• Sentimientos reprimidos •

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Creo que han pasado dos días, ya estaba más despierta.
Seguía atada de pies y manos, estaba completamente sola, no se donde estaba sólo veía escombros y ruinas a mi alrededor.
¿Donde estará esa cosa que me ha traído aquí?
Tenía hambre y sed, también me dolían las mejillas por los golpes que había recibido.

-Tn: ¡¿Hay alguien aquí?! (Alcé la voz)

No recibí respuesta, comencé a moverme para ver si podía quitar los agarres pero era imposible, tampoco podía invocar mis armas ya que al estar inmóvil no podía usarlas.

-Persona: No intentes eso (dijo detrás de mí, en mi oído) No podrás soltarte

¿Noctis?

-Tn: ¡Suéltame!

-Noctis: No (dijo ahora frente a mí)

Su aspecto seguía dándome miedo.

-Tn: ¿Para qué me has traído aquí?

-Noctis: Bueno... Digamos que he dejado a Danira por ahí tirada, no me interesan por ahora otras mujeres... Y tú eres apetecible (dijo esto último mirandome con picardía)

Sentía repugnancia por la "persona" que ahora él era, odiaba esos pensamientos que tenía.

-Tn: No vas a conseguir nada de mí

Él sonrió malévolamente.

-Noctis: ¿Estás segura de eso Alteza?

Se acercó a mí y se puso detrás.

De repente invocó una de sus espadas.
Comenzó a pasar el filo de esta por mis pies para ir subiendo poco a poco.
De repente noté un corte en mi muslo, la herida comenzó a sangrar.

-Noctis: Ups... ¿Te he hecho daño? (Preguntó fingiendo preocupación)

Mi cuerpo y mis labios temblaban, ni si quiera era capaz de omitir un solo sonido.

-Noctis: Tienes un vestido muy bonito ¿Lo sabías? ¿Quieres que te lo arregle a mi gusto?

-Tn: Déjame en paz

De repente puso la espada en mi cuello.

-Noctis: Si te portas bien no te pasará nada, además... Sé que es lo que quieres... No olvido que estuviste a punto de correrte en mi mano la otra tarde (dijo para después morder el lóbulo de mi oreja)

El mordisco me dolió.

-Tn: No me acostaría con alguien como tú (dije firme)

Él comenzó a reírse cínicamente.

-Noctis: ¿No? ¿Y con él?

De repente Noctis cambió de aspecto, ahora parecía el Noctis de siempre.

Mis sentimientos salían a flote, estaba deseando que él volviera a ser el de siempre.

-Tn: Tampoco (mentí)

Me quitó los agarres de los pies y de las manos e hizo que me pusiera de pie frente a él.

-Noctis: Bésame

Sé que estaba jugando conmigo, me estaba tentando y lo estaba consiguiendo.
Me estaba muriendo de ganas de sentirlo.

-Tn: No

Él volvió a sonreír con picardía, me agarró de las caderas y me pegó más a él.
Las pulsaciones de mi corazón iban en aumento, sus labios estaban a centímetros de los míos manteniendo esa sonrisa que a mí siempre me provocaba.
Comenzó a acariciarme las caderas para después bajar sus manos a mis glúteos, se que esto debía pararlo pero no era capaz, no me atrevía.

Plebeya (Noctis & Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora