Había una vez, una perrita muy gorda llamada Perrovaca. Ella era muy famosa en la UNMSM. Esta perrita era muy glotona. Una vez, cuando un poderoso maestro de geografía la vio, ésta lo conmovió tanto que le dio una croqueta mágica. Perrovaca obtuvo así el poder de comer lo que sea y no cansarse.
Un día, hubo una emergencia en San Marcos, pues, por la huelga de profesores y alumnos, la comida del Comedor era mucha. Los cocineros estaban a punto de matarse, cuando apareció Perrovaca con una explosión en la pared, mientras sonaba "Groovin' Guau Guau" de la perrita Melody. Los cocineros saltaron y gritaron de alegría, mientras Perrovaca saltaba a las ollas y se devoraba el seco a la norteña, las lentejas y el arroz con pollo con todo y ollas, dejando así solo las lentejas, arroz y trozos de carne, que serían repartidos a los sanmarquinos como siempre.
Perrovaca estuvo tranquila, hasta que apareció uno de los más "hermosos" y pulgosos perros chuscos en la UNMSM: "Cual". "Cual" iba de paso, ya que tenía que llegar a Somalia a acompañar a su dueño. Pero Perrovaca quería algo de él, y no iba a parar hasta conseguirlo. Ese "algo" era un hueso de pavo bañado en oro, cuyo canje equivalía a un lote de por vida de Ricocan y mucha comida peruana (que es la mejor) y shawarmas. Entonces, fue donde él, y como estaba en celo, pasó lo que tenía que pasar en la pista, frente a la gente que mostraba indiferencia.
Ya con el hueso, se dirigió a comprar toda la comida que pudiese, cuando oyó al mismo anciano que le había dado la croqueta gritar cosas sobre salvar el mundo, imponer las manos a unos perplejos estudiantes y decir cosas en un extraño idioma. A ella le valió perros todo ya que tenía el hueso de oro, pero lo que no sabía era que "Cual" no iba a dejar que se saliera con la suya, por lo que llamó a su hermano "Chiste" para que lo ayude a recuperarlo. Llegó "Chiste" y encontraron a Perrovaca. Como ésta seguía en celo, también lo hizo con él. Por ello, ambos le dejaron el hueso, ya contentos. Ella se dirigió al Centro de Lima a comer chicharrón. De camino para allá, vio que las personas salían despavoridas de allí. por lo que aprovechó para ir alas pollerías y chifas que allí abundan, y comer todas las sobras de esos lugares.
Ya saliendo del chifa "Pon Thú", vio que una profesora de Letras era atropellada por un conductor de camiones. ella la recordaba porque siempre que la veía, la profe intentaba cantar y terminaba destruyéndolo todo. Se preocupó mucho, pero luego recordó que ella había cagado a los Beatles y se fue. Al diablo si Paul McCartney la perdonaba, ella nunca lo haría. Su apetito era insaciable, así que fue donde el anciano de la croqueta, le puso la carita del Gato con botas y éste le dio un grano de café sagrado. Perrovaca lo tragó, y abrió los ojos como nunca a la vez. Vio que todo se ralentizaba. Todos se movían demasiado lento, ¿o ella era muy rápida?. Gracias al grano de café pudo ver cómo todos peleaban, y ella caminaba entre ellos con la lengua afuera, mientras veía a una rubia-castaña-pelirroja-loquesea en el suelo con una pistola al estilo Bolognesi. Siguió caminando entre aquella matanza, observando cómo una chica de gracioso moño tacleaba a un zombi, Perrovaca los lamió y siguió. En eso, vio una bala que se dirigía a un joven rockero de lentes y la cambió de dirección.
Antes de que se acabe el efecto del grano, fue a la empresa Mimaskot y se comió todo lo que pudo, dejando a la empresa en quiebra. De repente, el anciano, quien peleaba con un tipo raro, ocasionó tal explosión que la croqueta perdió su poder, borrando los recuerdos de Perrovaca. Ésta, así, volvió a ser esa adorable mascota de la UNMSM.
La misma que vería a un grupo de amigos nacer...
Créditos: Guille, Edgar y Jose.
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El alimón de la Pre
HumorUna colección de historias que unos amigos de la Pre San Marcos escribieron por no tener nada mejor que hacer.