Carita de Angel |Harry/Liam/Zayn|

37.

Jalando las sabanas, Harry las doblo en la parte superior cuidadosamente antes de colocar las almohadas. Su abdomen toco el colchón cuando se inclinó para poder esponjar las mismas, logrando que sonriera. Se habia convertido en una gran pelota gorda y quejosa, en muy poco tiempo. Dios, habia dias en que Harry ni siquera se soportaba a si mismo pero allí iban Zayn y Liam, con sus grandes sonrisas -las cuales no desaparecian ni cuando les arrojaba con cosas culpandolos de su estado- y lo abrazaban con fuerza, recordandole cuanto amaba a los dos idiotas y a su hijo.

Ahora, Harry estaba aburriendose como una ostra en una isla desierta, haciendo labores caseros para entrenerse. Afrodita le habia dado una especie de "licencia", ya que Winter naceria en poco tiempo y no querian que sucediera durante una de sus misiones. Eso solo hacia las cosas más dificiles para él, ya que debia quedarse en casa en espera de que sus dos parejas volvieran de sus respectivas misiones. Era demasiado aburrido, ya que al principio habia podido salir a la calle con camisetas grandes, para disimular su abdomen, y habia logrado pasear por el parque y hacer algunas compras. Ahora estaba tan grande que ni siquiera si se pusiera una carpa lograria disimular su abdomen.

"Pareces una anaconda que se trago un elefante bebé" habia comentado Niall cuando se habian visto luego de que ellos volviesen a la tierra. Harry por su parte seguia asegurando que el golpe con el adorno que habia dejado una marca en la frente del ojiazul era totalmente excusable. No importaba lo mucho que el chico habia chillado que solo estaba bromeando, debia haberse dado cuenta de que no estaba de humor para bromas.

Colocando sus manos en su espalda baja, se inclinó levemente hacia atrás y soltó un pequeño gemido lastimero. Su espalda dolia horrores, segun su hipotesis, si Winter no nacia pronto, su columna vertebral se convertiria en una "S" para toda su maldita vida. "Harry el angel jorobado" seria su nuevo nombre.

—Necesito salir más. —sacudio la cabeza, espantando el estupido pensamiento antes de salir de la habitación y dirigirse por el pasillo hacia la habitación que habian acondicionado para Winter.

Una sonrisa tonta aparecio en sus labios al observar alrededor. Las paredes celestes muy clarito con ositos Teddy decorando el lugar habian sido obra de Zayn, al igual que el retrato de ellos cuatro que se encontraba en la pared, frente a la cuna. El moreno se habia esforzado mucho para que fuera perfecto y Harry pensaba que así lo era.

En el centro de la pequeña habitación habia una cuna hecha a mano. Grabado en la cabecera se podia leer claramente "Winter", estaba tallado sobre el material y pintado de colores brillantes. El mueble no se veia ni un poco rustico, era simplemente increible. Harry se habia sorprendido al enterarse que Liam habia estado trabajando en ella desde que se habia enterado de su estado. ¿Quien hubiese dicho que el fuerte guerrero tenia mano para la carpinteria?

Mirando alrededor, se mordió el labio con una sonrisa mientras pasaba una mano por su abdomen—. No nos hagas esperar mucho, Win.

Y como si fuese una respuesta, un dolor agudo cruzo su vientre hacia su bajo abdomen. La sensación fue paralizante, su panza se endureció de una extraña manera que asusto a Harry. Un momento despues, el dolor se habia ido. Tomando un respiro, se afirmó en la cuna para poder mantenerse de pie. Cuando pensó que todo estaba bien nuevamente, otro dolor lo atravezó mientras imagenes de Winter aparecian en su mente. El mensaje era claro: "Quiero salir".

—Mierda —jadeo. Mirando hacia abajo, observó con horror la sangre manchando su ropa. Artemisa le habia explicado que cuando se abriera el canal de parto, seguramente hubiese sangre pero eso era demasiado maldito liquido vital. Levantando la cabeza, llamo a los dos cabezas huecas que habian dejado como sus niñeras—. ¡Niall! ¡Louis!

El sonido de pasos apresurados en las escaleras fue la musica de entrada de ambos chicos. Los ojos de ambos se abrieron de par en par cuando lo vieron, Niall pregunto:— ¿Que sucede?