Capitulo 20: Colisión de Meteoros

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- Hizo lo correcto al traerlo señor Lee, aunque los estudios no son demasiado optimistas... Está increíblemente débil y solo queda esperar, aunque no esperar a que despierte, sino que....usted sabe...

Decía uno de los médicos del palacio, justo en ese momento se encontraba a un lado de Gumball quien mantenía un casi imperceptible hálito de vida, ese "solo queda esperar" era una condena a la mala fortuna, aunque no se permitía desmoronarse debido a que con él estaba por fin su pequeño, nuevamente un niño, un bebé mucho más pequeño que su primogénito debido a su prematura edad, su cabello era rosado pero muy parecido al suyo, pues no tenía la consistencia de la goma de mascar del príncipe del reino de dulce, y su piel era igualmente rosa pero un tono opaco combinando con la suya, pronto igual deberían llevarlo a las incubadoras para tenerlo ahí el resto del tiempo que faltaba, había sido tanto tiempo despierto y tanto peso emocional que apenas su hijo fue retirado el pelinegro se quedó profundamente dormido por el agotamiento, aunque por un sonido alarmante que llegó a sus oídos y que le alertó, supo que el cuerpo inerte de su prometido esta vez no se volvería a mover.

- ¡Se registra el deceso del príncipe del Dulce reino esta mañana! ¡Posible nuevo rey mientras su heredero cumple la edad!

Se podía escuchar en los voceros del reino, lo cual demandó un profundo silencio en todas las calles, en las cuales la gente se aglomeraba al no poder llegar hasta las paredes del castillo, todos los súbditos se encontraban a la espera del nuevo mandato.

- ¿Señor? Todo el mundo espera unas palabras de su parte...

- Yo no voy a tomar el trono...

- Pero... Necesitan a alguien que fue cercano que les de la confianza de que todo va a estar bien...

- Yo... Ya les he dicho que no... Si mi aspiración hubiese sido convertirme en rey habría tomado el puesto de mi padre... Además, el que Gumball no esté hace el trabajo más difícil... No quiero un mundo donde él no esté.

Suspiró cansado mirando por uno de los balcones, estaba observando a toda la dulce gente que llevaba con ellos ramos de flores y los dejaban a los pies de las paredes. Pronto igual pudo divisar a Fiona quien parecía muy triste.

- Ya les he dicho que no... No puedo ser su rey, me llevaré a mis hijos lejos, ninguno será monarca, nos ha quitado más de lo que podríamos pensar...

- ¿Qué pensaría el príncipe Gumball de todo esto?

- No lo metas en esto...

-Sé que él habría querido que se tragara esas emociones negativas y ayudara con el reino... Él lo hacía, cuando lo único que quería hacer era escapar recordaba que siendo un príncipe tendría el poder de cambiar las cosas... Él cambió y siguió luchando por el bien de su reino así como en su contra para poder aferrarse a usted.

- Esque ya nada tiene sentido...

- ¿Tanto aborrece el título?

- No es eso, aborrezco en lo que mi padre se convirtió cuando tomó la corona, temo volverme como él por eso no me atrae la idea.

- Pero eso no va a definirlo... Tome esto como una ayuda hacia Gumball, quien estuvo aferrado a usted hasta el último de sus momentos...

- No puedo... No me siento lo suficiente valiente para tomar algo que no me corresponde, si tan solo hubiera otra manera.

- La hay, pero... Es un poco riesgosa.

- No hay riesgo que no pueda correr si eso me traerá de vuelta a Gumball.

- Pero mi rey, debe al menos hablar con los súbditos, no tomarán nada bien que su segundo al mando desaparezca así sin más.

- Ni siquiera me has dicho qué otro método conoces que pueda traernos a Gumball de vuelta... Y no me llames así.

- Le suplicó milord, que hable con la gente del reino y venga a reunirse conmigo cuando todo el protocolo se complete.

- Mentita...

- Debe ir al Inframundo señor, hablar con la muerte, ganar sus acertijos y traer al principe de vuelta... Pero si falla...

- Deberé quedarme también...

- Es correcto.

el vampiro suspiró, recién habían salido de un conflicto cuando ya estaban en otro.

- Entonces cuida de mis hijos, estoy decidido a no perecer en algo tan trivial...

- Pero debe proclamarse ante sus súbditos.

Los guardiabananas abrieron un par de cortinas, mostrando a los pobladores del reino de Gumball reunidos ante el enorme castillo.

- Hola... Realmente no sé qué decir exactamente... Pero he tomado la decisión de ir por Gumball al mismo Inframundo y traerlo ante ustedes y... Bueno, básicamente eso...

Dijo eso último para sí mismo.

- Lo que quiero decir es... Gumball, su príncipe se ha sacrificado para poder salvarme, por eso he decidido hacer todo lo que esté a mi alcance y no darme por vencido hasta poder traerlo de vuelta, porque sé que lo necesitan, porque así no es como debe terminar, puede que no me consideren una persona adecuada para permanecer como pareja del príncipe al que tanto aprecian pero... Tengan por seguro que seré digno de su príncipe y de ustedes...

No recibió respuesta de nadie pero no era como si esperase una de todos modos, salió de la vista de los subtítulos y de inmediato pidió a Mentita iniciar con los preparativos mientras él iba a dar un último vistazo a sus hijos que eran bien cuidados en la enfermería del palacio, posteriormente pasó al salón principal donde su durmiente príncipe se encontraba rodeado de flores en una pequeña cama, con sus ropajes sencillos pero de porte fino y elegante, acarició su mejilla.

- Espérame, iré por ti a donde tenga que ir, mi amor por ti es tan grande que ni la muerte misma nos va a separar, eres todo lo que tengo, y aún nos queda disfrutar de nuestro tiempo juntos.

Tras haber dedicado esas palabras Mentita ya tenía listo todo por lo que lo mandó a llamar, haciendo todo lo que decía, solamente quedaba cruzar el portal que le estaba llevando hacia un reino tan desconocido como grande.

Continuará...

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⏰ Última actualización: Aug 09, 2023 ⏰

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