Capítulo 17: Y así inicia una nueva tormenta

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-Pero si me quieres a mi ¿ Qué tengo de garantía de que dejarás a Gumball y a mis hijos en paz?

-¿Me crees lo suficientemente mala y desalmada como para no cumplir ni palabra?

-¿Quieres que conteste?

-Esta bien, e incluso para que veas que seré generosa, te dejaré llevar a tu hijo con su otro padre y lo despertaré de ese sueño profundo.

-¿Sueño profundo? ¡¿Que le hiciste maldita bruja?!

-¿Yo? Me ofendes, por supuesto que no le he hecho nada, y ahora me culpas por algo que no sabías. Entonces ¿Aceptarás mi trato?

-¿Y estas completamente segura que no los lastimarás?

-Ya habiamos aclarado ese asunto y mi paciencia no es mucha.

-Es difícil confiar en una maldita bruja.

-Se acaba el tiempo, uno...

-Pero Gumball se preguntará en dónde estoy... Yo...

-Dos...

-¡Ya! ¡Esta bien!

Rapidamente juntó su mano con la deforme mano de la bruja y sellando ese pacto que le costaría.

-Esta bien, comencemos.

Nunca vio cuando varios cuervonejos aparecieron, pero ese momento todo se volvió oscuro. Recordaba haber visto a su hijo, a su prometido dormir plácidamente y haber salido rápidamente por la ventana, internándose en el bosque y llegar nuevamente al escondite de aquella bruja, aunque ahora era todo sumamente extraño, pues a pesar de que podía ver y oír todo a su alrededor, las palabras no salían de su boca y su cuerpo no le obedecía, era como si fuera un prisionero de su propio cuerpo y que éste a su vez fuese una marioneta.

-¡Muy bien Príncipe Marshall! Estoy segura de que haz hecho lo correcto, ahora esos niños podrán disfrutar de una vida normal sin saber que están en un gran peligro.

Dijo orgullosa la bruja quien aplaudía de manera burlona ante su vista, sentía el cuerpo pesado y no hacía más que observar con diversión el sufrimiento del azabache.

-Y por si te lo preguntas, ya que pareces mudo por la impresión de todo esto, contigo usé un sencillo hechizo de control, tu lo aceptaste después de todo. Tu familia a cambio de su padre, mira que ahora tendré un gran poder e influencia ilimitada, ¿Qué será lo primero que harás para mí? ¡Ya lo tengo! Anda, quiero que traigas aquí a tu amiga humana...

Dijo con voz grave mientras esboza a una sonrisa malévola y sin poder negarse a los movimientos involuntarios de su cuerpo, salió rápidamente por la ventana de aquel sucio escondite, perdiendo la conciencia y sólo recordar vagamente algunas palabras de miedo de aquella rubia.

Cuando despertó de aquel trance, estaba de vuelta en la guarida y Fiona se encontraba atada a uno de los pilares de la construcción, gritando por su propia reacción.

-¡Marshall! ¡Gumball ha despertado! Quiere encontrarte, tienes que volver.

El vampiro se quedó en silencio, aquel nombre le causaba un dolor de cabeza intenso y pensaba que podría recuperar su cuerpo de sólo escuchar el nombre de su amado.

Con Gumball...

Esa misma tarde nuevamente el peligrosa se encontraba en su cama, convaleciente por su amenaza de aborto, por la cual le obligaron a tomar reposo y a dedicarse a calmarse para recuperarse más rápidamente y volver a retomar sus labores, algo que aceptó a regañadientes, pues ahora su prioridad era cuidar de su hijo y su embarazo. Siendo su descanso interrumpido por una alarmada felina que entró sumamente nerviosa.

-¡Hermanito se la han llevado!

Dijo apenas llegar a los aposentos del dulce príncipe quien le miró confundido por lo que decía...

-Cálmate Cake... Dime ¿Qué ha pasado?

Preguntó el príncipe calmadamente, aunque estaba seguro de que nasa de eso pintaba muy bien.

-¡Fiona! ¡Se llevaron a Fiona!

Volvió a decir la gata quien subió presurosa a la cama del monarca.

-¿Pero quién ha hecho eso?

Preguntó sin inmutarse mirando con seriedad a su amiga...

-Eso es lo que quería decirte, estábamos planeando un picnic en las afueras del reino, todo estaba listo para marcharnos, cuando... De pronto entró haciendo un enorme hueco en nuestra casa, tenía los ojos perdidos y su voz sonaba diferente, nos amenazó y después la tomó por el brazo, tratando de ahorcar la la dejó inconsciente y se la llevó...

-¡¿Pero quién ha sido?!

-Marshall se ha llevado a Fiona...

Comentó por fin la felina, bajando de la cama y mirándole.

En otro lugar.

-Pareces confundida Fiona, permite que te ilustre esa confusión querida. ¿Te gusta mi nuevo peón? Mientras él esté aquí y me deje robar su consciencia yo voy a ser invencible, hará todo lo que le ordene sin importar qué tan doloroso sea... Incluso podría matar a ese presuntuoso y vanidoso príncipe del reino de dulces a quien todo el mundo parece venerar...

-¡No te saldrás con la tuya!

Amenazó la rubia quien solo hizo que la bruja soltara una escandalosa carcajada.

-Pero si ya me he salido con la mía, más vale que ese príncipe haya dado una vida feliz a esos niños que carga, porque una vez finalizado mi nuevo hechizo no habrá absolutamente nada que me detengas... Más te vale que también te despidas de todas esas personas o lo que quiera que sean para siempre, porque después no quedará absolutamente nada de ese reino ni de su goberbante... ¿Y sabes quién tomará la corona y dominará el mundo como acto siguiente?, ¡Yo!

De marchó en medio de escandalosas y molestas risas y la chica observó el cuerpo de su amigo que no se movía, lamentando esa horrible suerte que debían correr.

-¡Marshall no la escuches! ¡Está mintiendo para que lastimes a Gumba, debes buscar la manera de romper ese hechizo en el que te tiene encerrado...

Trataba de motivar la rubia y a pesar de que podía verla ko podía reaccionar, estaba seguro de que prefería morir a que le obligarán a asesinar a su familia, tenía que escapar de aquel sitio y evitar a toda costa a su amado pelirosa, al menos hasta que pudiese encontrar una manera de romper aquél fatal hechizo que le haría cometer el peor de toda su vida.

CONTINUARÁ...

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