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Habían pasado un par de horas, Jacob y yo estábamos callados, pero era ese silencio tranquilo, sin tensión.
Estábamos viendo Gordie Shore, luego Acapulco Shore, y viendo bien los latinos son demasiado buenos, están muy buenos esos tíos.
Jacob miraba la televisión muy atento a los desastres que pasaban ahí.

-Los latinos están buenos- balbuceé.

-¿Qué?- preguntó él.

-Los latinos- mire la televisión -Me gustaría viajar a latinoamerica, conocer Chile, Argentina, Perú y Brasil.

-Perú; hay buena comida; Brasil; buenas playas y Argentina con Chile; buenas tías- Jacob regreso su mirada a la televisión, pensé que era un ignorante pero al parecer no.
Suspire mirando a otro lado, Jacob aún seguía en mi casa por que herida no estaba curada al 100% y estaba aún en mi casa por si a caso.
Era demasiado arriesgado.
Mire el reloj, eran alrededor de las 2 a.m, mis padres volverán hasta mañana, y estaba cansado.
Empezó hacer calor, me acerque a mi clóset y saque un short corto y un polo largo sin mangas, de la vuelta y pase de largo la mirada de Jacob.
Entre al baño, me saque el pantalón y me puse el short verde agua, y encima en polo negro sin mangas.
Salí del baño y Jacob me volvió a mirar, desde los pies hasta mis cabellos, vi como se relamía los labios.
Caminé entre él y la televisión y salí del cuarto, toque la puerta de mire hermana, Bruenlla salió riéndose.

-Quisiera pedirte disculpas por lo que paso hace un rato- dije.

-No te preocupes, bobo- respondió ella -Tranquilo, no diré nada a nadie.

-Gracias Brunella- respondí -Y también siento mucho el comportamiento de Jacob.

-Ya te dije que no te preocuparas- respondió ella -¿De dónde sacaste un hombre así?¿Ah?.

-Vete a dormir- cerré su puerta y camine riendo.

Abrí mi puertas y un cuerpo grande y fuerte choco con mi rostro, ese aroma a Hugo Boz me lleno el sentido del olfato.

-Jacob, me asustaste- respondí.

-Lo siento- dijo él -Solo quería agua.

-Ya te lo traigo- dije dándome media vuelta para ir a la cocina.

-Lindo short- respondió él, me sonrojé.

Baje hasta la cocina y serví un vaso de agua para Jacob, subí hacia mi cuarto y lo vi tirado boca abajo mirando la televisión con la cabeza hacia arriba.

-Ten- me puse en cuclillas y le entregué el vaso.

-Gracias- se acomodó en la cama, se sentó para tomar agua.

-No hay de que- me levante para acomodar la cama de abajo.

-Ven aquí- dijo Jacob.

-¿Qué?- pregunté.

-Aquí- dijo él palmeando el lado derecho de la cama -Tírate conmigo.

Me mordí el labio y lo mire interrogante.

-¿Sigues molesto por lo que dije?- preguntó él.

-No, ya paso- respondí, y era cierto ya me había olvidado.

-Entonces ven- Jacob estiro sus brazos y me jalo hasta quedar encima de su cuerpo.

-¿Cómodo?.

Me sonrojé, no sé que hacia este chico pero cada vez que estábamos juntos me sonrojaba o bueno cada vez que hacia o decía algo lindo, nada de todos los días.

-Eres increíblemente hermoso ¿sabes, Noah?

Ahora sí me agarro desprevenido, lo mire frunciendo el ceño.

-Déjate llevar conmigo a otro mundo, cheri.

Empezó a besar mi cuello, sus manos bajaron por mi columna hasta mis nalgas, mis manos jugueteaban con su pecho, tocaba ese pecho de roca que tenía bajo mío.

-Déjame demostrarte lo hermoso que eres, cheri.

-Jacob...

No quería, con mi mano derecha tape rápidamente mi boca, Jacob levanto y me miro gracioso y sonriendo.

-Sabia que terminarías gemir di mi nombre.

Le di un manotazo en el pecho.

-¿Ahora qué?.

-Eres un maldigo perver...

No terminé la frase porque Jacob atrapo mis labios con los suyos, otra vez su boca beso mi mandíbula y bajo hasta mi cuello, mordió suavemente mi manzana de Adán mientras yo tocaba sus brazos con mis manos.

De pronto la puerta se abrió de golpe, dándome un mini-infarto al igual que Jacob.

-Mis papás están en casa.

La cara de Brunella era de sorpresa, ella al igual que entro salió corriendo de mi habitación, miré a Jacob, él solo quería reírse como siempre, no es novedad.

-Escóndete en mi clóset.

Me levanté y tome su mano para levantarlo.

-No, Noah- lo miré -Soy muy grande no entraré, mejor me voy a casa y no te causo más problemas.

-¡No!- literalmente grite -Tu herida, puede sangrar.

-No te preocupes, cheri- él camino hasta mi ventana mirando su heridas como si no fuera la gran cosa -He pasado por peores cosas no te preocupes.

Una pierna de él estaba afuera, y medio cuerpo también, pero se detuvo y me miro.

-Nos volveremos a ver, Noah.

Me acerqué, él sonrió.

-No te preocupes, pequeño. Papi estará bien.

Empecé a reír ante la estupidez que había dicho él, pero gracias a eso mi preocupación bajo, realmente confiaba en que estaría bien, confiaba en él.
Él tomó mi mentó y lo acercó hasta su rostro juntando nuestros labios en un pequeño y romántico beso.

-Ese es mi chico.

Bajo por la ventana como un profesional, obviamente no era la primera vez que hacia eso al parecer.

Cerré la ventana y volteé como niño que acaba de descubrir los videojuegos.

-¿Noah, estas bien?- mi padre Matt ya estaba en mi cuarto.

-Mejor que nunca.

-Bueno, hijo. Descansa, ya es tarde.

Asentí echándome en mi cama.

-Espera, Noah.

Levanté mi rostro levantando mi ceja, seña de que continúe.

-¿Qué te pasó en el cuello?.

Fruncí el ceño mientras me levantaba de mi cama y corría al baño, me miré al espejo, efectivamente, tenía un chupeton muy morado en mi cuello.
Matt empezó a reírse.

-No es lo que tú crees- respondí.

-Claro que no- dijo él irónico -Solo recuerda protegerte, hijo.

Me tiré en mi cama otra vez, Jacob, la próxima vez que te vea, te voy a matar.

RISQUÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora