vivir con usted y oficializar su matrimonio...

-¿Pero que eso no estaba prohibido? Y ¿Cómo es que quiere dejar el reino? Esta vez debe hacer bien las cosas...

-Trata de hacer lo que piensa que es correcto y lo que hará puede que sea un poco más extremista en cuanto a sus decisiones...

-En ese caso no tengo muchas opciones, tendré que pedir la mano de Gumball cuanto antes, porque no le haré renunciar a su trono y a la gente del reino por mí, traté de renunciar a él por mi pueblo y él no puede abandonar a su reino por mí...

-¿Me ayudará entonces Milord Marshall?

-Déjamelo a mí, todo irá muy bien, confía...

CONTINUARÁ...

La tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora