Amores bizarros

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ADVERTENCIA: Prohibido para menores de 16 años. Contiene escenas explícitas.

Esta es una historia de amor de dos jóvenes que se llamaban Javier y José, que un día se conocieron en un sitio tan normal como la pre. Al principio no se agradaban, pero a medida que se conocieron fueron compartiendo gustos, como por ejemplo, les gustaba Big Time Rush y amaban la lasaña.

Cuando Javier se dio cuenta de cuantas cosas tenían en común, sintió algo extraño para él, una atracción por José que no podía explicar. Entonces, fue a un parque donde recogió unas flores y empezó a deshojarlas, diciendo: "Soy gay, no soy gay". Cuando deshojó la última, dijo: "No soy gay", pero él sabía que era falso. Al terminar, decidió declarar su amor, así que se le ocurrió que sería buena idea declararse en la fiesta de aquella noche, donde se encontraría con José. ¿Qué podía salir mal?

En un país tan homofóbico e intolerante, era OBVIO que tenía todas las de perder, pero aún así, decidió arriesgarse. Esa noche, se puso lo mejor que encontró en su clóset y se enrumbó a la fiesta. Cuando llegó, todos voltearon a verlo, él pensó que ya sabían, pero en realidad era su llamativo atuendo con colores fosforescentes. Cuando avanzó, vio a José y empezó a cantarle "I'm a Barbie girl" mientras le hacía pasos sensuales y le gritaba a todos en la fiesta que José era su único y verdadero amor. Entonces José lo agarró fuertemente del brazo y le dijo:

-¿Qué haces?

-Es que me gustas, y mucho.

-Pero eso no puede ser.

-¿Por qué?

-Porque soy heterosexual.

-Eso lo veremos.- contestó Javier guiñándole el ojo. Sabía que no había nada que un par de shots no arreglaran. Había puesto un plan en marcha.

Consiguió que su mejor amiga Dolores Delorto pusiera vodka por chorritos en el ponche, aprovechando que era la debilidad de José. "Como los borrachos nunca mienten" pensó.

Entonces logró que José hablara, pero no lo que él quería oír. José estaba tan picado que confesó que le gustaba Raphael, el mejor amigo de Edgar, que era chino. Entonces, Javier decidió aprender chino y enamorar a José. Prosiguiendo con la fiesta, Dolores le consiguió unos libros de "Chino para estúpidos" para que empezara a estudiar ya. 

Después, la fiesta se puso más intensa, porque llegó en un Porsche el organizador, un tal Gerald Oropeza. En ese instante todos estaban chapando con alguien, se notó entre la multitud a una chica que salía del baño, parecía que había vomitado. Javier ignoró eso y se dirigió a José, quien estaba bailando "It's raining men". Estaba perreando como puberta hormonal.

Al terminar la canción, se fue a un comedor de aquella casa, tambaleándose. Javier le siguió. El chico estaba a punto de caerse, pero él lo sostuvo. Ya que no le iba a dar lo que quería por las buenas, se lo daría por las malas.

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-Eso ha estado muy bien, zorrita-dijo José abrochándose los pantalones.

-No me llames así- respondió Javier levantándose del suelo.

Cada uno se largó a su casa a desmayarse y olvidar todo. Lo que no sabían era que Raphael los había visto y filmado, y dudaba si usarlo para ganarse el corazón de José o subirlo a RedTube. Estaba muy molesto y celoso. Le ganó el enojo y subió el video a RedTube, compartiéndolo en todas las redes sociales. 

Al día siguiente, Javier vio el video y se emocionó y se enorgulleció por lo que había hecho con José. Entonces, le llamó y le preguntó si había visto lo que hicieron. Él le dijo que no, así que prendió su PC y, al ver el video, se enojó muchísimo. Fácil Raphael lo había visto, y ya no quería nada con él jamás. Pero en el video se veía claramente su cara de satisfacción. Le había gustado, pero no podía ir más allá de eso.

Luego de mucho pensar y reflexionar, llamó a Javier y a sus padres y les dijo: "Quiero que sepan que soy un p*to gay". Todos se quedaron en shock. Se volvió a Javier y le dijo: "Quiero ser tu p*to". Javier se quedó atónito porque nunca se lo imaginó, pero enseguida lo abrazó y los dos miraron a los padres de José, y estos los felicitaron. Sin embargo, les dijeron que si querían avanzar en su relación, debían casarse. Como Perú es un país homofóbico, tuvieron que irse hacia Argentina, así que emprendieron su viaje, pero, cuando llegaron al hotel, se miraron fijamente. Se podía palpar la tensión sexual entre los dos. Subieron al cuarto. José no había dejado de pensar en él y en lo experta que era la boca de Javier. También pensó en lo bien que se había sentido la noche de la fiesta, que le hizo un pete. Lo lanzó a la cama y se puso a horcajadas sobre él. Javier gemía intensamente mientras sentía los 22 cm de José entrar y salir de él a una velocidad inimaginable. Sentía que su amor por él quemaba con la intensidad de mil soles. Media hora de grandísimo placer después, ambos quedaron tumbados en la cama, sudorosos y sonrientes, compartiendo un "Te amo" mutuo. 

Al día siguiente, se casaron en una ceremonia muy bonita que incluyó arroz, galletitas, juegos de azar y mujerzuelas. También una aparición especial de BTR que se reunió específicamente por esa causa, para exigir igualdad de derechos en el Perú, lo que trajo como consecuencia que miles de niños se volvieran homosexuales y salieran a las calles, gritando "¡Soy gay y no me compadezcan!". A todo esto, los ministros y congresistas, viendo la unión del pueblo peruano, firmaron la ley de Unión Civil y la Pulpín.

Mini-epílogo: Javier se volvió profesor suplente de RV.

Nota: Alguien tiene una "PEQUEÑA" obsesión con este Oropeza...

Créditos: Edgar, Angela, Guille, Karol y Jose.

El alimón de la PreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora