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JACOB

Después de llevar a Noah a su casa, me dirigí a la mía, un poco cansado. Sabía que aceptar el trato que tenía con Noah, era la única forma de acercarme a él de una manera correcta. Aún sin saber al cien por ciento si le agradare, aunque hayamos tenido un par de encontrones, subidos de tono.
Pero una cosa es follar con Noah, y otra muy diferente es estar con él. Y yo quiero estar con él.

- ¿En quién estás pensando? – preguntó Herber sentándose junto a mí.
-Nadie- respondí al instante. Herber saco un pequeño cigarro de su bolsillo, y lo puso entre sus labios.
-No me mientas, Risqué- habló él mientras prendía su cigarrillo. - ¿Es ese niño verdad?
-No.

No es que lo niegue, ni nada por el estilo. Eso es algo mío, y aunque entiendo la posición de mis amigos, ellos no lo entenderían. Dos razones:
1. Los negocios son primero para ellos.
2. Mi padre.

Saber que mi padre influyo mucho en la vida de Herber, Michael y Francis, no me deja tranquilo. Al meterme a este grupo, mi padre, pensó que estar rodeado de hombres, me haría más masculino. Pero, yo soy masculino, en todo sentido, solo que me gustan mucho los hombres, algo que mi padre no entendía, y quería sacarlo de mi de cualquier manera.

-Sabes que puedes confiar en nosotros, Risqué- habló Herber botando humo de su boca -Somos familia.
-Lo sé, pero aún no es el momento.
-Bueno si necesitas ayuda en algo, pregúntame- Herber se puso de pie para salir del cuarto, y yo solo asentía, pero...
-Espera, Herber- lo llamé, él me volteo su rostro al instante. -Hay algo que puedes hacer por mí.

NOAH

Mis padres estaban en una conferencia de prensa con Brunella, en el centro de la ciudad, les tomará hora llegar a casa. Entré a la oficina de papá Benjamín, buscando los documentos de adopción míos y de Brunella. Pero no estaban por ningún lado. Mi celular empezó a sonar, al ver el nombre de Jacob, me sorprendió un poco. Lo puse en altavoz.

- ¿Tienes una idea? – fue lo primero que pregunto el chico por la línea, mientras yo buscaba.
-Quiero saber de dónde vengo primero- respondí.
- ¿Tus padres nunca te han dicho de donde te adoptaron? – preguntó, escuché aire salir de sus pulmones.
- ¿Estas fumando? – pregunté.
-Un poco, sí- respondió el chico, mientras yo me sentaba rendido en el piso, donde observé una pequeña cajita fuerte.
- ¿Estás ahí? – pregunto Jacob, mientras yo me acercaba a la cajita, traté de abrirla, pero requería una contraseña.
-Hay una caja fuerte aquí- hablé, escuche un "uhm" de Jacob -Pero es imposible abrirla. No sé la contraseña.
-Tal vez yo pueda ayudar- respondió Jacob.
- ¿Cómo? – pregunté, poniéndome de pie, y tomando el teléfono.
-Soy un delincuente, ¿lo olvidas? – suspiré por lo bajo.
-Sí, ¿en cuántos minutos llegas? – pregunté entrando a la sala de mi casa.
-Dame veinte.

Subí las escaleras mientras tomaba las pastillas en mis manos, y guardaba un par en mi bolsillo, iría a algún hospital a ver para que servían estas pastillas, porque ya intente en farmacias, y no las reconocen. Me tiré en mi cama, cansado de todo, sabía que debía ir a la escuela, pero no quería, no me sentía cómodo en este lugar. Sabía que Papá Matt y Papá Benja me amaban, pero no me decían nada, evitaban cada detalle de mi pasado, pero yo quería saber, necesitaba saber, merecía saber.

El timbre de mi casa sonó sacándome de mis pensamientos, bajé casi corriendo las escaleras, y abrí la puerta encontrándome un Jacob un poco despeinado, con un poco negro y jean rasgados, y un casco en la mano.

- ¿Tienes moto? – pregunté.
-Es de mi hermano, se llevó mi coche para trabajos.

"oh" fue lo único que dije dejando entrar a Jacob a mi casa. Él observaba por todos lados.

-No es la primera vez que vienes aquí- hablé.
-Es la primera vez que entro por la puerta principal.

Yo solo reí mientras lo dirigía a la oficina de Papá Benjamín, me puse de rodilla para sacar la cajita fuerte, que se escondía dentro del escritorio.

-Linda vista.

Se me hacía extraño no escuchar los pequeños halagos de este chico, un poco tarde. Puse la caja fuerte sobre la mesa y Jacob lo observó, luego me miró a mí.

-Tomará tiempo.
-No tenemos mucho.

Jacob tomó un pequeño desarmador que tenía guardado en el casco, y empezó a hacer sonidos extraños contra la caja fuerte.

- ¿Qué haces? – pregunté, acercándome a él.
-Trató de conocer el sonido de la caja, para que al mover la perilla- dijo moviéndola -Pueda diferenciar cuando sea el numero correcto.
- ¿Has hecho esto antes? – pregunté.
-No lo haría a tu familia- respondió él concentrándose en la caja.
-Sé que no lo harías.

Jacob solo me observo sonriendo mientras continuaba con su trabajo. Me tiré en la silla del escritorio. Hasta donde he llegado, primero, soy testigo de un asesinato, y no he dicho una palabra de eso, luego, voy a la casa de asesino, después, ceno con el asesino, me corro con el asesino, y ahora lo dejo entrar a mi casa.

- ¿Qué tanto piensa, cheri? – preguntó el ojiazul.
-Nada- respondí y el sonido de la caja fuerte abriéndose hizo que mis ojos se iluminaran.

Me puse de pie casi al instante, empujando lento a Jacob, y vi los papeles dentro de la caja fuerte.

-Tus padres si saben lo que es ahorro- respondió Jacob al ver un fajo cheques sin con cantidades altas de dinero sin ser cobrados.
- ¿Por qué mis padres tendrían eso? – pregunté.
-Tal vez tiene un negocio sucio- soltó de repente Jacob. Lo miré serio.
- ¿Mis padres han hecho algún negocio contigo? – pregunté, Jacob no respondió -Jacob, responde.
-No directamente conmigo- respondió Jacob. -Pero los conozco.
- ¿Con quién? – pregunté preocupado.
-No lo sé, Noah- respondió el ojiazul, era la primera vez que me llamaba por mi nombre, tan preocupado -Buscas lo que tengas que buscar, y cierra esa caja.

Lo miré confundido, y decepcionado. Y si Jacob fue contratado por mis padres para que me cuide de cosas sin preocupación, y por eso está todo el día conmigo, literalmente. Negue con la cabeza, estoy viendo muchas películas.

-Aja- encontré un folder lleno de papeles, con la palabra adopción en la pasta, debe ser lo que estaba buscando. -Creo que los encontré.

Jacob se fue casi corriendo a la ventana, mientras yo chequeaba los papeles dentro del folder.

-Brunella fue adoptaba de una casa hogar en California- respondí -Espero que ella sepa eso.
- ¿Qué más dice? – pregunto Jacob mientras seguía viendo por la ventana.
-Solo es de Brunella- respondí buscando entre las hojas del folder -Mierda.
- ¿Qué paso? – preguntó Jacob volteando a verme.
-Es mi partida de nacimiento.

Jacob se acercó a mi casi al instante que termine la oración. Su mano se posiciono en mi cintura. Tal vez es una manera de decir "estoy contigo" sin decir las palabras.

-Nací en un hospital al sur de California, al parecer- hablé mientras seguía leyendo -Kyle Peters.
- ¿Quién es él? – preguntó Jacob mirándome. - ¿Tú padre?
-Mi hermana.

El sonido de un auto llegando a casa, nos sacó del shock. Jacob guardo casi en modo flash los papeles dentro de la caja fuerte y me lo dio para ponerlo en su sitio. Yo me quedé con los papeles que decían mi nombre.

- ¿Seguro no los quieres guardar? – preguntó Jacob abriendo la puerta. Escuché la cochera cerrándose.
-Toma- le di las hojas -Sube a mi cuarto y enciérrate en el closet.
-No quiero volver ahí- respondió Jacob en forma de sarcasmo riéndose. -Camino.

Vi como Jacob corrió escaleras arriba, mientras yo entraba a la cocina y me servía un vaso de jugo. Vi como Brunella entraba a la cocina también, y tomaba otro vaso.

- ¿Ocupado? – preguntó Brunella mirándome un poco misteriosa.
-No mucho- respondí.

Miré a Brunella que se sentaba sobre la repisa de los platos, y tomaba el vaso de jugo, parpadeé dos veces antes de preguntar.

- ¿Sabes de dónde vienes, Brunella? – pregunté. Ella asintió.
-California.

Observé a Brunella confundido, era posible que Brunella tenga más idea sobre quien es ella, que yo. Sé que es la mayor, y que por esa razón debe saber más sobre ella, tiene derecho, pero yo también.

- ¿Cómo lo sabes? – pregunté. Ella observo su vaso semi vacío antes de responder.
-Yo fui adoptada cuando tenía más edad, cinco para ser exactos- respondió moviendo su vaso. -Tú llegaste a casa siendo un bebe.

No sabía si tomar eso bien o mal. Brunella tuvo la oportunidad de saber si quería ser adoptada. Yo no, a mí solo me regalaron. Deje mi vaso en el lavaplatos y camine fuera de la cocina.

-Noah- me llamó mi hermana, antes de salir de la cocina. -Nuestros padres nos aman, sobre todas las cosas, eso es lo importante.

No respondí, tomé aire, y subí las escaleras casi corriendo. Necesitaba respuestas, y las iba a conseguir.

KYLE PETERS voy por ti.

RISQUÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora