Tele basura en primera persona

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Mi nombre es Nolam Biscón y esta es mi historia. He visto cómo la juventud se va al diablo, con tanta televisión basura, café de Starbucks, Retrica y muchos posts en Instagram en inglés. ¡Me volveré loco! Así que he decidido contar mi lucha. Yo no soportaba ser bombardeado con tanto culo, teta, coño, poto, ombligo, zonpe, choro loco, ojete, ano, nalga y rabo que sale en televisión, de modo que decidí tomar cartas en el asunto y conseguir el número de varias huecas que salen TV para intimidarlas y lograr que dejen de hacer tanta huevada.

Primero llamé a Melissa Loza, al contestar, ya estaba condenada, pues soy hacker (bitch please, Telesup). Por medio de mi tecnología bajé todos los archivos de su celular, no hubo mucho. Hice lo mismo con Millett Figueroa, y lo que encontré fue muy grande. Había un sugerente video suyo. Entonces, los publiqué en una red social. Fue tal el impacto que casi me llevan a la cárcel y me jodió haberlo hecho, pues sin querer, yo mismo había hecho una cortina de humo, ya que dejaron de lado la investigación contra el tetón de Alan García por el dichoso video.

En fin, no me quedó otra que reunir a un grupo de jóvenes para salir a marchar contra estos programitas. Sin embargo, éstos estaban tan idiotizados que solo fueron para salir en TV y decir: "Hola, mamá", "Vendo empanadas", "Esteban dominará el mundo", etc. Para empeorar todo, la empresa de agua "Cielo" quería cobrarme regalías por la aparición de una botella helada de dicha marca en el video de Millett. "Esto no habría sucedido con 'San Luis'. ¡Por qué tenía que estar sin helar!", pensé.

Entonces, se me ocurrió otra brillante idea: ¡un boicot! Pero necesitaría ayuda para llevarlo a cabo, así que llamé a Giovanni Ciccia y al general Donayre. Aún no teníamos nada, ni un plan, pero fue cuando al general se le ocurró que debíamos comprar pasamontañas para entrar a todas las casas de noche y robar los televisores, y con eso, el rating de los realities bajara tremendamente. Su plan era perfecto, así que pusimos manos a la obra. Pero esa noche la suerte no nos acompañaría. El general Donayre, al ser tan viejo, no podía moverse con agilidad como nosotros, así que él se quedaría fuera de las casas vigilando. Sin embargo, empezó a marchar, y la policía casi nos descubre. Teníamos que dejar la misión y pensar en mejorar la estrategia o cambiar de plan.

Fuimos a un vecindario chicha en el carro del general. Mientras él esperaba ahí (era viejo, pero podía conducir rápido y furioso a todo gas), yo me metí a las casas a sacar los televisores. Giovanni, por su parte, distrajo a la policía y a serenazgo, cantando y bailando los súper éxitos de su banda "Chabelos" como "El quinto teletubbie", "Loco por tu amor", "Luisa" y "Shakira y sus amigas". Metí todas las teles al carro, Giovanni también se metió, dejando a todos los agentes cantando: "Quiero culearte por todos tus huecos, morderte las tetas, venirme en tu cara" (Loco por tu amor) y el general arrancó y nos largamos, dejando a nuestro paso una onda vital por nuestra velocidad.

Cuando llegamos a casa, no sabíamos qué hacer con tantos televisores. Decidimos venderlos, pero el general se opuso, él quería devolverlos una vez que los programas bajaran de rating, y como nos opusimos, amenazó con delatarnos. Tuvimos que hacerle caso. Como el rating bajó, los programas "inteligentemente" decidieron hacer circos. Decidimos ir a meterles una granada. Pero por error atacamos al circo de la Paisana Jacinta. Sin embargo, no importó, porque de todas formas la gente no fue a los circos de los realities. Resulta que al no tener sus televisores, la gente se interesó por unos extraños objetos llamados "libros". Les gustó y gastaron todo su dinero en ellos. Primero, compraron casi todos los libros de Amazonas, y los más pitucos dejaron en bancarrota a Crisol.

Por fin creímos que habíamos librado al país de la TV basura. Bueno, creímos mal. Una familia se había comprado una tele tipo cine, y cobraba para ver realities. Parecía que nuestro esfuerzo había sido en vano. Hasta que de repente, algo sucedió. Era un nuevo fenómeno en la televisión no solo peruana, sino latinoamericana: las novelas turcas. De pronto, todos andaban pendientes de Onur y Sherezade, y se preguntaban qué culpa tenía Fatmagül. Otros, osea los pitucos que sabían inglés, optaron por novelas americanas, como General Hospital, The Bold and the Beautiful, Days of our Lives y The Young & the Restless. No sabíamos si esto era bueno o malo, hasta que sorprendimos a Giovanni con el look de Onur.

Se venía otra epidemia. No lo podía soportar. Tenía que ser más inteligente que esos programas, pero ya no sabía qué más hacer. Entré en crisis, y estaba a un paso de enloquecer pero lo peor vino en ese instante. Vi un rayo caer delante de mí. Sudé frío. Todo era muy raro. Era un anciano con bigote, quien se me acercó, me miró con odio, lo que me asustó. Me dijo que era... El Chanca. Me hizo un monólogo, y me dijo que porque quería hacer el bien me ayudaría, pero que sea rápido, porque se iría de vacaciones con su amigo Aslan. Él invocó a todos sus Apus. Ellos viajarían a Estambul para amenazar y exigir a los turcos que ya no vendan sus novelas a América, mientras nosotros solo teníamos que esperar e intentar desbaratar a los "cines-casa" que presentaban estas noveluchas.

Cuando los Apus llegaron a Estambul, se dieron con la sorpresa de que las novelas habían sido terminadas hacía años, y que en realidad, estaban siendo retransmitidas. Sintiéndose estafados, regresaron furiosos al Perú y le contaron todo al Chanca. El Chanca pensó que habíamos querido burlarnos de él, así que nos dio la súper mirada de odio y nos amenazó con destruirnos con su famoso "salseo del águila". Como castigo, el Chanca devolvió los televisores a sus dueños y los libros a Amazonas. Los realities volvieron a liderar los ratings, muy a mi pesar, pero las novelas turcas siguieron al aire.

Sin dignidad y sin causa, nos separamos. El general Donayre se montó en su caballo y se fue Dios sabe a dónde gritando: "¡Honor y gloria!", mientras agitaba su bandera. Giovanni Ciccia se juntó con Pancho Hermoza y ahora tienen su programa "Levántate y anda" en Radio Oxígeno 102.1, clásicos del rock & pop. Y yo...

Yo volveré...

Créditos: Guille, Karol, Edgar y Whinney.

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