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Alice,

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Alice,

Siento haber tardado tanto en escribirte. La Navidad llegó y se me olvidó. Feliz año nuevo, por cierto. ¿Cómo has celebrado las fiestas? ¿Se hace algo único y tradicional en Alaska?

Aquí en Forks son fechas tranquilas. Vivo con mi madre así que las hemos celebrado sólo nosotras. Llevo poco tiempo en este pueblo pero el clima me gusta, a pesar de que muchos detestan la lluvia a mí me resulta refrescante, casi como si fuera purificante.

No sé bien qué preguntar, es la primera vez que hago algo así.

¿Tienes hermanos? A veces echo de menos tener algún hermano, luego recuerdo que mi casa tiene un solo baño y se me pasa.

Lamento decirte que no estoy demasiado puesta en la moda. La verdad es que tengo una chaqueta de cuero roja y es la única prenda estrella de mi armario. Hasta ahí llega mi concepto de moda. ¿Qué crees que dice eso de mí?

Pero me gusta dibujar. Aquí hay grandes bosques que me inspiran. Oh, y también me gusta leer. Ahora mismo mi mayor hobbie es leer con una taza de chocolate caliente al lado mientras afuera nieva.

¿Eres más de chocolate o café? O quizás eres de té. Me gustaría saberlo, no es que vaya a ser determinante para esta amistad por correspondencia. O quizás sí.

Estaba bromeando. Me resulta extraño bromear por carta. Pero tienes razón, es algo bonito.

Mis mejores deseos navideños,

Adara.

P.D: lamento no tener un sello lacrado de cera. El tuyo es realmente bonito.


Alice sabía, desde que Adara decidió echarla al buzón, el momento exacto en el que el cartero dejaría la carta dentro del suyo. A pesar de ello llevaba una hora mirando por la ventana, balanceándose sobre sus propios pies y haciendo que su corto pelo oscuro se agitara. No había estado tan emocionada en sus ciento ocho años de vida.

Jasper la miraba divertido desde su posición en el sillón, donde estaba leyendo cómodamente un libro. Podía sentir oleadas impaciencia e ilusión emanando del cuerpo de su hermana.

A todos les había parecido bien su idea. Era una forma de contactar con su compañera pero sin presentarse en Forks. No querían alterar más la vida de Bella, bastante habían hecho. Además, Alice había comentado que se veía desmejorada en las pocas visiones de la humana que había tenido. Fiel a su promesa, cada vez que aparecía en su mente salía de la visión con toda la rapidez que podía.

-¡Ya está aquí! ¡Ya está aquí! –gritó emocionada, saliendo de casa con paso rápido aunque demasiado lento para ella. No podía correr a velocidad vampírica con el cartero bajando la calle.

Compañera. | Alice Cullen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora