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Victoria se había escapado. A pesar de todos los esfuerzos, vampíricos y lobunos, había conseguido saltar al mar. La única que no parecía frustrada era Bella.
-Volverá, siempre acaba volviendo. –dijo con un encogimiento de hombros cuando volvió el viaje junto a su madre. –Todos estáis bien, es lo importante.
Edward le sonrío, agradecido por su preocupación pero Adara puso los ojos en blanco, seguía enfadada porque el plan no hubiera funcionado; aunque el beso que había tenido con Alice seguía bien presente en su memoria. Y después de ser minuciosamente examinada por Carlisle sólo había sufrido un hematoma en la clavícula, nada demasiado grave aunque sí molesto.
El domingo, tras darle la bienvenida a Bella, se había dedicado a descansar por completo. Sabía que los Cullen habían ido a cazar y su amiga se estaba acomodando en su casa, fue un día largo y aburrido. Así que cuando llegó el lunes estaba impaciente por ver a Alice y por ver en qué punto estaban.
Su impaciencia era tal que llegó de las primeras al instituto. Aún no habían llegado los Cullen ni Bella con Edward pero sí que estaba Jake, apoyado en una moto e ignorando la mirada curiosa de los madrugadores.
Adara se acercó a él tras bajarse del coche sin disimular su sorpresa.
-¿No estás en territorio enemigo o algo así? –preguntó medio bromeando medio en serio mientras le daba un breve abrazo a modo de saludo. Hizo una pequeña mueca de dolor al alzar el brazo. Carlisle le había dado varios calmantes pero prefería no tomarlos si no era estrictamente necesario.
-Tengo que hablar algunas cosas. –alzó una ceja viendo su mueca y su mirada se tornó preocupada. -¿Cómo te encuentras?
-Estoy bien. Nada que no se cure con el tiempo. Es una pena que se haya escapado.
Jacob asintió, acompañando su gesto con un resoplido que mostraba la misma frustración que los demás sentían.
-Lo habríamos hecho si los Cullen no fueran tan torpes. Por cierto, mantén a tu chupasangre lejos de la frontera.
Adara le dio un pequeño golpe en el hombro con su brazo bueno, fue como golpear una pared pero Jake la miró fingiendo estar ofendido por ello acompañando de un quejido exagerado.
-No la llames así. –amenazó. Jacob abrió la boca para responder pero la cerró de nuevo cuando Edward y Bella se acercaron a ellos. Adara movió la vista entre los tres, notando la incomodidad creciente. –Buenos días.
-Buenos días. –murmuró la pareja a la vez pero su vista apenas se despegó de Jake, el cual se había cruzado de brazos en posición defensiva.
-Sólo venía a avisarte que no crucéis más la frontera. La chupa...-se corrigió al ver los ojos azules que lo fulminaban. –La pequeñaja no es tanto problema pero no queremos al grandullón en nuestras tierras.
