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NOAH


-Dinero.

Era la única respuesta que podía dar, y era la más sincera. Jacob me miro alzando una ceja.

- ¿Dinero? – preguntó el sarcástico. - ¡Ya sé que es dinero! – él se acercó a mi mientras señalaba el dinero sobre la cama - ¿Para qué quieres todo ese dinero, Noah?
-Es solo en caso de alguna emergencia.

Y por emergencia me refiero a que no quería volver. Sabía que el dinero era robado, era consiente que les había robado a mis padres. Pero, no quería volver a casa, quería encontrar a mi hermana, y vivir con ella, tener una buena base económica, y luego, seguir como todas las personas. Y tal vez, Jacob era parte de esa idea mía.

- ¿Cuánto dinero tiene allí? – preguntó Jacob, tocando los billetes.
-Un poco- la mirada de pocos amigos que Jacob me dirigió, no era nada motivadora. -Veinticinco mil.

Él asintió con la cabeza, mientras ponía una mueca de estar pensando. Tal vez quería ver la manera de invertirlo, o algo parecido.

-Tenemos que devolverlo a tus padres.

No, eso no era la que estaba pensando. Jacob era un chico que se dejaba llevar por el momento, y pensé que al ver tanto dinero se emocionaría, hasta dejaría de hacer esos negocios sucios.

-No- respondí. - ¿Qué te hace creer que es dinero de mis padres? – pregunté indignado.
-No lo creo- respondió él cruzándose de brazos -Lo es.
-No lo devolveré- respondí -Son mis ahorros, caso cerrado.

Tomé mi morral del piso, y empecé a guardar los fajos de billetes en esta. Vi como Jacob se puso de pie, y se puso su abrigo de cuero, mientras sacaba un cigarrillo.

- ¿A dónde vas? – pregunté. Él camino hasta la puerta, y sin decir nada salió de la habitación.

Negué con la cabeza mientras guardaba el dinero dentro de mi morral. Él no tenía derecho de hacerme sentir así. Hasta la mierda. Escuché el sonido del motor del coche de Jacob prenderse.

JACOB

Mi intención no era dejar a Noah solo en medio de la nada totalmente solo, pero, estaba molesto. Extremadamente molesto. No podía encontrar una excusa para el uso de ese dinero según lo que me había explicado Noah. Aceleré un poco más recordando el camino por el que habíamos llegado, había un pequeño bar, necesitaba una cerveza.

No estoy exagerando, esto nos podía meter en grandes problemas, los cuales también me envuelven. A donde quiera que Noah vaya, yo estoy ahí, y cualquier cosa ilegal que él haga, también caerá conmigo.

Llegué al pequeño bar, y entré. Había muy pocas personas, por ser un bar de carretera, casi nadie estaría ahí.

-Una Miller- pedí ni bien tomé asiento. El chico de la barra asintió, mientras daba la vuelta. Mi teléfono sonó, y pensé por un segundo que sería Noah, pero el nombre Herber brillaba en la pantalla.

-Hola- hablé mientras el chico de la barra ponía la cerveza al frente d eí junto a una servilleta, yo asentí.
-Jacob- respondió Herber -Amigo ¿Qué tal tu viaje?
-Lo normal.

No quería que Herber se enterada de lo que acaba de pasar. Si este chico escucha la palabra dinero, estaría aquí en segundos.

-Tengo lo que estabas buscando- respondió él.
- ¿En serio? – pregunté mientras tomaba un sorbo a mi cerveza.
-Kyle Peters- habló él -Hermana de Noah, quien en realidad es Steve Peters- respondió Herber. -Según la información que me diste, mi contacto- añadió él -Me dijo que vivía en California, cerca al muelle. No sé exactamente donde, pero la chica es rubia, alta.
- ¿Tienes algún lugar en particular donde podamos empezar a buscar? – pregunté.
-Pueden empezar por el hospital- respondió Herber -Pero yo les aconsejaría ir de frente a Le Teather.
- ¿Un teatro en el muelle? – pregunté, mientras seguía tomando mi cerveza -Que original.
-No, idiota- respondió él -Es un restaurante.

Reí hasta el extremo de casi botar la cerveza que tenía en mi boca, por un momento, luego me calmé.

-Pregunta por Carolina Steward.

Y antes de poder responder algo, él colgó. Me quedé con la duda, y tomé la cerveza de porrazo. Dejé diez dólares en la mesa, y salí casi corriendo a mi auto. Cuando llegué a la habitación, encontré a totalmente dormido, la mochila estaba en el piso. El rubio estaba boca abajo, con una pierna alzada, sobre la cama. Tengo que admitir que Noah, es un chico sexy, totalmente. Pero lejos a eso, es un chico que ilumina mi vida, en todo sentido, aunque a veces me moleste. Él tenerlo, ahora, aquí para mí, cambia muchas cosas.

- ¿Qué haces ahí observándome como si fuera tu cena de navidad? – preguntó él en susurro.
-No te estoy mirando- respondí.
-Mentiroso.

Recordatorio, no dejar mi mochila llena de marihuana junto con Noah, se la fumara, y no me dará ni un centavo.

- ¿Te fumaste todo? – pregunté preocupado.
-Solo un poco- respondió él -Te extrañé.

Me senté a su costado, y arreglé los pequeños pelos rubios que se pegaban en su frente. Él sonrió, sus ojos estaban muy cerrados.

-Eres muy lindo- habló él, mientras daba un suspiro. -No te vuelvas a ir.

Entonces vi como su respiración se relajaba con cada toque que le daba en la cabeza. Pequeños movimientos para que se quedará profundamente dormido.

-Nunca más, cheri.


MATT

La luz del sol entró otra vez por la ventana hacia mis parpados. Maldita sea, como odiaba el sol. Me levanté mientras sobaba mis ojos, y vi el otro lado de la cama vacío, pero el sonido de la ducha me tranquilizo. Jacob si había llegado.

Me puse de pie y caminé hasta el baño. Me saque el bóxer quedando completamente desnudo. Pude ver la silueta de Jacob, tomando un baño. Su espalda era grande, y tenía un tatuaje en su costilla. Un atrapasueños. Me acerqué un poco más, y toqué su espalda con mis dedos. Él volteó un poco asustado al sentir mi toqué, pero sus ojos cambiaron de asesino, a sorpresa.

- ¿Qué haces...- no lo deje terminar, apenas vi sus ojos azules, puse mis brazos alrededor de su cuello, me empine un poco, y puse mis labios sobre los de él -Noah- susurró entre el beso.
-No digas nada- respondí, mientras sonreía.

La mirada de Jacob era de confundido completa. Yo me acerqué a su oído, él seguía sonriendo.

-Necesito que me perdones- respondí -Por lo malo que fui ayer.
-Noah- habló él, pero volví a cortarlo, con un pequeño shu y mi dedo sobre sus labios.
-Cállate, y disfruta.

Su mirada era oscura, yo solo le sonreí, y bese su pecho, lentamente. Un pequeño gemido de parte de él me decía que estaba avanzando. Me sentía nervioso, me sentía caliente. No sabía qué hacer, así que me deje llevar. Mis besos bajaron de su pecho, a sus abdominales, y luego encontraron camino a su ombligo. Jacob suspiro, y pude jurar que lo estaba haciendo bien.

-Noah- volvió a hablar Jacob -No hagas esto si no lo vas a terminar.
- ¿Hacer qué? – susurré mientras me arrodillaba.

Alcé mi mirada hacia Jacob, tenía su miembro, totalmente desnudo, y a punto de reventar chocando mi nariz. Solo podía ser su mirada azul oscura, que me rogaba que continuara.

-Por favor hazlo.

Y no tuve que hacerme de rogar, antes de que mi mano derecha empezara a jugar, lentamente con su masculinidad, sacando pequeños gemidos de su parte.

I know I'm acting a bit crazy
Strung out, a little bit hazy
Hand over heart, I'm praying
That I'm gonna make it out alive


Los pequeños masajes que daba no eran suficientes. No sé si para Jacob lo eran, para para mi no. Así que tomé aire mientras metía toda su longitud dentro de mi boca. Un pequeño grito de parte de Jacob, me hizo sacarla, pensando que le había hecho daño, pero automáticamente él tomo mi cabello con sus manos, y la dirigió a su miembro, haciendo que otra vez, me la metiera en la boca.

You got me scattered in pieces
Shining like stars and screaming
Lighting me up like Venus
But then you disappear and make me wait


Primero, los movimientos eran lentos, luego pasaron a rápidos, y cada vez más, hasta el extremo de ahogarme. Jacob tenía el ritmo, no solo de la felación que le estaba dando, sino también de mi corazón. Estaba atrapado, él me tenía atrapado. Pude jugar que estaba segundos ahí, arrodillado, frente a él. Pero no, había pasado varios minutos, y Jacob aún no terminaba. Pero por los pequeños gestos y gemidos que pude presenciar, él lo estaba disfrutando.

-Para- me dijo mientras me separaba de mi nuevo juguete favorito.

Él me puso de pie, y tomo mis labios con los suyos, tenía el sabor a jabón, y a él dentro de mi boca, y no pude más con el beso. Jacob había tomado mis nalgas con sus manos, y rozo mi entrada con su dedo. Yo solté un gemido fuerte, y la sonrisa de Jacob no podía ser más grande. Sentí sus dientes en mi cuello, una mordida ligeramente fuerte.

-Vamos, cheri- susurro muy cerca de mi oreja. Yo solo seguía jalándomela junto a la suya, hasta que pude sentir la mordía de Jacob mucho más fuerte, mientras sus brazos se tensaban, agarrándome en un abrazo fuerte. Él se había corrido, y yo de la excitación, también termine.

There's a million reasons why I should give you up
But the heart wants what it wants


NOAH

Al salir de la ducha, y caminar hasta la habitación, el humor era diferente, de ambos. Los besos no descansaban. Los pequeños roses de espalda, y Jacob tocándome las nalgas cada dos segundos. Pero lo que más me gustaba eran las risas. Aún no me creía de lo que fui capaz de hacer, pero me gusto, mucho.

-Tenemos que irnos.

La mirada de Jacob no la vendería ni por un millón de dólares. Sera cierto lo que dicen que cuando tienes sexo, tu humor crece. Pues la cara de Jacob era de maravilla, y eso que solo fue un oral, no quiero imaginar lo que pasara cuando estemos juntos de verdad. Y todo eso gracias a mí.

-Vámonos.

Tomé mi maleta y salí de la habitación, detrás de Jacob. Me puse unos lentes oscuros, porque el sol estaba irresistible. Aún, dentro del auto los tenia puestos.

-Ayer hablé con Herber.

Miré curioso a Jacob, mientras me sacaba los lentes de sol. Él sonrió de lado a lado, asiendo entender que no era nada malo.

-Le hable de tu caso, y lo que estábamos haciendo- respondió le ojiazul -Y pues nos acaba de ayudar.
- ¿A qué te refieres? – pregunté. Jacob sonrió.
-Sé dónde puede estar tu hermana.

La mirada de Jacob era de felicidad, probablemente era por mis ojos un poco húmedos, y no lo aguante más, me tiré encima de él. Un movimiento del volante para poder acomodarnos.

-Casi nos matas- respondió él, pero empecé a darle pequeños besos en todo el rostro -Puedes seguir con los besos.

Estaba feliz, Jacob me hacía feliz. Estábamos solo a minutos de California, y ya sabíamos a donde teníamos que ir, estaba decidido, quería demasiado a este hombre. Quiero mucho a Jacob Risqué.

- ¿Dónde tenemos que empezar? – pregunté regresando a mi asiento, después de un puchero de parte de Jacob.
-Al muelle- habló él, lo miré con cara de confundido. -Le Theater.

RISQUÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora